Izquierda y Libertad. Así se denomina la nueva corriente dentro del Frente Amplio (FA) que se lanzará este martes en La Huella de Seregni. La conforman el Partido Socialista (PS) y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), dos sectores con representación parlamentaria, además de Casa Grande, cuya principal figura es Constanza Moreira, exsenadora y precandidata a la presidencia en 2014, y Movimiento Cambio Frenteamplista, identificado con la lista 5005 y que tiene a Eduardo Pereyra, ex director general del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional, como máximo referente. También se anunciará la adhesión de militantes no sectorizados, vinculados tanto al deporte como a los derechos humanos y la cultura.

Esta corriente, que durante los últimos años articuló como tal en la interna del FA, por ejemplo para pararse frente a la reforma jubilatoria que propuso el gobierno y solicitar que no se vote ni un solo artículo, tiene otros antecedentes. El más reciente -que es tomado por sus integrantes como un mojón- fue la postulación del secretario general del PS, Gonzalo Civila, como candidato a presidente del FA en 2021, contienda que perdió con Fernando Pereira. Pero se remonta aún más atrás en el tiempo, cuando buena parte de estos sectores apoyaron, junto con el Partido Comunista, a Carolina Cosse como candidata a intendenta de Montevideo. Algunos de estos sectores ya habían coincidido en presentaciones electorales anteriores, tanto en internas del FA como a nivel nacional.

En este caso, lo que se propone es la creación de una corriente de ideas que reivindica el debate programático por encima de lo electoral. Si bien se trata de sectores afines a Cosse que probablemente anuncien su apoyo para postularla como precandidata, aún no están definidas las fechas en las que se dará la discusión, porque entienden que previamente el FA debe debatir “para qué” quiere volver al gobierno.

Daniel Gerhard, diputado del PVP, comentó a la diaria que el lanzamiento de Izquierda y Libertad “es la cristalización de un proceso” en el que se pusieron sobre la mesa “muchos debates”, como “cuál es el rol de un partido de izquierda en oposición al gobierno, cómo operamos y cómo queremos que sea el diálogo con los movimientos sociales”. “Se está hablando mucho de que vamos a volver, pero nosotros queremos poner el centro en el para qué, para qué volver al gobierno”, dijo, y agregó que “ya en las elecciones internas [de 2021] nos planteamos la necesidad de discutir un proyecto país, grandes postulados de qué es lo que queremos transformar”.

Aseguró que una de las características de esta corriente es que busca “rescatar algunos valores fundamentales que son de la izquierda pero que se han ido diluyendo en el pragmatismo, en la gestión de gobierno”. Señaló que es necesario distanciarse de la realpolitik, concepto definido por la Real Academia Española como “política basada en criterios pragmáticos, al margen de ideologías”. Gerhard dijo que ese tipo de política “a veces nos invade”, pese a que “es la resignación del deseo de transformar la sociedad” y, por lo tanto, es necesario confrontarla.

También “queremos rescatar algunas señas de identidad que son de la izquierda”, algunas que “están muy vigentes y fuertes” y otras que “han ido menguando”, como “el ecologismo; el feminismo; la idea de autogestión, de cooperativismo; la idea de emancipación social; la idea de socialismo en un sentido poscapitalista, no en el sentido de un modelo dentro del capitalismo que atenúe” el “neoliberalismo dentro del capitalismo”. Y fundamentalmente “la idea de libertad”, una “bandera que tiene mucho que ver con la emancipación y también con la cogestión, la autogestión, el cooperativismo”, un concepto que “la derecha ha agarrado e individualizado profundamente”, llevándolo a una expresión “meritocrática” y “competitiva”, noción con la que esta corriente no está de acuerdo.

En la misma línea fue Civila, quien dijo a la diaria que “hay raíces” de esta corriente “que vienen de lejos”, como “las tradiciones socialistas, libertarias y feministas”, que tienen “larga data” en la izquierda. Agregó que “tiene un eje central en la lucha por la libertad entendida como construcción colectiva, como un desafío para una democracia radical, profunda, ancha, que tiene que ver con una fuerte apuesta a la construcción de los cambios desde la base de la sociedad, desde la autogestión de la gente, desde las luchas sociales, desde la participación”.

Señaló que estos son elementos de “una visión que no pone su centro absoluto en el gobierno o en el Estado”, que “son obviamente valorados como instrumentos importantes para un proceso de transformación social, pero hay un eje muy fuerte puesto en la sociedad y en los cambios estructurales y culturales”.

“Es una mirada que intenta ir a la raíz de los problemas de la sociedad, una mirada poscapitalista, que cuestiona al capitalismo como sistema de organización social” y, por lo tanto, “en ese sentido es radical en su búsqueda, en sus aspiraciones de construcción de una sociedad nueva, y es abierta y busca reivindicar una forma de hacer política más vinculada a la gente común, a las luchas por la dignidad, a la construcción de organización desde la base”, agregó.

La idea, entonces, es “poner arriba de la mesa cosas que van más allá de 2024, tienen que ver con qué proyecto de sociedad queremos construir, y recuperar también, ayudar a recuperar una política que pueda imaginar y construir futuros nuevos, menos entrampada en la lógica de la administración de lo que hay”.

Moreira, en tanto, manifestó a la diaria que los sectores integrantes de la alianza vienen trabajando hace tiempo en temas como “derechos humanos, fuerzas armadas, medioambiente, seguridad y feminismo”, y que el lanzamiento obedece a mostrar esta corriente como un espacio programático “de izquierda, ecologista y feminista”. Respecto de las cuestiones electorales, como el apoyo a una precandidatura, temas que otros grupos ya saldaron, aclaró que “cada sector lo discutirá a su tiempo”.