Después que este lunes la Intendencia de Montevideo comunicara que no aceptaba la propuesta de inversores privados MVD 360, que implica la construcción de una isla artificial de 36 hectáreas a la altura de la rambla de Punta Gorda, este martes el ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, cuestionó la decisión. “Creo que este tipo de iniciativas privadas generan un interesante desarrollo inmobiliario, laboral y de inversión de privados. Me parece que debería ser analizado un poco más en profundidad”, dijo consultado en el programa Otra mañana de radio Oriental.

La iniciativa comprende un puerto deportivo y un puente de 450 metros y es considerada de interés por el gobierno nacional a partir de una resolución firmada por el presidente Luis Lacalle Pou y el propio Falero. “Yo creo que el Uruguay no se puede dar el lujo, de forma tan rápida, de negarse a un proyecto de desarrollo. Me parece algo apresurado ya decir que estamos dándole el ‘no’ a un proyecto cuando ni siquiera se ha presentado un estudio de prefactibilidad”, opinó el jerarca, que añadió que Uruguay “siempre ha sido abierto y receptivo a cualquier iniciativa”.

Dijo que podía suceder que inicialmente una administración tuviera una visión contraria “y que luego se pueda analizar más en profundidad los pro y los contra para poder intercambiar con los propios inversores y revertir esta situación”, y apostó por que se dé ese camino. “El Poder Ejecutivo tiene una opinión favorable a dar un paso más, que no quiere decir favorable al proyecto”, afirmó, y dijo que aspira a que se abra “una instancia de diálogo”, porque “no nos podemos cerrar de forma tan drástica”. “Salvo que ya esté cerrado, y bueno, tendrán que transmitirles a los inversores que Uruguay no estaría abierto a escuchar o a analizar en conjunto un proyecto de esta magnitud”.

Comentó que la iniciativa se transformaría “en un barrio más de Montevideo, porque uno tiene luego que contar con servicios… no es un departamento nuevo”, y puso como ejemplo de otros proyectos de desarrollo el de Colonia, en ese departamento. “Creo que Uruguay necesita aumentar la población para generar un desarrollo real. Para generar ese aumento de población tenemos que generar infraestructura”, señaló.

Reconoció que sin el aval de la intendencia no se podría continuar el análisis, pero reiteró su interés en que haya una instancia de diálogo: “Vamos a ver si los inversores están dispuestos a dar un paso más y subsanar algunas de las dificultades en esta resolución”.

“Si bien presenta ciertos aspectos innovadores para la ciudad, que no deberían ser considerados negativamente, haciendo un balance global entendemos que no es un proyecto viable para Montevideo”, había dicho el lunes el director de Planificación de la comuna, Luis Oreggioni.

Según explicó el jerarca, la inviabilidad se debe a que la iniciativa privada concentraría “en un único lugar del territorio montevideano una enorme cantidad de metros cuadrados, no sólo de viviendas sino también de oficinas y comercio”, lo cual “afectaría procesos que tienen que ver con la vida de la centralidad montevideana, particularmente del Centro y la Ciudad Vieja, barrios por los cuales la IM está apostando muy fuerte”.

Señaló que si en un determinado lugar se construyen “800.000 metros cuadrados de vivienda y 100.000 metros cuadrados de oficinas y locales comerciales”, las personas y las actividades que van a ocupar ese espacio “van a salir de la ciudad”. “No vamos a fabricar nueva población. Nos preocupa el desplazamiento de la vida comercial y el trabajo”, acotó.

Oreggioni aclaró que la negativa no se trata de “aspectos concretos de diseño” o “si hay más o menos metros de espacio público”, sino del “equilibrio global de la ciudad”. “Es una figura que es perjudicial para el desarrollo de Montevideo y para la centralidad que nos representa a todos. Esta inversión de alguna forma desequilibra un equilibrio que necesitamos recomponer”, expresó.