Siembra, un espacio progresista que se define como “un ámbito de construcción colectiva, militante, que -en un marco de investigación/acción- contribuye a hacer posible lo necesario”, tuvo su presentación pública este miércoles en el teatro El Galpón. El principal referente de la nueva organización es el senador del Movimiento de Participación Popular (MPP) del Frente Amplio (FA) Alejandro Sánchez, quien estuvo presente en una mesa de debate con otras figuras académicas que conversaron sobre “el trabajo en tiempos de algoritmos”.

Al final de la jornada, el expresidente José Mujica tomó la palabra, reflexionó sobre los tiempos actuales y celebró que algunos de los presentes hayan “tomado la militancia como la causa de vida”. “Estamos en una época de cambio pavoroso, corremos el inmenso peligro de ser sepultados por el éxito, la civilización capitalista capturó a la ciencia y la impulsó, multiplicando la tecnología, la productividad, y creó el basamento material, técnico y científico de esta fantástica civilización”, comentó.

Para Mujica el sistema actual de productividad “no puede parar, porque el motor es el egoísmo; tenemos una civilización que no tiene dirección política, está manejada por el mercado”. En esta línea el exmandatario apuntó: “Tenemos una explosión tecnológica, pero la naturaleza tiene límites y la ciencia lo sabe; pero no gobierna la ciencia, gobierna una política débil, en un mundo que tiene que tomar decisiones globales y sabe lo que hay que hacer, pero no lo puede hacer porque no tiene dirección política que sea capaz de enfrentar los intereses que hay que enfrentar. ¿Será la humanidad sepulturera de sí misma?”, se preguntó.

Mujica acompañó la preocupación de algunos académicos sobre si los humanos llegaremos a tiempo de reparar el daño generado hasta ahora y agregó: “El éxito de nuestra civilización está basado en el egoísmo de la ganancia y no puede parar, tiene que multiplicar y hacer de cada ciudadano un comprador compulsivo y tiene que fabricar cosas de obsolescencia programada. Es una civilización de descarte; tenemos que despilfarrar permanentemente muchos pares de zapatos, mucha pilcha, mucha moda, con el cuento de la innovación, pero en el fondo lo que se persigue es la política de la acumulación, el sometimiento, el tener que trabajar para consumir y despilfarrar”.

Mujica considera que “esta civilización depende del mercado, ciego, lo único preponderante ya no es la decisión política; la política está sometida al juego de intereses que existe por delante. Lo hemos visto, lo estamos padeciendo”. Ejemplificó con el acceso a las vacunas, limitado por el registro de patentes que no se universalizan.