En un comunicado conjunto publicado este lunes por los cancilleres de 26 países de Europa, Asia y Oceanía, los gobiernos firmantes expresaron que “la guerra en Gaza debe terminar”. “El sufrimiento de la población civil de Gaza ha alcanzado nuevas cotas. El modelo de entrega de ayuda del gobierno israelí es peligroso, fomenta la inestabilidad y priva a los gazatíes de su dignidad humana”, expresaron en el documento los ministros de Relaciones Exteriores de Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.

Estas naciones, además, condenaron “el goteo de la ayuda y la muerte inhumana de civiles, incluidos niños, que tratan de satisfacer sus necesidades más básicas de agua y alimentos. Es espeluznante que más de 800 palestinos hayan muerto mientras trataban de obtener ayuda”. Igualmente, los firmantes de la declaración repudiaron la situación de “rehenes cruelmente cautivos en manos de Hamas desde el 7 de octubre de 2023” y pidieron “su liberación inmediata e incondicional”.

Si bien inicialmente Estados Unidos rechazó el comunicado mediante declaraciones de su embajador en Israel, Mike Huckabee, en la noche del lunes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el presidente Donald Trump quiere negociar un alto el fuego en Gaza y “que cese la matanza”.

Leavitt afirmó que la guerra se volvió bastante brutal y agregó: “Especialmente en los últimos días, se han visto informes de más muertes. Al presidente no le gusta ver eso. Quiere que cese la matanza y negociar un alto el fuego en esta región”. La funcionaria de la Casa Blanca dijo además que Trump “quiere la liberación de todos los rehenes de Gaza. Esa ha sido una prioridad absoluta”. Desde Israel, cuyo gobierno está cada vez más aislado dentro de la comunidad internacional, el Ministerio de Asuntos Exteriores rechazó el llamado de los 26 países a terminar con las hostilidades en Gaza, considerándolo “desconectado de la realidad”.

En un comunicado publicado en X, la cancillería israelí afirmó que todas las declaraciones sobre la guerra deben dirigirse exclusivamente a la organización islamista palestina Hamas, que “inició esta guerra y la está prolongando”.

Mientras esto sucedía en el área diplomática, en el territorio gazatí este lunes la novedad fue el comienzo de una incursión por tierra de las fuerzas israelíes sobre la ciudad de Deir al-Balah, ubicada en el centro de Gaza. El avance sobre la zona se anunció el domingo, cuando el ejército israelí lanzó órdenes de evacuación que forzaron a alrededor de 50.000 personas a dejar abruptamente sus casas.

Las fuerzas israelíes nunca habían ingresado en la localidad, si bien como el resto de los centros poblados de Gaza, había sido severamente alcanzado por los bombardeos, aunque los niveles de destrucción en la zona comparadas con otras son relativamente bajos. Se estima que en el lugar pueden estar algunos de los rehenes que siguen en manos de Hamas y es por ello que los militares israelíes habían evitado los combates en la zona.

A esta situación se refirió la ministra israelí de Misiones de Asentamientos y Misiones Nacionales, Orit Strock, integrante del partido extremista Sionismo Religioso, que afirmó en declaraciones radiales que el ejército debería expandir el combate a toda Gaza, incluso si eso implica sacrificar a los rehenes israelíes que aún siguen con vida.

“Hay toda una zona que las Fuerzas de Defensa de Israel han definido como de exclusión porque allí hay rehenes. Las guerras no se pueden decidir así”, declaró la funcionaria del gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Los dichos de Strock fueron rechazados por Anat Angrest, quien es la madre del soldado Matan Angrest, uno de los israelíes que se encuentra vivo retenido en Gaza.

“Espero que sus votantes escuchen sus palabras”, declaró Angrest en una entrevista con el Canal 12 de la televisión israelí, consignada por el diario local Haaretz. “Todos deberían entender que existe una ideología dispuesta a sacrificar a los rehenes a cambio de la conquista territorial”, agregó. Angrest recordó a Strock que “los 50 rehenes que aún se encuentran en Gaza fueron secuestrados bajo su supervisión, bajo la supervisión de su gobierno, que se comprometió a traerlos de vuelta, incluso si eso significa poner fin a la guerra”.