La decisión del gobierno de rescindir el contrato con el astillero español Cardama para la construcción de dos patrullas oceánicas, firmado por la anterior administración, por indicios de “fraude” o “estafa” contra el Estado uruguayo irrumpió con fuerza en la agenda en la noche del miércoles.
Minutos después de la conferencia del Poder Ejecutivo, encabezada por el presidente Yamandú Orsi, el senador del Partido Nacional (PN) Javier García, quien en el período pasado, como ministro de Defensa Nacional, anunció la compra de los dos buques Offshore Patrol Vessel (OPV) por 82,2 millones de euros, expresó en X: “Lamentable que el presidente Orsi se haya prestado para una maniobra política de la peor especie”.
García sostuvo que “los barcos se están construyendo en forma avanzada”, por lo que la rescisión del contrato anunciada “va a dejar al país sin posibilidad de cuidar nuestro mar”. Advirtió además que el gobierno expone al Uruguay “a demandas y a romper con la seriedad de nuestro país en el cumplimento de un contrato”. “La política menor lamentablemente le ganó al presidente”, afirmó.
En la conferencia de prensa, Orsi informó que, ante el vencimiento de la garantía de fiel cumplimiento, el lunes pasado firmó una resolución para ejecutar la garantía que tenía Cardama para la construcción de los buques OPV. “Instruimos al embajador uruguayo en Reino Unido para que se presentara ante las oficinas de la empresa que oficiaba como garantía”, comentó, en referencia a Eurocommerce Limitada. El martes, el embajador uruguayo en Reino Unido fue a la dirección proporcionada e informó que allí funcionaba una inmobiliaria, sin indicios de la empresa que había sido presentada como garantía.
En entrevista con Radio Carve, García sostuvo este jueves que “la voluntad que tiene el gobierno, que tuvo desde el inicio, es tirar abajo esto [el contrato] por razones políticas”. Dijo que, desde el comienzo, el Frente Amplio desplegó “operaciones mediáticas de todo tipo” para “tratar de boicotear” la adquisición de los patrulleros. “Yo no pensaba que el presidente Orsi cayera tan bajo”, señaló el senador del PN, y resaltó que el mandatario “sabe que se está cumpliendo con la construcción de los barcos”.
García señaló que la elección del proveedor estuvo avalada por el Tribunal de Cuentas y por informes de la Armada Nacional. Apuntó que tanto el entonces comandante de la Armada Nacional, Jorge Wilson, como el actual, José Luis Elizondo, recomendaron a Cardama. El exministro de Defensa diferenció entre “la construcción del barco” y la situación en torno a la garantía, lo que definió como “una parte lateral del contrato”. En ese sentido, cuestionó que “por una discusión de la garantía” el gobierno rescinda el contrato y deje de construir los buques OPV.
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Delgado respaldó a García
El presidente del directorio del Partido Nacional, Álvaro Delgado, afirmó en X que “romper el contrato con Cardama es una decisión política, no jurídica”, que “expone innecesariamente al país a juicios”. Delgado respaldó el trabajo de las anteriores autoridades del Ministerio de Defensa Nacional y sostuvo que con la decisión tomada se evidencia que el gobierno “irá por el camino del enchastre”.
Por su parte, el senador nacionalista Sebastián da Silva consideró en rueda de prensa que el anuncio en conferencia de prensa de la rescisión del contrato es “una torpeza propia de alguien que no está cumpliendo con sus obligaciones”. Cuestionó que no haya existido por parte del gobierno una “intención lógica” de resolver “una parte lateral, como es la garantía, cuando en paralelo se está construyendo el barco de guerra”.
“No estamos siendo especialistas en garantías y no estamos viendo los sustantivos: es accesorio la garantía”, afirmó. Da Silva consideró que el contrato es “tan garantista” que “exige renovación de garantías”.
El senador del PN Sergio Botana, en tanto, sostuvo que “sería demasiado arriesgado entrar en un negocio de esa magnitud sin los avales correspondientes”. En ese sentido, señaló que “el fabricante [Cardama] en sus declaraciones públicas dice haberse cerciorado de que la empresa bancaria –el banco que le avala la operación– sigue en la misma circunstancia”, y sugirió: “No quiero saber lo que va a hacer la suerte de ese embajador [de Uruguay en Reino Unido, Luis] Bermúdez –que no tengo el gusto de conocer– si le erró a la dirección a la que fue”.