Después de 40 años de enfrentamiento con el Estado turco, en un conflicto que dejó cerca de 45.000 muertos, la guerrilla del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) anunció que abandonará las armas y se disolverá como organización.

Así fue resuelto en su último congreso, celebrado la semana pasada en el norte de Irak. Allí, el PKK, ilegalizado en Turquía, decidió poner fin a “todas las actividades llevadas a cabo en su nombre”.

Este congreso tuvo lugar a menos de tres meses de que su fundador y líder, Abdullah Öcalan, pidiera el fin de la lucha armada. Dos días después de que el dirigente hiciera ese llamado, el PKK anunció el 1° de marzo un cese del fuego.

Öcalan, que en el pasado vivió el exilio, desde hace 25 años se encuentra en la cárcel, donde cumple una condena a cadena perpetua por el delito de traición. La posibilidad de que se le permita al dirigente cumplir su condena en prisión domiciliaria ha sido reclamada por el PKK en numerosas ocasiones. Sin embargo, no se informó que exista un acuerdo al respecto vinculado con la disolución del grupo. Tampoco se comunicó que este anuncio fuera producto de negociaciones con el gobierno o de compromisos de las autoridades con otros puntos que el PKK demanda.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dio la bienvenida a la medida anunciada este lunes y dijo que “abre la puerta de una nueva era”. Si bien el comunicado no fue específico sobre la situación del PKK fuera de Turquía, Erdogan manifestó que el gobierno interpreta “que esta decisión abarca todas las ramificaciones de la organización, ya sea en el norte de Siria, ya sea en Europa”, donde vive una comunidad kurda que ha organizado manifestaciones pacíficas contra el gobierno turco. La dirigencia del PKK manifestó que “muy pronto” dará a conocer los detalles de este proceso.

Erdogan dijo que los servicios de inteligencia vigilarán el proceso de disolución del grupo. También el ministro de Relaciones Exteriores, Hakan Fidan, señaló que el gobierno supervisará de cerca la implementación de este anuncio, que, si se lleva adelante “con sinceridad, será muy beneficioso para todos y para nuestro futuro”, según citó la agencia turca Anadolu.

El portavoz del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo, Cemil Bayik, dijo que “la decisión del PKK de disolverse y deponer las armas tras el llamamiento hecho [por Öcalan] desde [la cárcel de] Imrali es un paso importante de cara al objetivo de una Turquía libre de terrorismo”, según citó la agencia Efe.

“Si el terrorismo termina por completo, se abrirá la puerta a una nueva era”, manifestó, en sintonía con Erdogan. Sin embargo, advirtió que este anuncio “debe ser aplicado en la práctica y materializado en todas sus dimensiones”.

El dirigente opositor Aysegul Doghan, vocero del Partido por la Igualdad y la Democracia Popular, de izquierda prokurda, expresó: “Todos esperamos esta decisión histórica con gran seriedad e importancia. Esta oportunidad histórica debe convertirse en permanente. Las armas deben dar paso al diálogo”.

El PKK surgió como un movimiento marxista en 1978, con el objetivo de establecer un Estado kurdo, tanto en Turquía como en países vecinos, recordó France 24. El grupo utilizó tácticas de guerrilla contra las autoridades turcas, a las que acusaba de segregar a la población kurda. A su vez, el gobierno turco lo calificó como organización terrorista.

El pueblo kurdo, que, según se estima, está conformado por entre 25 y 35 millones de personas, comparte un idioma y una cultura propios, pero no cuenta con un Estado reconocido y está disperso en Turquía, Siria, Irak e Irán.

En Irak, donde el PKK celebró la semana pasada su congreso, el Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó este lunes que el “anuncio representa una verdadera oportunidad para impulsar los esfuerzos de paz y acabar con los conflictos extendidos cuyas repercusiones afectaron a los pueblos de la región durante décadas”.

A su vez, las Fuerzas de Siria Democrática, una alianza armada liderada por los kurdos en territorio sirio, también celebró la decisión del PKK como una noticia que favorecerá la paz en la región. “El PKK ha desempeñado en el pasado un papel histórico en Medio Oriente. Estamos seguros de que este paso allanará el camino para una nueva fase de política y paz en la región”, manifestó su comandante, Mazlum Abdi.