Guzmán Acosta y Lara fue diputado del Partido Colorado (PC), del sector Foro Batllista, por el departamento de Durazno, en el período 2000-2005, como lo había sido su homónimo padre varias veces, décadas atrás. Luego se alejó de la política y se enfocó en su estudio de abogados, donde se especializa en Derecho Laboral.

En las elecciones pasadas regresó a la política, dentro de Batllistas, y ahora se desempeña como Director Nacional de Telecomunicaciones y Servicios de Comunicación Audiovisual del Ministerio de Industria, Energía y Minería. Hace un año, Acosta y Lara se desprendió de Batllistas y lanzó un nuevo grupo dentro del PC, Viento de Cambio, que quedó tercero en las elecciones de jóvenes, y hace pocos meses lanzó su precandidatura para 2024. Acosta y Lara conversó con la diaria sobre los motivos por los que desde ya hizo explícita su postulación, cuando en los demás partidos todavía es un tema que en público se tiende a esquivar.

¿Por qué decidiste armar un nuevo grupo dentro del PC y salir de Batllistas?

Batllistas fue algo interesante ante la situación de [Ernesto] Talvi, porque había un grupo de gente diseminada en el batllismo que no tenía líder. En ese momento yo no estaba en la actividad política, decidí volver porque creía que la coalición era necesaria, y para eso el PC debía tener una buena votación. Cuando vino Talvi me pareció interesante, pero cometió el mismo error de la candidatura de Pedro Bordaberry: liderazgo que no deja espacios a las otras patas del partido, “yo soy de los buenos y los otros son los malos” o “yo soy la nueva política y ellos son la vieja política”, pero un partido debe ser mucho más plural que la polarización. Además, se cometió el error de que el que gana se lleva todo y no le deja espacio al contrincante o a los otros sectores. Pongo mucho hincapié en esto porque me parece que el liderazgo que tenemos que volver a tener en el PC debe ser mucho más abierto.

¿Pedro Bordaberry tampoco dejaba espacio a los demás?

Bordaberry eligió al segundo [para completar la fórmula de 2014], a [Germán] Coutinho. Yo creo que el que gana tiene que darle espacio al segundo. Quiero volver al PC que en la misma noche de la interna elige quién es el candidato: el segundo -no importa por la distancia que gane el primero- con abrazo debe completar la fórmula, y no enlentecer el proceso de negociación, de sectores a sectores; eso ha hecho que desde 2005 en adelante el PC no tuviera la apertura correspondiente. Ese es un análisis previo que justificó ir a buscar a [Julio María] Sanguinetti, que era el único que pudo juntar a una cantidad de gente, sabiendo que era difícil la tarea porque no iba a ser candidato. Después, supuestamente venía un proceso de renovación que no encontré en Batllistas. Tengo una excelente relación con el doctor Sanguinetti, lo nuestro no es un grupo contra él sino un grupo independiente. Era necesario construir un nuevo espacio político, abierto, que le diera un contenido ideológico distinto al partido, porque en las últimas dos elecciones el PC se fue vaciando de contenido, especialmente con una preponderancia hacia la derecha, cuando históricamente tuvo tres o cuatro vertientes. Ante eso, buscamos representar a mucha gente que no solamente se fue del PC sino a otros sectores de la sociedad que hoy no se sienten representados ni siquiera en el propio Frente Amplio [FA]. Queremos un cambio dentro del PC, generacional, de ideas y de maneras y procedimientos políticos. 

No sos el primero del PC que anuncia su precandidatura, porque el diputado Gustavo Zubía ya lo deslizó. ¿Qué te diferencia de él?

Que no creo en las etiquetas, ni en la izquierda ni en la derecha, ni en las propuestas demasiado rígidas; y nosotros somos mucho más jóvenes y tenemos una mirada más de futuro. Para nosotros son clave la innovación y la tecnología, que vinieron a hacer una disrupción transversal en toda la sociedad. Uruguay puede ser el primer país que elimine la brecha digital, no solamente por el acceso sino también por el dominio de las herramientas digitales. Eso va a afectar a todos los aspectos de la economía, al agro, las relaciones humanas y los derechos digitales que se vienen, que son para los cuales tenemos que empezar a tener un concepto nuevo y distinto. Porque hay suprapoderes por encima de los estados, que son las plataformas, que empiezan a tener una incidencia muy importante sobre la vida de los gobiernos y la sociedad. Nosotros ya estamos pensando en soluciones; por ejemplo, estoy a favor de crear un Ministerio de Innovación y Tecnología, que junte a la [Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento] Agesic, a la [Agencia Nacional de Investigación e Innovación] ANII y a las universidades, y que sea un gran motor para apoyar todas estas herramientas que ya tenemos, unificando criterios.

Decís que no creés ni en la izquierda ni en la derecha, pero recién señalaste que el PC se fue vaciando de contenido, especialmente con una preponderancia “hacia la derecha”...

Hay una derecha y una izquierda, pero creo que esos conceptos empezaron a limarse y estoy más a favor de tirar esas barreras. Yo no creo en la grieta, ni en la piedra de un lado para el otro, creo que hay mucha gente valiosa en el FA que hoy está desconcertada, fundamentalmente porque el FA está en una crisis muy profunda, y no de liderazgo sino por el cambio generacional que no se está dando. Tiene una crisis de principios, porque ya no es un partido: hoy el PIT-CNT es el FA, y no solamente porque [Fernando] Pereira fue presidente del PIT-CNT y hoy es presidente del FA, sino porque todos los “no” vienen primero del PIT-CNT y después son los mismos “no” que el partido, sin margen de acción, termina diciendo, o sea, los moderados en el FA se acabaron.

