Bajo lluvia, cientos de personas dijeron adiós a Jorge Zabalza. Rehén de la dictadura cívico-militar durante 13 años, el exintegrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) falleció a los 79 años en la madrugada del miércoles en el Hospital de Clínicas. El Tambero, como le decían en su entorno cercano, estaba internado por complicaciones derivadas de un cáncer de esófago que lo aquejaba desde hacía años.

Este jueves se llevó a cabo el velatorio en el barrio La Comercial. Minutos después del mediodía, cientos de personas, viejos y jóvenes, de distintas clases sociales, se juntaron en la esquina de Nueva Palmira y Cufré para despedir a Zabalza. Uno de ellos fue Ricardo Ehrlich, exintendente de Montevideo y hasta hace unos días coordinador transitorio del Frente Amplio (FA).

“Nos conocimos en la cárcel”, expresó Ehrlich, para quien Zabalza fue “un hombre de una gran coherencia que vivió de acuerdo a sus principios”. “Creo que hoy acá hay toda una generación con la que él compartió su vida, que respeta y respetó sus opciones” y su “enorme compromiso con sus ideas”, mencionó en diálogo con la diaria.

Foto: Federico Gutiérrez.

Foto: Federico Gutiérrez.

“Compartimos distintos momentos”, continuó Ehrlich, “sobre todo cuando yo estuve con responsabilidades de gestión y había que resolver problemas, él [Zabalza] se acercó buscando resolver problemas concretos, con un compromiso muy firme con sus principios y con la gente, con los humildes”. Esto último, sostuvo Ehrlich, “es lo que hace que hoy toda una comunidad muy diversa manifieste su dolor y su respeto a lo que significó su vida”.

Zabalza se incorporó a los tupamaros en 1968 e integró el grupo de presos que se fugaron de la cárcel de Punta Carretas en 1971, y posteriormente fue uno de los nueve rehenes tupamaros que estuvieron presos en cuarteles militares desde 1972 hasta 1985, durante toda la dictadura cívico-militar.

Irma Leites, referente de Plenaria Memoria y Justicia, estuvo también presente y señaló a la diaria que “en este momento” lo que más le pesa “es la convicción de que hay muchos luchadores” cuya “pasión fue el cambio social, la revolución, que en aquel momento la vimos a la vuelta de la esquina, y no estuvo a la vuelta de la esquina, pero la seguimos buscando siempre y el Tambero es un ejemplo de eso”.

En cuanto a la figura de Zabalza, lo ubicó entre los “revolucionarios que han sido coherentes desde el inicio de nuestra lucha” y “que a lo largo de este tiempo se han mantenido hasta el final”.

“Un referente ético”

En conversación con la diaria, el referente sindical y exdiputado del Partido por la Victoria del Pueblo Luis Puig dijo sobre Zabalza que “fue un tipo que vivió como pensó toda su vida”. “Yo creo que cumplió con esa premisa básica que planteaba el Che Guevara de que un revolucionario debe poner el pellejo atrás de las ideas. Sin dudas, el Tambero lo puso a lo largo de toda su vida”, afirmó.

Para Puig, a pesar de las “muchas diferencias”, Zabalza era una persona con quien “podías discutir de frente, fuerte, y terminar con un abrazo, manteniendo cada uno sus posiciones”. Además, destacó: “Cada vez que estábamos en conflicto en el sindicato del gas siempre aparecía su presencia solidaria dando una mano”. “Yo creo que es un referente ético muy importante para la izquierda uruguaya y un referente para las futuras generaciones”, resumió.

En 1985, a la salida de la dictadura cívico-militar, Zabalza fue liberado y continuó su militancia política en el MLN-T, ahora desde la legalidad. En 1994 fue electo edil por el FA y acabó asumiendo la presidencia de la Junta Departamental de Montevideo. En ese entonces protagonizó varias polémicas con otros dirigentes políticos del FA.

A comienzos de 1999, un par de años después, Zabalza abandonó el Movimiento de Participación Popular y más tarde, en el 2000, se alejó definitivamente del FA y criticó en particular a sus excompañeros del MLN-T.

Nunca dejó de tener una participación activa en defensa de los derechos humanos. El año pasado fue condenado, junto con otras cinco personas, por atentado durante las protestas de febrero de 2013 en la sede de la Suprema Corte de Justicia, que cuestionaban el traslado de la órbita penal a la civil de la entonces jueza Mariana Mota, que tenía a su cargo más de 50 expedientes vinculados a la violación de los derechos humanos en la dictadura.

Foto: Federico Gutiérrez.

Foto: Federico Gutiérrez.

“Fijate que el Tambero se va procesado”, manifestó Leites, quien también fue condenada por esa misma protesta. La dirigente de Plenaria Memoria y Justicia valoró su compromiso con “las luchas actuales contra la impunidad, contra el terrorismo [de Estado], contra la injusticia”. A lo largo de su vida, Zabalza “tuvo muchas instancias que no sólo compartimos, sino que nos marcaron como militantes”, sostuvo.

Por otro lado, Leites destacó “el elemento de que él haya abandonado una clase, una vida que podía haber sido muy cómoda, en aras de otros que realmente la pasábamos mal”. Zabalza era hijo de Pedro Zabalza Arrospide, dirigente del Partido Nacional y exintendente de Lavalleja. “Todos los sectores más marginales veíamos en estos compañeros que ellos entregaban todo y hasta abandonaban una clase para pasarse al bando de los oprimidos”, remarcó Leites.

A las cuatro de la tarde, en punto, en medio de muchos aplausos y al grito de “¡arriba los que luchan!”, el cortejo fúnebre partió hacia el Cementerio del Norte, donde será cremado.