Nueve semanas consecutivas de bloqueo israelí a una Franja de Gaza devastada por los bombardeos, y que sigue bajo ataque, hundieron a ese territorio en una crisis en la que las muertes causadas por el hambre ya se registran por decenas. Según las autoridades locales, murieron recientemente 52 personas por la falta de alimentos, casi todas ellas niños. “Hoy la hambruna ya no es una amenaza, sino una amarga realidad”, manifestaron.
Juliette Touma, portavoz de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), dijo a France24 que “los niños de Gaza se acuestan con hambre” y que “los enfermos no pueden acceder a atención médica debido a la escasez de suministros”.
“Gaza se ha convertido en una tierra de desesperación... El asedio a Gaza es un asesino silencioso [...] de niños, de personas mayores, de los más vulnerables de la comunidad”, afirmó Touma. “Israel parece estar imponiendo a los palestinos de Gaza condiciones de vida cada vez más incompatibles con su continuidad como grupo”, dijo.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, llamó a “incrementar los esfuerzos a nivel internacional para detener esta catástrofe humanitaria y evitar que alcance un nivel nunca antes visto”. Advirtió que Israel impide “la entrada de comida, combustible y otro tipo de asistencia que permita salvar vidas en Gaza” y que la situación humanitaria se agrava. “Las panaderías ya han parado de operar y los pocos alimentos que quedan se están terminando. Cualquier uso del hambre como método de guerra constituye un crimen de guerra”, advirtió.
De acuerdo con la UNRWA, ante la falta de alimento, algunas familias manifestaron que comen lo que encuentran, incluso si esa comida ya no está en buen estado. Por todo esto, esa dependencia de la ONU llama a que se reanude el ingreso de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza de inmediato.
Todo esto ocurre, además, en un territorio devastado por los bombardeos y los desplazamientos forzosos, en el que la ofensiva lanzada por Israel mató a 52.300 personas y sigue en marcha.
Según informó Türk, entre el 18 de marzo y el 27 de abril hubo 99 ataques contra campos de refugiados y 259 contra edificios de viviendas.
Mientras tanto, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) está en proceso de responder a una opinión consultiva solicitada años atrás por la Asamblea General de la ONU para que clarifique qué reglas se aplican a Israel en cuanto a sus obligaciones frente a los territorios palestinos que ocupa desde 1967. Para elaborar esa respuesta, el tribunal está en proceso de escuchar los argumentos de decenas de estados y organizaciones.
En una sesión por este caso, que tuvo lugar este miércoles, Joshua Simmons, representante del Departamento de Estado estadounidense, defendió ante la CIJ el bloqueo a la ayuda humanitaria y dijo que Israel tiene “intereses legítimos en materia de seguridad” para actuar como lo hace. Según citó Europa Press, Simmons agregó que su país “apoya el flujo de ayuda” siempre que existan “salvaguardas” para “evitar que esto sea utilizado por una organización terrorista”, en alusión al movimiento Hamas, que gobierna Gaza.
A su vez, Israel afirma que la asistencia ingresará cuando sean liberados los secuestrados por Hamas el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, también estas personas están en riesgo.
El martes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reconoció durante un acto público que no quedan más de 24 rehenes con vida. “Menos”, dijo su esposa, Sara Netanyahu, a lo que el primer ministro aclaró que había dicho “hasta 24” porque el número podría ser inferior, según citó la agencia Efe.
Durante la sesión de la CIJ, varios países llamaron este miércoles a facilitar el ingreso de alimentos y otros insumos básicos a la Franja de Gaza. Uno de ellos fue Francia, que argumentó que la ayuda humanitaria “debe llegar a Gaza a gran escala” y que las “restricciones a su acceso deben eliminarse de inmediato”. Además, señaló, Israel debe cooperar con el trabajo que desempeña allí la UNRWA, cuya acción fue prohibida por dos leyes israelíes.
Estas leyes también fueron cuestionadas por Rusia, que ayer llamó a facilitar el ingreso de la ayuda humanitaria a Gaza, que está “al borde de la hambruna”, y calificó el veto a la UNRWA como “un precedente peligroso” en el que un país “desmantela” una agencia de la ONU porque la considera “incómoda”.
Un representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maksim Musikhin, dijo que permitir que Israel prohíba en forma “unilateral” la actuación de la UNRWA “no sólo condenaría a millones de palestinos, sino que destruiría la credibilidad del sistema de Naciones Unidas”. Señaló que las leyes contra esa agencia son ilegales y atacan los principios fundamentales de la ONU.
Ante la Corte Internacional de Justicia, Chile llamó a respetar las inmunidades de la ONU, entre ellas la que le permite brindar asistencia en la Franja de Gaza, mientras que Colombia argumentó que “al impedir la entrada de bienes y suministros a Gaza, Israel está violando de manera flagrante la prohibición de utilizar el hambre como método de guerra”.
España, a su vez, señaló que la “ilegalidad de la ocupación” de territorios palestinos no libera a Israel de sus obligaciones hacia la población civil local palestina, entre ellas, la de permitir el trabajo de la UNRWA y asegurar la cobertura de las necesidades básicas de las personas.