Los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas (FFAA) fueron el jueves al Parlamento junto con el titular del Ministerio de Defensa, Javier García, para presenciar la sesión especial de la Asamblea General, que durante poco más de cuatro horas puso el foco en los eventos de febrero de 1973, que terminaron en la disolución de las cámaras el 27 de junio de ese mismo año, consolidando el golpe de Estado. En aquel febrero de hace 50 años, la Fuerza Aérea y el Ejército se opusieron a la designación de Antonio Francese como Ministro de Defensa, y luego los militares redactaron los famosos comunicados 4 y 7, en los que plantearon las líneas que pensaban seguir.

Antes de la sesión, García dijo en rueda de prensa que por más que la conmemoración sea por los 50 años de los episodios de febrero de 1973, que fue el comienzo del quiebre institucional, “hoy, 50 años después, celebramos la democracia”, ya que tenemos “instituciones democráticas fuertes, pluralismo, libertad, partidos en pleno uso de sus libertades, etcétera: la Constitución a pleno. Por eso también es tan bueno esto de que participen los mandos de las Fuerzas Armadas, es una señal de institucionalidad muy fuerte”, acotó.

García dijo que “obviamente” varios de los integrantes de las FFAA “tuvieron un papel protagónicamente negativo” en el golpe de Estado, pero hubo otros “que tuvieron un papel apegado a la Constitución”, como el contralmirante de la Armada Juan Zorrilla. “Los hechos del pasado no fueron responsabilidad de una sola persona ni de una sola institución, varios tuvieron responsabilidades, y me parece que es una buena señal esta de las FFAA”, insistió. 

Consultado sobre si las FFAA deben hacer un mea culpa sobre los hechos de la dictadura, el ministro dijo, citando a Líber Seregni, que “las instituciones no piden perdón sino las personas”. Por lo tanto, a García le parece “muy paradójico que haya sectores políticos que fueron negativamente protagonistas que miren para el costado y que le pidan a otros lo que ellos no hicieron”. Sostuvo que nunca vio al Movimiento de Liberación Nacional o al Partido Comunista decir “nos equivocamos, y fuimos protagonistas de haber querido violar la Constitución”. 

“Yo pregunto: al Senado de la República, cuando hace unos años atrás su presidente, que era vicepresidente de la República [Raúl Sendic], fue procesado por corrupción, ¿alguien le dijo que pidiera disculpas? Cuando procesaron al presidente del Banco República [Fernando Calloia], ¿alguien le pidió al Banco República que pidiera perdón? No corresponde, es la persona”, finalizó. 

Pasquet recordó a Vasconcellos y Jorge Batlle

La sesión la abrió el diputado del Partido Colorado Ope Pasquet. Resaltó que la idea era tratar el tema desde la perspectiva actual, para ver “qué lecciones podemos extraer de lo que pasó entonces”. “Pasaron muchas cosas en febrero de 1973, y no surgieron de la nada, por generación espontánea, sino que se enmarcaron en un proceso histórico que venía muy de atrás y que continuó durante todo 1973. Pero no podemos referirnos a toda esa secuencia histórica, por eso vamos a ceñirnos a algunos de los hechos que consideramos principales de ese mes de febrero”, sostuvo.

Pasquet recordó el mensaje que el entonces senador colorado Amílcar Vasconcellos dirigió al pueblo uruguayo el primero de febrero de 1973 a través de un programa de radio: “Hace un siglo el Uruguay entraba en la etapa histórica que fue conocida por el período militarista. Estos días han resurgido –y no por mera coincidencia– panegiristas entusiastas de [Lorenzo] Latorre. Nadie, sin embargo, salvo por cobardía, comodidad o ceguera histórica tiene el derecho de ignorar que hay en marcha un movimiento que busca desplazar a las instituciones legales para sustituirlas por la omnímoda voluntad de los que pasarían a ser integrantes de la ‘internacional de las espadas’”.

