Este martes, el presidente estadounidense, Donald Trump, recibió en la Casa Blanca al recientemente electo primer ministro de Canadá, Mark Carney.

El encuentro entre los dos líderes norteamericanos estuvo pautado por los aranceles de Trump contra Canadá y sus reiteradas reflexiones sobre convertir al vecino del norte de Estados Unidos en el estado número 51, algo que Carney y otros funcionarios canadienses rechazaron de manera contundente.

Según lo que informó el portal estadounidense The Hill, durante la reunión que mantuvieron a puertas cerradas en el Despacho Oval, Trump insistió en su sugerencia de que Canadá se beneficiaría en caso de convertirse en el estado número 51, aunque Carney se mantuvo firme en su postura de que nunca sucedería. “Sigo creyéndolo. Pero se necesitan dos para bailar el tango, ¿no?”, dijo Trump, sugiriendo que la integración de Canadá a Estados Unidos conllevaría importantes recortes de impuestos y otros beneficios para los ciudadanos canadienses.

Trump indicó que él y Carney no abordarían la posibilidad de que Canadá se convirtiera en el estado número 51 en sus conversaciones privadas. Pero Carney dejó claro que, de todos modos, el tema está totalmente fuera de discusión. “Canadá no está a la venta. Nunca lo estará, pero la oportunidad reside en la colaboración y en lo que podamos construir juntos”, dijo Carney, quien agregó que la opinión del pueblo canadiense sobre el tema era muy clara y no cambiaría.

Pero Trump indicó que no renunciaría a la idea tan fácilmente. “Yo digo ‘nunca digas nunca’. He tenido muchísimas cosas que no se pudieron hacer, y al final sí”, declaró Trump. “Canadá nos ama, y nosotros amamos a Canadá. Creo que eso es lo más importante. Pero ya veremos. Con el tiempo, veremos qué sucede”.

Luego del encuentro, Trump sugirió que el acuerdo comercial que existe entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) podría ya no ser necesario. “Sigue siendo muy efectivo, pero la gente tiene que acatar sus disposiciones”, dijo Trump sobre el acuerdo. “Ya no sé si es necesario”.

Trump firmó el T-MEC en 2020, reemplazando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En marzo anunció que el T-MEC quedaría exento de un arancel del 25 % que impuso a todos los productos de México y Canadá.

Como parte del acuerdo de 2020, cualquiera de los países involucrados puede aprobar el acuerdo de ahora en adelante u oponerse y revisar algunos de sus aspectos a partir de 2026.

El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, quien también estuvo en la Oficina Oval durante la reunión de Trump con Carney, sugirió que habría una “revisión real del T-MEC en un año”. Trump, además, ofreció una perspectiva sobre cómo ve las negociaciones comerciales con Canadá y otros países, indicando que no serían acuerdos comerciales tradicionales y minimizando la idea de que Canadá pudiera eludir los aranceles actualmente vigentes.

“No”, respondió el magnate republicano cuando se le preguntó si Carney podía proponer algo para levantar los aranceles a Canadá. “Así son las cosas”, enfatizó Trump.

Aunque Trump negó la reducción de los aranceles y a hablar de la posibilidad de que Canadá se convirtiera en el estado número 51, se mostró en general más amigable con el nuevo primer ministro que con su predecesor, Justin Trudeau.

Trump calificó a Carney como “una persona muy talentosa” y lo felicitó por su reciente triunfo en las elecciones canadienses.

El Partido Liberal de Carney ganó las elecciones federales de Canadá la semana pasada en una contienda que estuvo fuertemente influenciada por los constantes comentarios de Trump sobre atacar a su antiguo aliado y convertirlo en un estado.

Trump se había burlado del ex primer ministro Trudeau en publicaciones en redes sociales, llamándolo “gobernador”, semanas antes de que el líder canadiense anunciara su renuncia como primer ministro.

Ambos tuvieron una relación muy fría, que se remonta al primer mandato de Trump. Este martes, junto a Carney, Trump expresó: “Esto no va a ser como... tuvimos otra pequeña discusión con alguien más”, haciendo referencia al desgraciado encuentro que tuvo con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a fines de febrero. “Eso fue muy diferente. Esta es una conversación muy amistosa”, agregó Trump.