De forma ajustada, Luiz Inácio Lula da Silva ganó la presidencia por tercera vez ante el mandatario Jair Bolsonaro, el primer jefe de Estado en ir por la reelección y perderla, quien además se mantuvo en silencio durante casi dos días después de los comicios.

Bolsonaro reapareció este martes simplemente para agradecer a los 58 millones de brasileños que votaron por él, pero no se refirió al triunfo de Lula ni lo felicitó, ni llamó a la transición presidencial que tendrá su final a fin de año, dado que el 1º de enero Lula entrará, nuevamente, en funciones para liderar al país norteño, tercero en el mundo en producción de alimentos y que, bajo el mandato del presidente saliente, reapareció otra vez en el mapa del hambre de la FAO.

Por estas actitudes del presidente Bolsonaro, el Partido Comunista del Uruguay (PCU) inició una serie de contactos con sectores políticos de Brasil, como el Partido de los Trabajadores y el partido homónimo del norte, para una “movilización en defensa de la democracia”, según subrayaron en un comunicado.

En ese marco, manifestaron a “todas las fuerzas democráticas” de Brasil la “más firme solidaridad” ante la situación que las “acciones de la ultraderecha” generan “en estas horas en vuestro país”. Indicaron que el corte de rutas en varios puntos del país, las “reiteradas amenazas”, los llamados a la intervención militar y el intento de desconocer la victoria de Lula del domingo “generan una grave situación”. En ese sentido, reafirmaron su “disposición solidaria”.

El integrante del PCU Rony Corbo sostuvo que desde ese sector van a plantearlo formalmente en el FA y también a las organizaciones sociales a través de las bases, como a todo el espectro social, como el PIT-CNT, la Federación de Estudiantes Universitarios, las cooperativas, entre otras colectividades. “Creo que estarán de acuerdo en movilizarse a favor de la democracia en Brasil y que no haya una irrupción de una propuesta que termine en algo que no queremos en el continente”, sostuvo en diálogo con la diaria.

De todas formas, cree que hubo un avance: por un lado, en las últimas horas integrantes del gabinete de Bolsonaro reconocieron la derrota; por otro, por la defensa del proceso electoral que hace, en su mayoría, la población brasileña. “Sabemos que desde aquí no vamos a cambiar la realidad brasileña, simplemente contribuiremos a la defensa de la democracia en el continente, que es una bandera del FA”, indicó.

Por su lado, Laura Alberti, integrante del Comité Central del PCU, dijo a la diaria que en su sector político existe “preocupación” porque Bolsonaro no reconoce la derrota. Señaló que, más allá de la cantidad de votos que haya habido para “un lado y para otro, la democracia se tiene que aceptar”. “Está bueno que nosotros desde acá, que somos internacionalistas y apoyamos las democracias y creemos en los modelos de cambio, avancemos en esto”, sostuvo.

Alberti, que también es integrante del sindicato de la construcción (Sunca), dijo que “puede ser” que el tema se plantee en el seno del PIT-CNT. Según indicaron a la diaria desde la central sindical, es probable que la discusión esté sobre el tapete en la Mesa Representativa de este jueves.

En tanto, en la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del FA (Carifa) podría llegar a plantearse el tema en la reunión de este jueves. El vicepresidente de la comisión, Martín Clavijo, subrayó en conversación con la diaria que es “preocupante” la situación no sólo por el discurso que Bolsonaro brindó el martes, sino por cómo podría darse la transición de gobierno.

Clavijo, que asistió como integrante de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina a las elecciones de Brasil, señaló que su regreso al país estuvo “bien complicado” por el corte de rutas por parte de los camioneros, que se concentraron en distintos estados para pedir que se impugnen las elecciones. Sin embargo, expresó que el proceso eleccionario fue “transparente” y “no hay dudas del ganador”. “Es bien complejo lo que puede pasar de aquí a enero. Por más que algunos ministros se hayan desmarcado de Bolsonaro, el tema es el discurso que él alimenta. Hay una polarización tremenda”, consideró.

Por su parte, el senador del Movimiento de Participación Popular Daniel Caggiani señaló que el planteo del PCU lo deben analizar en la interna del sector, pero adelantó que “cualquier acción” que sea para defender un resultado electoral en el continente, en este caso de una fuerza política “hermana del FA”, se defenderá.

En diálogo con la diaria, aseguró que “no cambia absolutamente nada” que Bolsonaro salude o no a Lula, porque el dirigente de izquierda ya está proclamado. “Joe Biden, Vladimir Putin, Emmanuel Macron, todos los presidentes de América Latina; no hay nadie que no lo haya reconocido, sólo Bolsonaro. Pero con estos muchachos nunca se sabe, hasta el 1º de enero todo va a estar en vilo. Creo que hay que tener los ganchos abiertos”, expresó.

En tanto, el senador de la Vertiente Artiguista Enrique Rubio estableció que la defensa de la democracia en el continente “es un tema de primer orden”. Según expuso a la diaria, se ha visto un “forcejeo de forma fría” en Brasil, pero “la mayoría de las poblaciones se manifiestan en defender la democracia”. “El eje es democracia o barbarie en muy diversos planos. La movilización, información y otras formas de estructuración social y política son claves para el sostenimiento del sistema civilizatorio”, afirmó.