A poco más de un día del inicio del cónclave para elegir al 267° pontífice de la iglesia católica romana, tras la muerte del papa Francisco, los 133 cardenales acordaron el nombre del nuevo papa.
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost logró reunir 89 votos, los dos tercios necesarios para salir elegido. Nacido en Chicago, Estados Unidos, Prevost tiene 69 años y ha sido obispo de Perú, donde estuvo 40 años. El nuevo pontífice eligió “León XIV” como nombre papal.
Es el primer papa de la orden de san Agustín y el segundo proveniente del continente americano. Prevost, elegido en la cuarta votación, estudió primero en el Seminario Menor de los Padres Agustinos y luego en la Universidad de Villanova en Pensilvania, donde se tituló en Matemáticas y estudió Filosofía.
El papa Francisco lo nombró cardenal en el consistorio de setiembre de 2023 y le asignó el diaconado de Santa Mónica, del cual tomó posesión en enero de 2024. Asimismo, el 6 de febrero de 2025, Francisco lo ascendió a la Orden de Obispos, otorgándole el título de Iglesia Suburbaria de Albano, informó el portal Vatican News.
A las 18.07, de la chimenea instalada sobre la Capilla Sixtina ha salido el característico humo blanco, señal inequívoca de que el cónclave ha elegido un nuevo papa. Inmediatamente después, las campanas de la basílica de San Pedro comenzaron a repicar con fuerza, mientras una ovación espontánea estallaba entre la multitud reunida en la plaza de San Pedro, abarrotada de fieles y curiosos llegados de todo el mundo.
La corta duración del cónclave es señal de que ha habido un consenso relativamente rápido entre los cardenales electores. Luego de esto, el elegido aceptó formalmente su designación como obispo de Roma, fue conducido a la llamada “Sala de las Lágrimas”, un pequeño espacio contiguo a la Capilla Sixtina donde se vistió con los paramentos papales para, finalmente, salir al balcón central de la basílica —la famosa loggia— donde el cardenal protodiácono pronunció el histórico anuncio: habemus papam.
El nuevo papa León XIV pronunció sus primeras palabras desde el balcón: “La paz esté con todos vosotros. Queridísimos hermanos y hermanas. Este es el primer saludo de Cristo resucitado que ha dado la vida. El Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. Yo también querría que este saludo entrase en nuestro corazón y llegase a vuestras familias, a todas las personas, estén donde estén. A todos los pueblos, a toda la Tierra. La paz esté con vosotros”.
El pontífice recordó al fallecido papa Francisco y afirmó: “Seguimos conservando en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco que bendijo a Roma”. También mencionó a la orden de la que proviene, envió un saludo a la iglesia de Roma y, en español, a la diócesis de Chiclayo, en Perú, “donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo glesia fiel de Jesucristo”, afirmó.
“Queremos ser una iglesia sinodal, una iglesia que camina, una iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cercanos, sobre todo a aquellos que sufren”, sostuvo al cierre de su discurso.