En el marco de la reestructuración de tarifas que está llevando adelante UTE, la presidenta de la compañía estatal, Silvia Emaldi, informó a El Observador que el próximo paso será “optimizar” la tarifa residencial simple, lo cual podría redundar en una baja del precio, dado que está por encima del costo.

En diciembre, las autoridades de UTE presentaron el Bono Social de Energía Eléctrica, dirigido a usuarios de programas del Ministerio de Desarrollo Social, como la Tarjeta Uruguay Social o el Plan de Inclusión Social, que desde enero se benefician con una reducción en la tarifa del consumo de energía eléctrica. Paralelamente, UTE anunció que dejará de ofrecer la tarifa de consumo básico, que está subsidiada y sirve para hogares que tienen consumo reducido de energía eléctrica, con un precio menor que la residencial simple o la inteligente de doble horario.

Aquellos usuarios que ya estén inscriptos en la tarifa de consumo básico continuarán haciendo uso del servicio, pero desde enero no se está aceptando nuevos clientes. Autoridades del ente argumentaron este cambio en que el objetivo de esta tarifa era beneficiar a personas de contexto vulnerable, pero actualmente la utilizan personas que podrían pagar la residencial simple o la tarifa inteligente.

Emaldi explicó que el directorio de UTE buscará que el pliego tarifario esté “alineado a los costos” y que no haya un “subsidio cruzado”. En ese sentido, señaló que la tarifa residencial simple tiene un precio en el orden de 10% superior al costo –dependiendo de la franja–, mientras que la tarifa de consumo básico (TCB) está 40% por debajo del costo. “Lo que no paga la TCB lo paga el resto de las tarifas residenciales”, sostuvo.

Según consignó El Observador, una eventual modificación a esta tarifa comenzaría a regir en 2023.