Crónica
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Contengo multitudes
Las convenciones del género y el sentido común hacen pensar que una murga se trata siempre de un grupo de personas. Pero las reglas están para romperse y más cuando se trata de humor. En Montevideo y Buenos Aires surgieron, en espejo y sin conocerse, dos murgas unipersonales que ya celebraron un primer festival. Andrés Alba conversó con sus creadores y analiza este fenómeno, que, desde el absurdo, refleja un clima de época.