El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue este martes el primer mandatario en pronunciar su discurso en la apertura del debate general de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el 80° aniversario de la institución.

Luego de los discursos de apertura del secretario general de la entidad, António Guterres, y de la presidenta de la Asamblea General, la alemana Annalena Baerbock, siguiendo una tradición no escrita, el presidente de Brasil fue el primero en hablar, tal como sucede desde noviembre de 1947, cuando el representante de la nación norteña, Osvaldo Aranha, dio discurso en la asamblea del organismo, cuyo tema principal fue la partición de Palestina.

En su alocución, Lula comenzó hablando sobre la situación interna de su país y defendió la democracia brasileña y la soberanía nacional, al tiempo que envió un mensaje directo al presidente estadounidense, Donald Trump, en el que condenó la presión externa y los ataques a las instituciones del país.

El presidente brasileño afirmó que las Naciones Unidas, creadas al final de la Segunda Guerra Mundial para promover la paz y la prosperidad, atraviesan un momento de fragilidad sin precedentes. Según él, el multilateralismo se encuentra en una nueva encrucijada y bajo la constante amenaza de la imposición de políticas de poder, caracterizadas por sanciones arbitrarias, intervenciones unilaterales y violaciones de la soberanía nacional.

“No hay justificación para medidas unilaterales y arbitrarias contra nuestras instituciones y nuestra economía. Este ataque a la independencia del Poder Judicial es inaceptable”, planteó. Denunció lo que llamó una injerencia en los asuntos internos y acusó a una “extrema derecha servil, nostálgica de hegemonías pasadas”, de conspirar contra el país”, expresó.

Lula también habló sobre el combate contra el hambre que impulsó desde su gobierno y celebró que el país haya salido del Mapa del Hambre de la ONU, pero remarcó que todavía queda mucho trabajo por hacer al respecto. “La única guerra que todos podemos ganar es la que libramos contra el hambre y la pobreza”, afirmó.

Posteriormente, el presidente brasileño, que el mes que viene cumplirá 80 años, enumeró las prioridades que, de acuerdo con su visión, la comunidad internacional tiene que rever.

Entre estos temas, Lula mencionó la reducción del gasto militar y el aumento de la ayuda al desarrollo; el alivio de las deudas externas de los países más pobres, principalmente los africanos; la definición de estándares fiscales globales mínimos para que los superricos paguen más impuestos que los trabajadores.

El líder del Partido de los Trabajadores dijo que la democracia también se mide por la capacidad de proteger a las familias y a la infancia. En ese sentido, habló sobre las plataformas digitales, de las que dijo que, a la vez que “ofrecen oportunidades para acercarnos de maneras que nunca imaginamos, se han utilizado para sembrar la intolerancia, la misoginia, la xenofobia y la desinformación”.

“Internet no puede ser un ‘país sin ley’. Es responsabilidad de las autoridades públicas proteger a los más vulnerables. Regular no significa restringir la libertad de expresión. Significa garantizar que lo que ya es ilegal en el mundo real se trate como tal en el entorno virtual”, afirmó Lula sobre este tema.

En otra parte de su discurso, el mandatario afirmó que en este momento América Latina vive “un momento de creciente polarización e inestabilidad”.

“Somos un continente libre de armas de destrucción masiva, sin conflictos étnicos ni religiosos”, expresó, y, contraponiéndose a la visión de Trump, dijo que “la equiparación entre crimen y terrorismo es preocupante”. “La manera más eficaz de combatir el narcotráfico es la cooperación para reprimir el lavado de dinero y limitar el comercio de armas”, puntualizó.

También se refirió específicamente a tres países de la región: “No se debe cerrar el camino al diálogo en Venezuela. Haití tiene derecho a un futuro libre de violencia. Y es inaceptable que Cuba figure como Estado patrocinador del terrorismo”.

Sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, Lula fue claro al decir que “todos ya sabemos que no habrá solución militar. Es preciso construir una solución realista. Eso implica tener en cuenta las legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes”.

Después, en una de las partes más esperadas de su discurso, Lula se refirió a la situación en la Franja de Gaza. “Los ataques terroristas perpetrados por Hamas son indefendibles desde cualquier perspectiva. Pero nada, absolutamente nada justifica el genocidio que continúa en Gaza”, aseveró. “El pueblo palestino corre el riesgo de desaparecer. Sólo sobrevivirá como un Estado independiente, integrado en la comunidad internacional. Esta es la solución defendida por más de 150 miembros de la ONU, reafirmada ayer aquí, en esta misma sesión plenaria, pero obstaculizada por un solo veto [el de Estados Unidos]. Es lamentable que el país anfitrión haya impedido al presidente Mahmud Abbas ocupar el escaño palestino en este momento histórico”, expresó el mandatario brasileño.

Lula también declaró su “admiración por los judíos que dentro y fuera de Israel se oponen a este castigo colectivo”.

En la parte final de su mensaje, Lula habló sobre cuestiones ambientales y defendió el combate al cambio climático, destacando algunas políticas llevadas adelante al respecto por su gobierno.

El mandatario también dijo que este año el mundo perdió a dos personas “excepcionales”, el expresidente uruguayo Pepe Mujica y el papa Francisco. “Ambos encarnaron los valores humanistas más destacados como nadie. Sus vidas se entrelazaron con las ocho décadas de existencia de la ONU”, afirmó. “Si aún estuvieran entre nosotros, probablemente usarían este palco para recordarnos que el autoritarismo, la degradación ambiental y la desigualdad no son inexorables; que los únicos vencidos son quienes se quedan de brazos cruzados y se resignan; que podemos derrotar a los falsos profetas y oligarcas que explotan el miedo y monetizan el odio, y que el mañana se construye a partir de decisiones cotidianas, y se necesita valentía para actuar y transformarlo”, concluyó Lula.