El Instituto Juan Manuel Oribe, del Partido Nacional (PN), homenajeó este viernes, en el hotel Cala di Volpe, al abogado y exministro del Interior e Industria Ángel María Gianola, con exposiciones del expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera y el contador Juan Pedro Arocena, autor del libro Gramsci. Su influencia en el Uruguay. La actividad fue la segunda de una serie de jornadas académicas organizadas por el instituto para debatir sobre temas de actualidad.

Además de mencionar los diferentes cargos que ocupó Gianola -fue ministro de Industria y Trabajo en el primer colegiado nacionalista, senador desde 1967 hasta el golpe de Estado en 1973 y ministro del Interior durante su mandato-, Lacalle se refirió a los rasgos de la personalidad de Gianola que lo convirtieron en “una persona con una particular simpatía”. De acuerdo a su discurso, el exministro tenía una “muy consciente seguridad en sí mismo” y fue “hijo de sus obras”, pues no sólo se dedicó al conocimiento jurídico sino que también desarrolló un ejercicio político “que lo convirtió en una figura de gran desplazamiento”.

Según contó el expresidente, antes de asumir la conducción del Ministerio del Interior, él ya le había ofrecido ser ministro de Defensa. “Lo invité y se me excusó diciendo que era una materia en la que él no se sentía con conocimiento”, relató, y agregó que más tarde, cuando le hizo la misma solicitud pero para ocupar el cargo en la cartera que finalmente dirigió, Gianola aceptó con gusto y sin oposiciones.

“Poco sabía de las peripecias que iba a pasar por todos los episodios que ocurrieron con motivo de la extradición de los etarras”, dijo en referencia a lo ocurrido el 24 de agosto de 1994 en los alrededores del hospital Filtro. Esa noche se produjo un enfrentamiento entre la Policía y manifestantes que se movilizaban en contra del traslado de tres ciudadanos vascos requeridos por España, señalados como integrantes de la ETA, que terminó con dos ciudadanos muertos y decenas de heridos.

Así, con un episodio “que hasta el día de hoy es muy recordado por todo el instituto policial”, concluyó su carrera política y se dedicó a escribir una poesía de “alta factura” y “refinamiento espiritual”, observó Lacalle.

Aunque el encuentro continuó con la ponencia de Arocena sobre la actualidad de la izquierda, antes de terminar la jornada, Pablo Iturralde, presidente del PN, consideró pertinente pasar al frente para compartir unas palabras sobre lo sucedido en agosto de 1994. “El movimiento popular se nucleó para tratar de impedir que se produjera una extradición de asesinos que estaban reclamados desde España y el ministro supo plantarse desde el lugar que correspondía sin miedo a que le hablaran de incorrección política”, apuntó.

Iturralde expresó que “vale la pena” remarcar a hombres como Gianola y hablar sobre “la defensa de los derechos humanos”, y destacó que en aquel momento los “guerrilleros que quisieron tomar el poder por las armas en la década de los 60” estaban “a punto de volver”. Cuando algo así sucede, hay que “enfrentarlos duramente con todo el republicanismo y con todo el poder de la ley”, concluyó.

“Autismo moral”

“La nueva izquierda. Gramsci y el Foro de San Pablo” fue el título de la exposición de Arocena, cuyo libro, que fue premiado por el instituto organizador, propone que en el siglo XXI existe un “preocupante aggiornamiento” del “marxismo y sus derivados”, tomados por el filósofo Antonio Gramsci -del que “todos hemos sido víctimas”, según su autor- para postular sus teorías.

Para el contador y escritor, Gramsci se ha posicionado como “el padre del eurocomunismo, de la lucha comunista dentro de la legalidad burguesa y también del populismo posmarxista, que es, dentro de las ideologías de izquierda, la que hoy está más vigente”. Arocena planteó que lo que existe en el presente fue llamado “marea rosa” por el periodista estadounidense Larry Rother, haciendo alusión a que la izquierda ya no es roja sino rosada, por haber “tomado distancia del comunismo” y luchar “dentro de la legalidad democrática”.

“No solamente es una opción de poder de las próximas elecciones para Uruguay que no se puede ignorar, sino que ha sido ya poder”, mencionó Arocena al hablar sobre la importancia de estudiar a esta “nueva izquierda”. A la vez, opinó que “si hay que enfrentarla, hay que conocerla” y saber “cómo se las arregla” para, a pesar de haber tenido “tantas derrotas en tantos campos”, como el académico, el económico y el de la geopolítica, “ir imponiendo en la sociedad una cultura hegemónica que hace a sus valores y permea hasta a los medios de comunicación, pero no sólo a los de izquierda”.

Tras repasar lo hecho por diferentes líderes comunistas del siglo XX, el escritor citó una “expresión genial” acuñada por el periodista cubano Carlos Alberto Montaner, quien decía que todos tenían un común denominador: “el autismo moral”, porque “utilizan al hombre como una materia prima de su ingeniería social”.

Arocena se refirió también al papel que juega el “adversario” en esta ideología. “Parecería ser que es alguien a quien hay que eliminar, de la misma manera que Marx pretendía exterminar a la burguesía”, consideró. En ese sentido, afirmó que “en el populismo actual no hay una finalidad antisistémica” y sí lo que el historiador Ernesto Laclau llamó una “radicalización de la democracia”, en la que “ya no se combate al capitalismo”, porque ahora se apunta al neoliberalismo. “No pueden estar en contra del liberalismo porque estarían a favor de las dictaduras confesamente”, aunque “yo sé que lo están”, agregó.

En este contexto en el que los populismos “cambian el enemigo”, se propone una sociedad “igualitaria, sin clases”, a la que se llega “transformando la confrontación marxista no en una lucha de clases, sino que extrapolándola a todos aquellos conflictos que podamos descubrir en la sociedad”, argumentó Arocena.

Al hablar de ellos, el autor mencionó al feminismo radical, que “propone mujeres contra hombres” y al indigenismo, donde el indígena está “contra el blanco colonizador”. “Lo mismo pasa con otras minorías étnicas, como los afrodescendientes”, “con las minorías de identidad sexual”, para las que “los heterosexuales somos los enemigos”, y con “el ecologismo y el animalismo”, porque “la ecología es enemiga de la producción”, opinó.

Ante todo, el orador destacó lo mismo que postuló en su libro. El populismo es “cortoplacista” en materia económica, pero logra triunfar a nivel político “porque ha tratado, y lo ha hecho con éxito, de instalar una hegemonía cultural”. Ante tal realidad, “el liberalismo es siempre débil” y se observa cuando “la persona que no es de izquierda no se anima a imponerse en una discusión”. Por lo tanto, Arocena exhortó a los liberales a ser fieles a su “necesidad ineludible” y “dar batalla en el campo de la cultura”.