El gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aprobó este lunes una nueva campaña militar que, además de intensificar los ataques, prevé “ocupar y retener los territorios” de la Franja de Gaza. El plan prevé desplazar a la población de Gaza hacia una pequeña zona del sur, donde el ejército israelí ya ocupa lugares como la ciudad de Rafah.

Un portavoz del ejército, Effie Defrin, dijo que esta nueva ofensiva incluye “un ataque a gran escala y el desplazamiento de la mayoría de la población palestina a una zona libre de Hamas”. Agregó que “se realizarán continuos ataques aéreos, se eliminará a los terroristas y se desmantelará la infraestructura”, agregó.

El ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, dijo que “no habrá retirada de los territorios” que controlan las fuerzas militares israelíes, “ni siquiera a cambio de rehenes”, y llamó a los israelíes a aceptar la palabra “ocupación”.

Según citó el diario The Times of Israel, Smotrich, que es colono en territorio palestino, dijo al Canal 12 de Israel: “Por fin vamos a ocupar la Franja de Gaza. Dejaremos de temerle a la palabra ocupación”.

Otro ministro, el de Cultura, Miki Zohar, dijo que el objetivo de esta etapa es “la ocupación completa de la Franja”, aunque “ponga en peligro a quienes permanecen en cautiverio”. Según su lectura, “Hamas se dará cuenta de que no le quedará más remedio que devolver a los rehenes y exiliarse de Gaza”.

Dentro de Israel, las primeras reacciones críticas llegaron desde el Foro de Familiares de Rehenes, que acusó al gobierno de estar eligiendo “territorio antes que rehenes”. Agregó que el gabinete tomó esta decisión “contra la voluntad de 70% de la gente”, que según distintas encuestas está a favor de dar prioridad a la liberación de los rehenes incluso si eso significa terminar la guerra.

De las personas que fueron secuestradas por Hamas y otras milicias el 7 de octubre de 2023 en Israel, 59 siguen sin regresar. El gobierno israelí estima que sólo 24 siguen con vida.

También Yair Golan, líder del partido Los Demócratas (una alianza entre el Partido Laborista y Meretz), cuestionó el nuevo plan del gobierno y dijo que el gabinete decidió expandir la operación militar en Gaza, “no para proteger la seguridad de Israel, sino para salvar a Netanyahu y su gobierno de extremistas”. Agregó que ocupar la Franja de Gaza tendrá un “costo en sangre” de rehenes y soldados, y también un costo en cuanto a “perder nuestro camino”. Hasta esta semana la ofensiva israelí mató a 52.535 personas en Gaza y dejó más de 100.000 heridos, aunque se estima que el total de víctimas es mucho mayor.

Control de la ayuda humanitaria

El nuevo plan israelí también incluye que se retome la entrada de ayuda humanitaria, que fue suspendida hace ya dos meses, pero esta vez encargando su distribución a empresas contratistas estadounidenses.

El gobierno israelí acusa al movimiento islamista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, de retener para sus milicianos los alimentos, el combustible y otros insumos, y afirma que con este plan lo evitará.

La ayuda humanitaria ingresará sólo por el cruce de Kerem Shalom, que Israel controla, y sólo organizaciones civiles registradas en Israel podrán operar allí, de tal modo que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados palestinos, vetada por Israel, será excluida.

“Por fin estamos tomando el control de toda la ayuda humanitaria para que no se convierta en suministros para Hamas. Estamos separando a Hamas de la población, limpiando la Franja, trayendo de vuelta a los rehenes y derrotando a Hamas”, dijo Smotrich.

Fuera de Israel, la primera reacción a esta decisión fue un comunicado conjunto de todas las agencias de la ONU y las organizaciones civiles palestinas e internacionales que trabajan en Gaza en el que manifiestan su rechazo al plan de distribución de ayuda humanitaria elaborado por Israel. Señalaron que obliga a civiles a dirigirse a zonas militarizadas para recoger raciones, lo que pone en peligro sus vidas, y que el propio traslado causa especiales dificultades a los más vulnerables.

Agregaron que el plan promueve el desplazamiento forzoso de civiles, contraviene los principios de “humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad”, y “parece diseñado para reforzar el control sobre los artículos de primera necesidad como táctica de presión, como parte de una estrategia militar”.

Este lunes, ante el anuncio del nuevo plan militar, la Comisión Europea llamó al gobierno israelí a “contenerse”, y un portavoz de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Anouar el Anouni, señaló que “la prolongación de estas operaciones en Gaza” causará “más víctimas y sufrimientos adicionales para la población palestina”.