En una carta dirigida a los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Colombia, Gustavo Petro; Honduras, Xiomara Castro, y a todos los mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que este miércoles se reúnen en una nueva cumbre, el expresidente José Mujica habló de la “meta” de la integración regional y les pidió no abandonar “el esfuerzo por la unidad de nuestro continente”.

“Si miramos nuestra historia, nos muestra que nuestros países lograron la independencia política, pero la pagamos con la dependencia económica hasta hoy”, afirma Mujica al inicio de la misiva, fechada el 3 de abril y compartida en las últimas horas por la Presidencia de Colombia. El expresidente se refirió a relaciones comerciales “francamente ridículas” entre los países del continente, a causa de haber emergido “de la independencia negociando con la parte desarrollada del mundo y en esa situación quedamos hasta hoy”.

“No es inteligente repetir los fracasos del pasado”, expresó, y agregó que “la innovación no llega sólo desde la tecnología, sino también en nuestra manera de actuar, tomando en cuenta todo lo que no pudimos, no quisimos o no supimos hacer”.

El expresidente manifestó en la carta la necesidad de “construir cercanía en nuestra región para hacernos oír a nivel internacional”, dado que “las grandes decisiones que mueven al mundo se toman en otras partes, lejos de nuestra mesa”. Mujica aseguró a los presidentes que “depende de la manera en que encaminemos nuestros esfuerzos si podremos mejorar el devenir de nuestros pueblos”.

En ese sentido, el expresidente sostuvo que “la integración regional es una meta” y “el camino, que trasciende los gobiernos y hasta a nosotros mismos, debe ser la proliferación de proyectos concretos, viables de cooperación en la región”. Para lograrlo, Mujica consideró que “no es necesario crear instituciones nuevas” porque el continente ya tiene “las necesarias para trabajar”, y apuntó a hacer “fluida y frecuente” la comunicación entre los presidentes, “para que, frente a problemas concretos, hablen con sus pares y vayan construyendo pequeñas cosas que son posibles”.

Por otro lado, Mujica habló de la rigidez de los acuerdos y consideró que, cuando no sea posible lograr uniones, “las puertas deben estar abiertas para salir y para volver cuando sea posible”. “Debemos ser capaces de construir un consenso progresivo que no nos paralice y que permita avanzar a quienes estén en condiciones y sumar luego a quienes así lo decidan”, reafirmó.

El expresidente también sostuvo que los representantes en foros internacionales “deben llevar posiciones y propuestas acordadas previamente para dar el mensaje de que somos una región que cuida sus intereses comunes”, y llamó a los presidentes a incorporar alusiones a la región “en cada discurso a nivel nacional e internacional”.

Por último, Mujica mencionó la necesidad de crear símbolos de la región, “raíces de carácter emocional”, porque “los pueblos se conducen por emociones, se mueven cuando las ideas las transforman en sentires”.

“En buena parte, todo depende de las capacidades que juntos tengamos para hacernos escuchar en el mundo. Hoy, no hay tarea más grande delante de nosotros”, aseveró Mujica, y sostuvo que, si bien “nada de esto resuelve nuestros problemas”, pueden ser “apenas pequeños pasos para empezar a construir nuestra integración”.

Hacia el final de la carta, Mujica se dirigió a Petro, quien asumirá la presidencia pro témpore de la Celac: “Te toca, querido Petro, liderar por un año esta oportunidad que representa nuestra ‘Comunidad’ de América Latina y el Caribe, consciente de que el problema de la integración está presente en la deuda social que tenemos en nuestro continente”.

“Les pido que no abandonen el esfuerzo por la unidad de nuestro continente, que no dejen apagar la llama de la integración y solidaridad regional, que acepten las diferencias, pero que ellas no impidan sumar nuestras voces y crear así una mucho más potente”, expresó al cierre Mujica.