Cecilia Sarasola participa en una olla en Ciudad Vieja que integra la Red de Ollas al Sur, red que, a su vez, forma parte de la Coordinadora Popular y Solidaria (CPS). Tanto Ciudad Vieja como barrios como Lavalleja y Bella Italia tienen un tema en común: “Cada vez hay más vecinos y vecinas acercándose a estas iniciativas porque no tienen para comer”, contó Sarasola a la diaria.
“El tema del hambre es, lamentablemente, un tema común que nos sigue preocupando a todos y a todas”, continuó. En ese marco es que el domingo se llevó a cabo el segundo encuentro de ollas y merenderos de la CPS, en una extensa jornada desde las 8.00 hasta las 18.00, en el local de la avenida Agraciada del sindicato de UTE.
El 9 de agosto de 2020 se desarrolló el primer encuentro, en el que participaron más de 120 personas de diez coordinadoras, redes y colectivos de ollas que representaban aproximadamente a 80 ollas y merenderos populares. A dos años de ese momento, la CPS expuso en un documento que en la actualidad reúne a casi 300 ollas y merenderos, de la mano de 15 coordinadoras, redes y colectivos.
Según contó a la diaria Agustina Romero, integrante de la organización sin fines de lucro Solidaridad Uy –que es parte de la CPS–, en la instancia del domingo estuvieron presentes casi 400 personas, contando a niñas y niños. “Gente de todas las ollas de Montevideo, de la zona metropolitana, de Canelones y de otros departamentos, que nos juntamos primero para ponernos un poco al día, hacer una puesta a punto de todo lo que venimos trabajando las coordinaciones desde hace dos años, las comisiones que organizan el trabajo dentro de la coordinadora, presentar las redes de ollas y debatir de acá a futuro cuáles son las necesidades respecto de otras organizaciones y respecto del gobierno”, explicó Sarasola.
Según la integrante de la CPS, el motivo principal para realizar la jornada fue intercambiar a nivel nacional las experiencias en los distintos territorios, con la base común del “hambre que se está viviendo en nuestro país”. Dentro de las principales conclusiones a las que arribaron, Sarasola destacó la necesidad de “seguir movilizándonos y manifestándole al gobierno que no podemos seguir siendo lo que somos, que por la forma en que se están descansando en nosotros es como si fuésemos una política pública y nosotros no queremos ser eso”.
Contrariamente, Sarasola describió que la CPS se trata de “iniciativas solidarias que muy lejos queremos estar de ser una política pública”. Mientras que no se encuentre “otra salida, a menos que quien se tiene que hacer cargo se haga cargo de la situación”, la CPS continuará mediante la autoorganización.
Por otro lado, a partir del trabajo durante el encuentro de tres subcomisiones que abordaron diversos ejes, en un plenario se sintetizó lo generado y se votó afirmativamente los siguientes pasos a seguir desde la CPS: en setiembre se desarrollará una movilización; en la interna se terminará de decir cómo, cuándo y dónde será. “Para que se siga escuchando a las ollas populares y para que el Estado se haga cargo de erradicar el hambre y garantizar la alimentación de su población”, resumieron en el documento.
Por otra parte, la CPS resolvió participar en la Intersocial y se acordó generar una “gran mesa a nivel interinstitucional” con la participación de la Universidad de la República, entre otros actores, bajo el eje temático “del hambre”.
Cómo seguir
La realización de “acciones concretas” dirigidas a niños y niñas fue una de las resoluciones de la primera subcomisión, que tuvo como foco “apuntar a diversificar y reconvertir la actividad solidaria hacia otras áreas de trabajo en la comunidad”. En ese sentido, identificaron que las infancias son “los más vulnerables” y que se requieren propuestas que incidan en “la calidad [de vida] de estos niños”.
La educación fue otra de las grandes problemáticas que visualizaron, por lo que propusieron escuelas o espacios comunitarios en los que se trabaje “a partir de la educación popular”, en articulación con sindicatos y estudiantes de Magisterio que estén por ser maestras. En la misma línea, más allá del plano alimenticio, acordaron que es importante conocer “las necesidades de cada barrio” y pensar en que “las desigualdades son ciclos generacionales”, por tanto, evaluar “cómo se pueden generar cambios que se mantengan en el tiempo”.
En la segunda y la tercera subcomisión surgió, por un lado, que es imprescindible “ser más visibles, en los barrios y también ante el gobierno”. En ese marco, se resaltó la importancia de que la CPS continúe forjando su “propia voz”, pero también de que se una a otros movimientos y organizaciones para “trascender y tener otra potencia para pararnos frente al gobierno”, como en el caso de la unión con la Intersocial. De igual manera, se discutió sobre la participación de la CPS en el tercer Congreso del Pueblo, al que se estima que se va a asistir para “conversar con las organizaciones de igual a igual” y que la CPS pueda representarse a sí misma.