Aplausos, banderas flameando, caras pintadas, cornetas y gritos. Hombres y mujeres se juntaron frente al Palacio Legislativo para esperar a que Yamandú Orsi y Carolina Cosse se hicieran presentes en el recinto para jurar y ser investidos en sus cargos.

Pasadas las 13.00, la mayor parte del público se fue acercando hasta Avenida del Libertador. Allí, medidas de seguridad mediante, se comenzó a concentrar gente para aguardar la hora marcada para el inicio de la sesión de la Asamblea General. Hubo banderas uruguayas y del Frente Amplio, e incluso de Peñarol: unos 200 hinchas se presentaron con pancartas, bombos y redoblantes para reclamar acciones para que sean liberados los simpatizantes del club que están detenidos en Brasil desde fines de 2024.

Entre los ciudadanos presentes no había sólo uruguayos, sino que también se hicieron presentes argentinos, venezolanos, dominicanos y de otras nacionalidades. Patricia, de 61 años, es una argentina que reside en Buenos Aires y decidió viajar a Montevideo para presenciar el cambio de mando. Comentó que respeta mucho a “los uruguayos, por su pueblo”. “Esto es histórico. Vine a compartir la alegría de la gente uruguaya, porque en Argentina estamos mal y es todo tristeza. En mi país pasamos miseria, y es muy lamentable”, comentó.

Las expectativas sobre el futuro gobierno de Orsi fueron variadas, aunque la mayoría coincide con los puntos que el mandatario priorizó en su discurso como presidente ante la Asamblea General.

Por su parte, Blanca nació en Venezuela pero reside en Uruguay desde hace tres años. En cuanto a sus expectativas sobre el nuevo gobierno, resaltó que espera que se atiendan temas prioritarios, como el empleo y la seguridad, y que también sean contemplados asuntos tales como las relaciones diplomáticas entre Uruguay y su país, Venezuela.

Por ejemplo, Evana, de 46 años, sostuvo que al país le hacen falta políticas que atiendan a niños y jóvenes, en especial en lo social y económico. También planteó que se necesita una buena reforma educativa para que esos niños y jóvenes puedan tener un futuro mejor, y que en conjunto se escuche a los trabajadores, a los sindicatos y empresas. “Es la única forma de sacar a este país adelante”, expresó.

Otro de los temas a abordar que destacaron los presentes fue el de la seguridad. Martín, por ejemplo, dijo que espera que el nuevo gobierno pueda “desmantelar el aparato que el narcotráfico ha instalado en el país”. También planteó que es necesario que se trabaje en el acceso a la vivienda, que se le encuentre una solución al proyecto Arazatí y que sean más duras “algunas penas para los delitos de ‘guante blanco’”. Además, reclamó que se revisen y “controlen mejor los subsidios a las empresas privadas”.

La caravana

Una vez que Orsi y Cosse quedaron investidos, pasó poco más de una hora hasta que comenzó la caravana desde Avenida del Libertador hasta la plaza Independencia. A los costados, los presentes alentaban el paso del vehículo que los llevaba, cantando: “Si esto no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?”.

Entre la multitud se hicieron presentes integrantes de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. De hecho, durante la caravana, Orsi y Cosse rompieron el protocolo y se detuvieron a saludar a los representantes de la asociación. Mercedes, que se encontraba presente entre la gente que aguardaba a los lados de la avenida, destacó que era una “obligación, que después de 40 años de democracia se aclare qué sucedió con los desaparecidos. Es un debe que tienen todos los gobiernos desde 1985”, expresó.

“Más allá de cómo Orsi recibe el país; lo importante es cómo van a lograr cumplir con los proyectos, objetivos y metas que tenga por delante. Orsi es de la rama de Tabaré Vázquez, ya que apela al diálogo y a la unión”, comentó Federico, de 34 años. También consideró importante celebrar la conmemoración de los 40 años de “una democracia ininterrumpida, en la que cada uno pueda expresarse libremente”. Acotó que el desempleo, la seguridad y la salud son temas prioritarios que deben ser atendidos con urgencia.