El 12 de octubre, el Plenario del Frente Amplio (FA) de San José designó como candidata única a la presidencia de la Departamental a Marcela Barrios. De 43 años, madre de un niño que va a cumplir seis, integrante de Ir, socióloga con una maestría en Sociología, y funcionaria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), donde durante casi 15 años se desempeñó como negociadora de Consejos de Salarios y negociación colectiva, Barrios dialogó con la diaria sobre su vida, trayectoria y los planes que tiene para cuando asuma como presidenta de la Departamental. “Mi familia es de San José, siempre vivimos acá, fui a la escuela y al liceo públicos. Me fui a Montevideo a estudiar en la facultad y viviendo en la capital del país, concursé para entrar al MTSS. Luego me volví para San José más bien de cara a la maternidad, a la vida más tranquila del interior, y durante diez años estuve viajando a trabajar a Montevideo cada día”, cuenta.

¿Cómo es la historia de tu vínculo con el FA y la trayectoria que te hace llegar a esta candidatura?

Mi relación con el FA es de toda la vida, porque mis padres eran frenteamplistas y yo medio que fui una niña de comité. De adolescente empecé a militar en la Vertiente Artiguista [VA] en San José, hasta que me fui a estudiar a Montevideo y ahí seguí vinculada con la VA, pero siempre como militante de a pie; iba al comité de base, pero nunca había ocupado un lugar parecido al que ocupo ahora. Siempre seguí militando, y me fui con la barra de Ir. Estoy en el sector desde la fundación; en el último período me integré a la dirección. Paralelamente en San José, en el plenario donde se eligieron los candidatos a intendente, renunció el presidente de la Departamental. Siempre estuve, pero desde otros lugares, nunca me había interesado la exposición, ni encabezar procesos, ni estar en listas de ediles. Pero en ese proceso hubo que ponerle cuerpo, todos salimos de un plenario súper fortalecidos, porque se había elegido a dos candidatos, era paritario, como que había cosas lindas, pero también estaba lo de la renuncia del presidente. Ahí, rápidamente se formó un comando de campaña y me integré a ese comando en representación de la candidatura [a la intendencia] de María Noel Battaglino. Desde el inicio empezamos a trabajar de manera muy unitaria, poniendo al FA por encima y tratando de cuidar esa unidad y la herramienta, tratando de zurcir todas las cosas que venían de atrás. Nosotros no éramos los protagonistas de los quiebres anteriores, que fueron incluso los que derivaron en la salida del presidente [de la Departamental]. Después de las elecciones departamentales, el plenario siguiente decidió que el comando de campaña pasara a ser un comando de conducción política y seguimos los mismos, y ahí es que se fue gestando este proceso que derivó en que surgiera mi nombre para la candidatura. Dos años atrás creo que nadie hubiese pensado en mí.

¿Cómo se encara una campaña de la que ya se sabe el resultado? Vas a ser la presidenta electa, no tenés competencia.

Primero que nada, saliendo a las localidades: ya inicié una ronda por todos los comités de base del departamento, un poco para que me terminen de conocer, pero también para recibir la percepción y las ideas que tienen los militantes de qué necesitamos como FA. Yo digo que hay tantos FA como localidades, tiene que haber una retroalimentación con la centralidad, respetando la idiosincrasia. Ciudad del Plata tiene su idiosincrasia, pero tiene que estar en diálogo con los demás. Hay una campaña que tiene que ser el germen del próximo triunfo a nivel nacional y departamental. Hay que convocar a la gente a votar, a que se arrime, a que puedan incidir en la elección interna. Me refiero a los votantes que habitualmente no participan en la vida de la organización; hay que salir a convocar como si tuvieras competencia, y acompañar a los sectores en el lanzamiento de sus listas para fortalecer la herramienta.

En tu mensaje, al ser proclamada, hiciste hincapié en que vas a trabajar por la renovación promoviendo la participación de las mujeres y de los jóvenes. Vos, por ser mujer y por la edad, también sos parte de esa renovación...

