“No lo encontré”, le decía una mujer a un hombre mientras recorría las fotos de los desaparecidos en búsqueda de la de Nebio Melo Cuesta, el hijo desaparecido de Luisa Cuesta, histórica referente de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. Esa misma frase se repite año tras año, por lo menos desde el regreso de la democracia en 1985, y este 20 de mayo miles y miles de personas marcharon en una nueva Marcha del Silencio, en la edición número 30 de la movilización, que se ha convertido en la más multitudinaria de Uruguay.

A las 18.00, centenares de personas ya se concentraban en la plaza Desaparecidos de América, ubicada en la intersección de Rivera y Jackson. Los familiares colocaban las fotos de sus desaparecidos en el monumento y minutos después se comenzaba a cortar la calle.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Mientras las 29 consignas de años anteriores se situaban en la vanguardia de la columna, que ya se iba armando, ya se hacía difícil caminar, porque antes de la hora pautada se presagiaba lo multitudinaria que sería la marcha. Lo dice el archivo y la memoria de las últimas y lo señalaba lo que estaba sucediendo. “Estamos seguros de que la cantidad de gente va a ser impresionante”, decía a la diaria Nilo Patiño, integrante de Familiares.

A 29 años de ese 20 de mayo de 1996, Patiño cuenta que lo conmueve cómo la causa ha sido tomada por las nuevas generaciones. “Hace 15 o 20 años nos mirábamos y éramos todos viejos, realmente no había muchos jóvenes”, dice, y responde a aquello que alguna vez dijo el expresidente José Mujica de que la sociedad iba a superar el dolor de la dictadura cuando se murieran los protagonistas de aquellos años. “Es imposible. Está sucediendo todo lo contrario, por suerte. Es más, madres quedan pocas y, sin embargo, la incorporación de los jóvenes es lo más reconfortante de toda esta marcha”, apunta.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

En la espera del comienzo, Alaín García y Lucía Cortabarría, estudiantes universitarios, sostenían la pancarta de la consigna de la marcha del 2024: “Ellos saben dónde están, exigimos respuestas. Nunca más terrorismo de Estado”. En conversación con la diaria, ambos coincidieron en que esta es una causa “de todo el pueblo uruguayo”. “Y nosotros somos parte del pueblo uruguayo”.

“Esto no se va a terminar cuando se mueran porque los jóvenes la vamos a seguir sosteniendo y levantando, porque es importante seguir luchando por memoria, verdad y justicia. Bien lo dicen las remeras, ‘Todos somos Familiares’, y por eso la vamos a seguir sosteniendo”, explicaron.

En los días previos a la marcha, varias personas y colectivos se manifestaron a favor de esta causa. Hace algunos años, el fútbol –rincón cultural de Uruguay al que le había costado expresarse sobre los derechos humanos– comenzó a tener manifestaciones en este sentido. Como respuesta, algunas voces salieron a contrarrestar ensayando una posible “neutralidad” de los clubes.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Para estos jóvenes, el “pueblo son los hinchas”. “Para mí es claro que el pueblo son los hinchas, son la gente que está en las tribunas. Iban con las remeras, iban con las camisetas, acompañaban a familiares; pasó en el fútbol, pasó en el básquetbol. Eso es el pueblo, eso es nuestro pueblo que tiene memoria. Después, los directivos a veces están a la altura y a veces, tristemente, no están a la altura del pueblo que dicen representar”, apuntó García.

“Nosotros ahora pedimos que sepan cumplir”

A las 19.00 comenzaron a marchar los vehículos que transportaban a las madres. En uno de ellos iban María Bellizzi, a sus 100 años, y Alba González. En 18 de Julio la gente que esperaba en las aceras ya era incontable y desbordaba las veredas; un proyector iba reflejando las imágenes de los desaparecidos en los edificios y varios carteles y banderas decoraban el silencio. “Basta de complicidad, políticos. Sepan cumplir”; “Hasta que se haga justicia”; “Hoy marco con esta herida abierta, que va a sangrar hasta que aparezca el último compañero”, eran algunos de los que se leían.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

La marcha iba lenta pero segura. Un cordón de militantes iban alejando a las personas de los cordones de las veredas para que la columna liderada por los carteles de los desaparecidos marcara el paso. Detrás de ellos se iban plegando los ciudadanos y la columna fue tan extensa que hubo personas que no marcharon más que pocas cuadras.

“Una vez más nos hemos encontrado con una enorme cantidad de gente. Realmente emociona el respaldo y que se haya hecho carne que somos todos familiares. Realmente siento una emoción muy grande, y el legado que nos dejaron las viejas con la marcha creo que vale la pena porque cada vez son más los que se van integrando a la marcha. Realmente emociona”, decía Ignacio Errandonea, otro de los referentes de Familiares, a la prensa, ya en plaza Libertad.

En el recorrido de la marcha se la vio a Lucía Topolansky, una semana después del fallecimiento de su esposo, el expresidente Mujica. También hubo varias figuras de gobierno, como el ministro de Economía, Gabriel Oddone, y la vicepresidenta, Carolina Cosse, que aguardaba la marcha en la explanada de la Intendencia de Montevideo.

Para Errandonea, es “esperanzadora” la actitud que ha tomado el gobierno del presidente Yamandú Orsi, sobre todo las señales, como, por ejemplo, que haya fracturado el protocolo durante su asunción para frenar el vehículo que lo transportaba hacia Plaza Independencia y saludar, junto con Cosse, a los familiares.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

“Hemos visto no sólo el afecto, sino el interés por poder avanzar en estos temas. Son señales positivas y esperamos que se conviertan en realidad, y que el clamor que hoy manifestamos los familiares con toda la ciudadanía que nos acompañó sea escuchado y de una vez por todas podamos saber dónde están nuestros familiares”, decía Errandonea, visiblemente emocionado.

Para Patiño, más allá del pedido al presidente de que dé la orden a las Fuerzas Armadas de brindar la información que poseen sobre el paradero de los desaparecidos, esperan que el Ejecutivo tenga una “actitud proactiva”. “Ya lo dijo la ministra [de Defensa, Sandra Lazo]. Bienvenido sea lo que dijo, esperemos que lo cumpla”.

Por eso la consigna de este año retoma el lema “Sabremos cumplir” de la campaña de Orsi. “Este gobierno no deja de ser representante del Estado. Entonces, sepan cumplir. Dijeron o prometieron determinadas cosas. La consigna de la campaña electoral fue ‘sabremos cumplir’. Bueno, nosotros ahora pedimos que sepan cumplir”.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Marcha del Silencio en Montevideo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Como ha sido ya 30 veces, la marcha llegó a la explanada del edificio municipal y desde los parlantes comenzaron a escucharse los nombres de los 197 desaparecidos, que fueron seguidos con un grito al unísono: “Presente”. Ya en la plaza Libertad, la frase del himno nacional “Tiranos, temblad” fue cantada con firmeza y las miles y miles de personas cerraron la noche con un aplauso sostenido que duró varios minutos.