El ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Muhammad Asif, dijo que el ataque lanzado horas antes por India contra su país fue una “invitación a ampliar el conflicto” entre los dos estados y “quizás convertirlo en algo mucho más amplio y mucho más peligroso para la región”. En declaraciones a CNN, Asif dijo que Pakistán está intentando evitar una guerra declarada, pese a la “clara violación” cometida por India, que “cruzó una frontera internacional”.
Durante la madrugada local, India llevó adelante la operación Sindoor, en la que lanzó ataques aéreos en la región de Punjab y en la zona del disputado territorio de Cachemira que está bajo administración paquistaní.
Según las autoridades indias, la operación tuvo como objetivo “infraestructura terrorista” y fue una respuesta al ataque cometido el 22 de abril, cuando un grupo armado asesinó a 26 civiles, 25 de ellos indios, en Cachemira, cerca de la ciudad turística de Pahalgam. Para India, Pakistán permitió esa acción armada.
El gobierno paquistaní lo niega y afirma que la operación Sindoor fue dirigida contra áreas civiles en las que se emplazaban, por ejemplo, centrales hidroeléctricas y mezquitas. Según Pakistán, en esos ataques murieron 26 personas, entre ellas una niña de tres años, y otras 46 fueron heridas.
Más tarde, debido a disparos de India en la zona fronteriza de Cachemira, el número de muertos aumentó a 31 y el de heridos a 57, según el vocero militar paquistaní Ahmed Sharif Chaudhry.
El ministro Asif, a su vez, dijo que las Fuerzas Armadas de Pakistán están preparadas “para una guerra total” y afirmó que este miércoles derribaron con misiles cinco aviones de combate de India, en una “lección digna”.
El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, elogió la “valiente” acción de la Fuerza Aérea de su país y dijo que India “tendrá que sufrir las consecuencias de los ataques aéreos de la pasada noche”, acciones a las que calificó de “cobardes”.
Por su parte, India negó el derribo de sus aviones militares y dijo que sus ataques no fueron dirigidos contra áreas civiles, sino contra infraestructura terrorista. Reportó, por otra parte, la muerte de diez civiles de su lado de la frontera, a causa de ataques paquistaníes.
Esta nueva crisis impactó en la vida cotidiana de los habitantes de Cachemira, una región que India y Pakistán se disputan desde que se independizaron, en 1947. Las personas hacían fila este miércoles para abastecerse de artículos esenciales y cargar combustible, mientras que el principal banco local restringió el retiro de efectivo hasta nuevo aviso, informó la agencia Efe.
En diversas zonas de Nueva Delhi se llevó a cabo un simulacro, en el que sonaron sirenas antiaéreas, para preparar a la población para una eventual situación crítica.
El ejercicio, llamado operación Abhyas, incluyó el cierre y en algunos casos la evacuación de comercios, centros educativos y oficinas públicas mientras las calles eran despejadas para que se trasladaran equipos de emergencias. Movilizó a miles de funcionarios del Ministerio del Interior en 244 distritos del país e incluyó la interrupción de la energía eléctrica en algunas zonas.
La posibilidad de que India y Pakistán se encaminen hacia una guerra causó preocupación internacional. Se trata de países que poseen armamento nuclear y fuertes ejércitos, en particular el de India, cuyas Fuerzas Armadas suman casi un millón y medio de efectivos –número que en Asia sólo es superado por China– y que casi duplica a las también poderosas Fuerzas Armadas de Pakistán, que cuentan con más de 600.000 militares.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, llamó a los dos países a frenar en forma urgente esta escalada y a aplicar la “máxima moderación y el diálogo”. Advirtió que “el mundo no puede permitirse una confrontación militar entre India y Pakistán”.
También el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y voceros de la Unión Europea y de varios países de asiáticos y de otras regiones llamaron a los gobiernos indio y paquistaní a dialogar y a evitar una escalada.
China, país vecino de los dos estados en conflicto y que tiene en Pakistán un socio y un aliado en su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, lamentó los ataques de India, país con el que también busca cultivar un buen vínculo diplomático y comercial.
A su vez, Rusia, que es uno de los principales proveedores de armas de India, pero que también mantiene buenas relaciones con Pakistán, manifestó preocupación y llamó a los dos países a actuar con moderación para evitar que la situación se deteriore todavía más.