Sí, estamos hablando de renovación, descentralización y participación de mujeres y jóvenes, pero yo no me considero joven, entiendo que para el FA pueda ser una renovación, pero cuando hablo de jóvenes, hablo de jóvenes de verdad. En el comando había un compañero que tenía 19 años. Me refiero a jóvenes de estos, ocupando lugares de decisión porque ha quedado demostrado que son muy buenos y, de repente, la estructura no tiene un lugar para ellos y por eso hay que generar las oportunidades para que puedan tener espacios de verdad. Por ejemplo, pensando en el equipo de la presidencia, que puedan estar integradas las localidades, los jóvenes y las mujeres. Con respecto a las mujeres, además de que los sectores se animen a proponer mujeres, también hay que promover que las mujeres se animen, porque los costos son muy altos y se pagan en el tiempo con la familia. La fuerza política puede ser más amigable para que las mujeres puedan sostener la militancia, que haya espacios de cuidados, que haya espacios preparados para los niños.

¿Estás pensando en implementar espacios de cuidados para los niños?

Ya hemos instrumentado alguna cosa, pero muy tímidamente. En Ir se milita así. En cada actividad se hace un espacio de cuidados; se ha dedicado mucho pienso al cómo, que no es solamente ir a jugar.

En tu discurso en el plenario que te proclamó también hiciste hincapié en que hay que recuperar el gobierno nacional, pero además ganar a nivel departamental, algo que le ha sido esquivo al FA. Resulta que el FA es el partido más votado en San José en las elecciones nacionales, pero en las departamentales ganan los blancos. ¿Qué pensás de eso?

Es un tema multicausal. En San José el FA no ha podido o no ha sabido capitalizar determinadas situaciones que se dieron a nivel nacional y en el departamento, incluso perteneciendo al área metropolitana. Ha habido algunos errores en la interna porque no se ha podido mostrar para afuera todo el potencial que tienen muchos compañeros que son supercapaces. Lo que trasciende son problemas y ruidos que ha habido en la interna y no este potencial. No se ha podido demostrar la capacidad de gestión. Hay algo arraigado en la ciudadanía de que tradicionalmente los que gobiernan son los blancos, y si bien la gente pudo depositar la confianza en el FA a nivel nacional, para lo departamental todavía no. También está el clientelismo de la intendencia, la forma como gestiona genera mucha dependencia y entonces hace que mucha gente necesariamente tenga que volver a votar [al Partido Nacional] porque depende del trabajo de la familia. Esa idiosincrasia es bien local, acá pasa: [la intendencia] tiene una modalidad de contratación súper endeble, que hace que en cualquier momento, si cambia el gobierno, pueden cambiar a muchos funcionarios, y eso es el trabajo tuyo, de tu primo, de tu tío, eso tiene mucha incidencia. La gente depende de esa forma de hacer política que han tenido los partidos tradicionales.

¿Cómo se hace para revertirlo?

Tenemos que demostrar que somos capaces de gestionar y generar confianza, y ayudar a la gente a poder tomar decisiones con mayor libertad, dando información, estando cerca de la gente. Hay que reconocer que nos hemos alejado de la gente, terminamos discutiendo cosas en la interna y lejos de los problemas reales.

También hablaste de dejar de medir la participación con el ‘militómetro’, y de que todos tienen algo para aportar.

La militancia medida en horas hombre no es atractiva. Hay gente muy valiosa, y no se la considera porque no tuvo el tiempo para abrir el local y cerrar el local. También hay que pensar en las nuevas modalidades; no es que vayamos a hacer la revolución por Zoom, pero hay un montón de cosas que tenemos que aprovechar, y en esto de que todos servimos para hacer distintas cosas, hay gente que le sale bien estar todo el día abriendo y cerrando el comité, pero capaz que hay gente que prefiere trabajar en [la elaboración del] programa y lo puede hacer desde su casa. Hay que buscar en estos 30 meses [hasta las elecciones nacionales] a todos los frenteamplistas que no han podido encontrar un lugar dentro de la estructura, para que tengan un lugar de militancia en el que puedan aportar.

Se ha planteado en distintas discusiones internas del FA que hay problemas entre los sectores y las bases.

Necesitamos sectores fuertes y bases fuertes; son las dos patas. Necesitamos complementariedad en todo y es lo que estamos pensando a la hora de construir equipos, que los equipos puedan estar integrados por sectores y por las bases. Esta candidatura única es resultado del apoyo de sectores que a nivel nacional tienen algunos matices o ideas distintas, pero creo que suma en esto de recuperar la unidad y de poder trabajar sobre las coincidencias y no sobre las cosas que nos separan. No tiene sentido que nos pongamos de acuerdo entre los que pensamos igual, tenemos que poder incluir al que piensa distinto.