Pasquet siguió citando a Vasconcellos, que en aquel programa de radio concluyó: “Que nadie se haga ilusiones, Latorre llegó y nadie ha olvidado cómo se tuvo que ir. Los latorritos que tratan de llegar, aunque puedan lograrlo mediante la ayuda de cobardes y traidores, que no olviden la lección histórica”. Visiblemente emocionado, Pasquet subrayó que estas palabras “causaron un tremendo impacto en la conciencia nacional”, y resaltó que Vasconcellos siguió hablando de esos temas.

El diputado recordó que en octubre de 1972 “había sido arbitrariamente detenido Jorge Batlle”, al que se le “imputaban vagamente vinculaciones con hechos de corrupción, aunque finalmente se le termina procesando por ataque a la fuerza moral de las FFAA”. Señaló que Batlle había denunciado por radio y televisión “que había una conspiración militar para desprestigiar a los políticos y para usurpar funciones que no les correspondían”. Pasquet recordó que la consecuencia de eso fue la renuncia al gabinete de los ministros de la lista 15: Julio María Sanguinetti, Francisco Forteza y Walter Pintos Risso, por lo que el presidente colorado Juan María Bordaberry “estaba absolutamente debilitado”.

Pasquet subrayó que en el desacato militar del Ejército y la Fuerza Aérea, que no reconocían a Francese como ministro, en realidad “estaban desconociendo la autoridad del presidente que lo había designado”. “Ese es el golpe de Estado, que no tuvo el impacto simbólico que tendría después la disolución de las cámaras, pero que ya configuraba una actitud del poder militar del desconocimiento de la autoridad constitucional”, subrayó Pasquet.

Por último, el diputado dijo que los comunicados 4 y 7 exponían “una suerte de plan de gobierno, que no tenía ninguna originalidad”, porque retomaban “cosas que estaban más o menos en todos los programas que se habían presentado en la elección anterior”. “Y con esto lograron convencer a sectores de la vida política y sindical del país de que su intención era realmente poner en práctica esos comunicados. El Frente Amplio [FA] les creyó, y distintos pronunciamientos lo expresaron en términos categóricos”, señaló Pasquet, y recordó lo escrito por el diario El Popular, del Partido Comunista, que expresó “su simpatía” por los comunicados 4 y 7.

Andrade: hay que ponderar “qué es más grave en términos de proceso de deterioro institucional”

Por el lado del FA, el senador Óscar Andrade dijo que el deterioro institucional “no nació en un día”, y ubicó a las medidas prontas de seguridad como “componente sistemático del pachequismo en Uruguay, no contra la guerrilla” sino “para criminalizar la protesta social”, ya que fueron aplicadas “contra los bancarios, los trabajadores de Ancap, de UTE”, etcétera. 

Andrade recordó que en 1969 se logró aprobar una comisión investigadora parlamentaria sobre denuncias de torturas. Resaltó que el informe que surgió de la comisión, de más de 100 páginas, que se trató el 6 de octubre de 1970, “estremece”, porque habla de “violaciones de mujeres embarazadas, quemaduras con puchos”, que muestran el “deterioro institucional”. “En ese contexto fueron las elecciones de 1971, con el intento de asesinato del general Líber Seregni, con atentados, con bombas en locales frenteamplistas. La situación empeoró. ¿Se puede hablar de golpe de Estado sin hablar de la votación del ‘estado de guerra interno’? ¿Sin hablar del decreto de setiembre de 1971 que generó la participación de las Fuerzas Conjuntas?”, preguntó Andrade. 

El senador subrayó que es cierto que hubo ministros que cuando se dio el golpe de Estado renunciaron “y es cierto que hubo quienes no, y es cierto que hubo quienes integraron el Consejo de Estado y embajadas, y otros colaboraron con el régimen”. “Todo tenemos que discurrir y después ponderar qué es más grave en términos de proceso de deterioro institucional. Algunos fueron juzgados, no recuerdo si alguno fue expulsado de los partidos políticos que integraban. Es más, creo que no”, sostuvo Andrade.

El senador preguntó si no hay otros hechos que son “más o menos graves que el editorial confuso y con errores de El Popular” y, por último, dijo que “parece que la autocrítica es unidireccional”.