Pensando en la elección de 2024: luego de la interna, el PC va a competir con los demás partidos del oficialismo y tendrá que diferenciarse de ellos si quiere liderar la coalición. ¿Cómo deben hacerlo?

Tenemos dos internas, primero la de los colorados y luego la de la coalición. Imagínense la coalición si no estuviera el PC... El PC ha incidido en la coalición en cosas importantes, como la transformación educativa, pero yo quiero más incidencia del PC dentro de la coalición; entonces, vamos a tener una fuerte presencia en políticas sociales, mucho más que las que tenemos ahora. Vamos a trabajar y profundizar la participación del presupuesto nacional en regiones -no en intendencias-, y que llegue de acuerdo con los intereses de los distintos actores regionales. Para incidir debemos tener un partido fuerte. Si el PC no se fortalece y no tiene tres o cuatro candidaturas -que es lo que propongo desde ahora, por eso salgo a decirlo-, va a ser muy difícil que la coalición sobreviva, pero como el PC va a votar mucho mejor de lo que la gente cree... Con cuatro candidatos en la cancha, para todos los gustos, el PC va a empezar a retomar el camino de arriba del 16%, que es a lo que espiramos. Voy a trabajar activamente para eso; es mi gran desafío: poder ser el líder que tanto necesita el PC.

¿Qué opinás del proyecto de ley para legalizar la eutanasia, que fue impulsado por el diputado colorado Ope Pasquet?

Es un proyecto que no fue consultado en toda la interna del partido y ni siquiera tiene 100% de su aprobación entre sus propios correligionarios de sector, o sea, que ahí ya vemos que algunas dudas hay sobre el proyecto. Creo que primero hay que trabajar en el proyecto de ley de los cuidados paliativos, que me parece fundamental; y con relación a la eutanasia: si se verifican los hechos que dan lugar a la misma, es una decisión que hay que tomar.

¿Pero apoyás el proyecto?

Tal cual está, no. Iría por etapas: primero me gustaría que estuviera todo mucho más claro en el tema de los cuidados paliativos. 

Tenés la misma posición que la senadora de Ciudadanos Carmen Sanguinetti entonces.

Sí, en ese sentido, estoy bastante más cerca de Carmen Sanguinetti que de Ope Pasquet.

Hace un mes, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PC definió armar un grupo de trabajo “para analizar la evocación histórica” del golpe de Estado de 1973, ya que se están por cumplir 50 años. ¿Qué opinión tenés sobre las responsabilidades que tuvo el PC en todo aquello?

Hubo mucha gente responsable del golpe de Estado, y no todo el PC participó, muchos combatimos el golpe; yo tenía tres años, pero mi padre estaba en contra y fue proscripto. En 1985 no pudo ser candidato, fue de la última tanda de desproscriptos, conjuntamente con Jorge Batlle, o sea que mi posición es de rechazo rotundo hacia la dictadura y los efectos que tuvo. Segundo: acá hubo responsabilidades importantes, no solamente de la guerrilla, también el desprestigio de la clase política: algunos políticos no estaban a favor de los partidos políticos. El padre del senador Bordaberry [Juan María] era uno, no creía en los partidos políticos, y, por otro lado, algunos partidos veían la salida militar como la solución al estilo peruanista, como la gran sustitución de la democracia. Después, si el CEN quiere hacer un análisis sobre qué parte del PC estuvo a favor y qué parte en contra, está en todo su derecho, yo creo que la historia es clara: hubo sectores del PC que apoyaron y otros -la gran mayoría- que no. 

¿Mantenés la postura de que hay que derogar por completo la ley de medios?

Totalmente, sigo insistiendo. Fue una promesa de campaña de todos los actores políticos de la coalición, pero lamentablemente no hemos dado con la fórmula adecuada.

¿No quedaría un vacío legal?

No, por algo el Poder Ejecutivo mandó un proyecto que mantiene regulaciones básicas y no atenta contra los medios de comunicación. Yo no creo en la regulación de los medios sino en los medios mucho más libres. Para mí primero está la libertad y después la regulación, y más en los contenidos de los medios, que no es solamente lo que el medio dice sino cómo organiza su estructura económica y su esquema de funcionamiento.

Uno de los temas que siempre está en el tapete es la seguridad. De cara a la campaña, ¿tenés alguna propuesta al respecto?

Estamos empezando a trabajar activamente sobre eso, hoy no puedo decir una acción clara, pero creo que tenemos que trabajar primero con el tema del narcotráfico. Tengo mis visiones, por ejemplo, sobre la ley de la marihuana, si no hay que mejorarla. ¿Te parece que el Estado tenga que distribuir la droga? Me parece que no. Si la vamos a liberalizar, que quede libre, directamente. Es un tema para analizar, todavía no tengo una postura. Primero tenemos que darnos cuenta de que la guerra contra el narcotráfico se perdió, y no creo que la podamos ganar poniendo más recursos. Tenemos que ir más por la educación, atacar al núcleo duro de que la droga, sea cual sea, está mal; legalizar no quiere decir que esté bien, hay que hacer la misma educación que con el cigarro. En cuanto al narcotráfico, revería el tema de los allanamientos nocturnos: no quedé conforme con las soluciones ni con las respuestas que se han dado.

Eso es algo que te emparenta con Zubía, que quiere habilitar los allanamientos nocturnos.

Bueno, por algo estamos en el mismo partido.