El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, se refirió durante una entrevista con Informativo Sarandí al caso del ex jefe de seguridad presidencial, Alejandro Astesiano, de cuyo teléfono se siguen extrayendo conversaciones con integrantes de la Policía con pedidos de seguimiento, información e imágenes de cámaras de seguridad, en el marco de la investigación judicial que lleva adelante la fiscal Gabriela Fossati.

Delgado señaló durante la entrevista que el Ministerio del Interior “estaría en este caso a disposición de la seguridad presidencial” pero que “una cosa es la legalidad, el uso, y otra es el abuso”, y que quien debe determinarlo “es la justicia”; por eso, dijo tener una “diferencia con el Frente Amplio [FA]”: “Acá no estamos hablando ni de vicepresidentes, ni de directores de entes, ni de remates truchos, ni de cargos de confianza”.

En este caso, insistió, se está hablando “de un custodio” y recordó que “quien revela este tema es la propia Policía, que arresta a un custodio presidencial, le pide el teléfono y gracias al teléfono se pueden ver una cantidad de cosas a las que algunos tienen acceso”, es decir, lo que está a disposición de la justicia, que es “la que juzga”.

De esta forma, el secretario de Presidencia entendió que no es potestad de nadie más juzgar la situación, y recordó cuando realizó el informe final de la comisión investigadora sobre el estado financiero de Ancap, durante el período pasado; en esa ocasión, señaló Delgado, habló de “errores y horrores” así como de “irregularidades y presuntos delitos” pero fue “muy serio en el tema del informe final” puesto que “hay límites que no hay que pasar”, pero se podía hablar “de lo que había constatado”.

“Volvimos a hablar cuando la justicia determinó, no era que ni Álvaro Delgado ni el Partido Nacional [PN] juzgaba, eso era lo que podíamos decir”, insistió, y valoró que hoy desde la oposición “hay algunos que se apresuran a hacer justicia y juzgar sobre todo a los ajenos”, pero que “a veces les cuesta más juzgar a los propios”.

La campaña

Sobre el estado de salud de la coalición de gobierno que llevó finalmente a Luis Lacalle Pou a la presidencia en 2019, Delgado se mostró “seguro [de] que la coalición va a continuar” pero que aun se está “aprendiendo a ser una coalición de partidos, a trabajar en base a la coalición”. Asimismo, recordó que no hay partido de este tipo al que “le vaya bien si al gobierno le va mal, hay que partir de esa base” y rescató “la responsabilidad y valentía del gobierno de encarar y acordar una reforma educativa en el tercer año de gobierno y una reforma social muy gradual, muy a la uruguaya, a largo plazo”.

“Podremos tener matices, pero en los temas fundamentales tenemos que estar todos juntos, porque son las señales de certeza que tenemos que darle a la ciudadanía y está en el programa conjunto de compromiso por el país”, señaló Delgado.

Con esta coalición “hay un proyecto que no termina con Lacalle Pou”, sino que “empieza”, y los dirigentes deben tener “la responsabilidad” para “hacer las cosas que tenemos que hacer, cumplir con el programa, y que la gente sienta que valió la pena cambiar para pedirle de nuevo la confianza”.

De cara a la competencia en cada departamento y la posibilidad de comparecer bajo un mismo lema junto a los demás partidos, Delgado se mostró confiado en nuevamente “concretar situaciones parecidas a la que se dio en Montevideo”, donde todos se aunaron detrás de la candidatura de Laura Raffo, y que si bien se busca esto, la idea es “que cada partido se pueda diferenciar pero tener un programa común”.

La gestión de gobierno

Según el jerarca, desde el gobierno “se están haciendo [cosas] pero todavía no se están viendo”, más allá de unos primeros dos años “muy condicionados por la pandemia, donde la prioridad fue la salud de los uruguayos, inversión social y en salud y después tratar de ayudar a los sectores muy vulnerables”.

Delgado recordó entonces el momento de asumir el gobierno, el 1° de marzo de 2020, donde dijo sentir “decepción” por no aprovechar “la bonanza económica” durante los 15 años de gobiernos frenteamplistas.

“La pandemia nos fragilizó aún más”, reflexionó Delgado, y valoró: “por más que hicimos un esfuerzo grande de que la economía no se cierre, contra actores políticos y sindicales, y apelamos a la libertad responsable”.

Así las cosas, el 2023 se presenta, según Delgado, como un año de pasar a la “fase de ejecución” como las obras en infraestructura vial o el Plan Avanzar para la regularización de asentamientos. Sobre esto último, Delgado indicó que se empezó por “16 asentamientos” pero “van a ser muchos más”.

Estas son “cosas que eran para hacer en el primer y segundo año, pero se demoraron y recalcularon por la pandemia”, explicó.

Asimismo, adelantó que el 2 de marzo el presidente “va a anunciar una rebaja de impuestos”, lo que “va a revertir gran parte de la percepción: empleo va a haber más, el derrame económico se va a sentir en el bolsillo, y el año que viene cuando se hagan encuestas las percepciones van a cambiar”, auguró.