La Fundación Gonzalo Gonchi Rodríguez cuestionó las declaraciones del senador del Partido Nacional Sebastián da Silva sobre la instalación de nuevos radares y los cambios en los límites de velocidad, anunciadas por el ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, este lunes. Este martes, a través de sus redes sociales, la organización sostuvo que estas medidas son “de probada eficacia” para el “control” de la seguridad vial.
Durante estos últimos días se vuelven a cuestionar algunas medidas (de probada eficacia y eficiencia) para el control de la #SeguridadVial. En este caso, los radares y la #velocidad. Así que hablemos hoy del control, la velocidad y la #fiscalización.
— Fundación Gonzalo Rodríguez (@fundaciongonchi) August 8, 2023
Claro, en un pic.twitter.com/FF7saWdHJZ
“¿Son necesarios los radares?, ¿necesitamos el control?, ¿cada uno no sabe lo que tiene que hacer y es responsable? Sí, sí y sí. Pero hay más”, expresó. En esa línea, apuntó que “el discurso de que los usuarios son los únicos responsables (‘los uruguayos manejamos mal’)” se ha dejado de usar por lo menos hace 30 años en los países que han sido exitosos en la mejora de la seguridad vial.
“¿Por qué? Porque ese discurso parte de la base de que si hacés las cosas bien no te va a pasar nada (y si te pasó algo es porque las hiciste mal)”, señaló. Asimismo, afirmó que los únicos países que han logrado bajar los índices de lesionados y fallecidos por siniestros de tránsito “en el mundo” son los que se ajustan al “paradigma de los sistemas seguros”, que se sostiene en la idea de involucrar “más actores”.
“Los conductores son responsables, sí. Pero también el que diseña las carreteras, el que fabrica autos, las autoridades. La responsabilidad es compartida”, apuntó. “Dejemos de responsabilizar al usuario: tendremos mejores resultados”, enfatizó la organización.
La fundación también se preguntó por qué son importantes los controles y respondió que esta es “una de las únicas maneras conocidas de cambiar el comportamiento en la seguridad vial”. “Con el control (y la sanción posterior, que no tiene que ser sólo económica) es que cambiamos el comportamiento”, agregó.
“Los radares entonces son una excelente forma de control. Pero no es la única. Necesitamos otras formas de control, porque los radares no controlan, por ejemplo, el uso del cinturón, ni el alcohol en sangre, o los Sistemas de Retención Infantil”, expresó. No obstante, remarcó que los equipos de fiscalización electrónica “funcionan” y el mejor ejemplo de ello es Montevideo. “Después de la instalación de los radares, se redujo en un 67% los siniestros graves y fatales en la Rambla, avenida Rivera y avenida Italia (en un solo año, comparado con el promedio entre 2013 y 2015)”.
Con relación a las críticas sobre que hay muchos radares, la fundación dijo que “mucho, poco; es relativo”. “Con más de 77.000 km de vías tenemos aproximadamente unas 120 cámaras (velocidad y semáforos), podemos compararlos con países como Chile (13 radares), Finlandia (922 radares) o Suiza (688 radares)”.
Por último, la Fundación Gonzalo Gonchi Rodríguez habló sobre velocidad. “¿Por qué es tan importante? Porque la velocidad es el principal factor de riesgo asociado a los siniestros de tránsito. A más velocidad, más energía se libera en un siniestro (por lo que será más violento y sufriremos más)”, manifestó.
Por ese motivo, cada vía “tiene marcada su velocidad en función de varios factores”, como “el diseño de la vía”, el contexto (si es urbano o rural)”, “la geografía”, entre otros, apuntó la organización. “No respetarla aumenta el riesgo de un siniestro de tránsito (que será más violento además)”, añadió.
“Por eso los 11.000 kilómetros al mes que recorre Da Silva no lo transforman en un conductor experimentado, sino en un usuario vulnerable (igual al resto de los conductores profesionales). Cuanto más tiempo está en la vía manejando, más probabilidades tiene de sufrir un siniestro”, apuntó la fundación.
“En un país con más de 25.000 lesionados directos por siniestros de tránsito y más de 430 fallecidos al año, debemos ser conscientes de las declaraciones que hacemos, de la importancia de respetar las reglas y de basar nuestras decisiones en evidencias”, cierra el hilo de Twitter.