Luego del anuncio por parte del gobierno de la finalización del estudio de prefactibilidad que permitiría avanzar hacia un tratado de libre comercio (TLC) con China, y de los argumentos esgrimidos durante la cumbre del Mercosur la semana pasada, los detalles del estudio y cómo quedarían las relaciones con el bloque regional son una preocupación dentro del sistema político uruguayo.

Tal es así que tanto propios como extraños se han manifestado al respecto. Este lunes lo hizo el intendente de Canelones, Yamandú Orsi. “Hay cosas que no las entiendo”, dijo en una entrevista con el periodístico Nada que perder de M24, y sostuvo que al no saber “qué es lo que dice” el estudio de prefactibilidad, no puede “opinar sobre cómo viene el tema con China”. “Hoy escuchaba a [el secretario de Presidencia, Álvaro] Delgado que sí, que se va a colectivizar o por lo menos se le va a preguntar a otros sectores políticos; ahí opinaremos”, dijo Orsi.

Respecto del impacto en las relaciones con el resto de los países del Mercosur, Orsi sostuvo que no se imagina “un Uruguay separado de la región”. “Puede ser una linda señal de 'qué guapos que somos'” a la interna del bloque, pero “la realidad es la realidad”, indicó, y se refirió a los mercados de Argentina y Brasil, bastante más grandes que el uruguayo, e ironizó que “va a llevar muchas horas de análisis del Partido Comunista Chino si se hacen alianzas con un país de tres millones o con una región de 260 millones de habitantes”.

“Ya de hecho estoy seguro de que va a haber acuerdos extrarregionales”, reflexionó, pero entendió que en este caso “es con la región, y va a pasar que va a ser con la región”. “Lo que sí es cierto es que todo TLC trae dolores y heridas, eso hay que revisarlo bien”, continuó el jefe comunal canario, y sostuvo que los acuerdos que se hagan “con países como China es difícil imaginarlos extrarregión”.

Para Orsi, “como señal, mostrarnos [como] que estamos solos preocupa”, más cuando -a su criterio- “el gobierno no desaprovecha ninguna oportunidad en el Mercosur de patear el tablero y aparecer como los distintos”, y dudó de si “se hacen gestos para la política exterior o son gestos para adentro”.