El jueves, la cancillería brasileña se comunicó con el gobierno uruguayo para adelantarle el anuncio que la administración encabezada por Jair Bolsonaro haría ayer: la resolución unilateral de bajar 10% los impuestos de importación. Ese mismo día, el semanario Búsqueda había adelantado que el gobierno uruguayo vetaría el acuerdo alcanzado entre Brasil y Argentina para rebajar 10% –aunque gradualmente y con excepciones– el arancel externo común (AEC), tasa que se aplica a los productos de fuera del Mercosur.

Si bien la postura de Uruguay no es contraria a la reducción arancelaria, entiende que esto debe venir atado de la flexibilización normativa del bloque. Esto está alineado con su objetivo de poder negociar con terceros de forma individual y tener el aval de los socios para avanzar en un tratado comercial con China. Pero el inicio de negociaciones bilaterales con el país asiático a espaldas del bloque, si bien cuenta con el respaldo del Ministerio de Economía brasileño, no cayó bien en la diplomacia de ese país, según confiaron fuentes de Itamaraty a la diaria. Y el anuncio de este viernes fue “una reacción” a esta postura de Uruguay, y “un mensaje de que no vale la pena adoptar medidas unilaterales”, remarcaron.

Al igual que Uruguay, Argentina estaba al tanto de que Brasil adoptaría esta medida, dijo el embajador de ese país en Brasilia, Daniel Scioli, al diario La Nación. “Respetaron todo lo que se había acordado con Argentina” en la reunión entre los cancilleres, destacó. “Hubo una ardua negociación de meses para dejar afuera a sectores sensibles. Cero sorpresa”, agregó.

En el mismo sentido se manifestaron fuentes de la cancillería argentina, que pidieron no ser identificadas, al ser consultadas por la agencia estatal Télam. Las negociaciones para “la actualización y adaptación de la estructura arancelaria” del Mercosur “siguen su curso”, dijo un jerarca, que marcó que no ha sido posible llegar a un acuerdo por “la pretensión de uno de los socios de vincular la cuestión del AEC a su propuesta de flexibilización”, en clara referencia a Uruguay.

La Confederación Nacional de la Industria de Brasil, el gremio más grande de empresas del sector, reclamó que la reducción “unilateral” debería ser en el marco de un “esfuerzo conjunto con los miembros del Mercosur” y estar asociada “urgentemente” a “la adopción de otras medidas para reducir el ‘costo Brasil’ y estimular las exportaciones”.

En la comunicación de los ministerios de Brasil, se señala que la medida abarcará 87% del universo de productos que tienen aranceles. Será “temporal” y “excepcional” hasta finales de 2022, en el marco de necesidades surgidas por la pandemia y la situación sanitaria. Se cita el artículo 50 del Tratado de Montevideo, de 1980 –un antecedente de integración anterior a la formación del Mercosur–, que “prevé la posibilidad de adoptar medidas encaminadas a la protección de la vida y la salud de las personas”.

“El gobierno brasileño ha estado trabajando intensamente, dentro del Mercosur, para promover la revisión del AEC, que en sus más de 25 años de existencia nunca ha experimentado un proceso de reforma integral. Brasil sigue participando plenamente en las negociaciones en curso”, expresó el gobierno liderado por Bolsonaro. Además, se aclaró que la resolución tomada ayer “sigue los parámetros ya acordados” con Argentina.

En paralelo al anuncio habló el ministro de Economía, Paulo Guedes, quien señaló que “facilitar el ingreso de importaciones permitirá ajustes moderados precios” en un momento de “fuerte presión inflacionaria”. En los últimos meses el aumento de precios y su efecto en los sectores más vulnerables se ha convertido en unos de los principales reclamos en las movilizaciones convocadas contra el gobierno. En setiembre la inflación interanual llegó a 10,25%, alcanzando las dos cifras por primera vez desde 2016.

Vale todo

Para el gobierno uruguayo, la medida anunciada por Brasil no tiene sustento legal y es contraria a los acuerdos del Mercosur. “Ya vale cualquier cosa, no existen más las normas”, cuestionó una fuente del gobierno uruguayo consultada por la diaria. Valoró también que se trata de un “gesto rarísimo de debilitamiento del Mercosur” por parte de Brasil, que “debilita su espacio geopolítico”.

En la tarde del viernes, la cancillería uruguaya y el Ministerio de Economía y Finanzas emitieron una breve declaración conjunta en la que se asocia el avance unilateral de Brasil con las falencias y la necesidad de cambios en el funcionamiento del bloque.

“La decisión de Brasil se entiende en el marco del estado actual del Mercosur en tanto Zona de Libre Comercio imperfecta. Lo comunicado por el gobierno de Brasil refleja la necesidad de modernizar y sincerar el Mercosur como forma de lograr una mejor apertura e inserción internacional”, indicó el gobierno uruguayo.

Según supo la diaria, de todos modos Brasil presentará formalmente su propuesta de rebaja del AEC en diciembre, durante la próxima reunión del Consejo de Mercado Común integrado por los cancilleres y ministros de Economía del bloque. Y, por el momento, Uruguay sigue firme en su negativa a acompañar la propuesta.