Entre las prioridades del gobierno para el quinquenio, las que competen al Ministerio de Salud Pública (MSP) refieren a mejorar el acceso a los medicamentos y atender las dificultades que hay con los tiempos de espera.
La titular de la cartera, Cristina Lustemberg, dijo en la diaria Radio que se han identificado debilidades menores en el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) -al que el país destina el 9,13 % del Producto Bruto Interno-, relacionadas con el modelo de financiamiento, así como otras debilidades “más graves” vinculadas a los modelos de gestión y atención del sistema.
“Hemos identificado las especialidades que más tiempo de demora tienen para que la ciudadanía acceda”, afirmó la ministra, quien aseguró que se está “analizando lugar por lugar” cada especialidad. Entre las áreas con “tiempos de espera inadmisibles”, Lustemberg mencionó la psiquiatría de adultos, psiquiatría infantil, neuropediatría y urología.
Lustemberg adelantó que se anunciarán “medidas concretas” surgidas del trabajo con la red de efectores públicos de salud. De hecho, la semana pasada el MSP firmó acuerdo interministerial para reforzar la capacidad de respuesta del sistema sanitario en el marco del Plan Invierno, pero también para mejorar la coordinación entre la red, dado que se conformará una mesa coordinadora integrada por la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Sanidad Militar, Sanidad Policial, SAME 105 y el Hospital de Clínicas.
“Hay especialidades que los tiempos de espera están vinculados con que no hay especialistas en el lugar; hay otros que tienen que ver con otras características de diseño, de que no se complementa el sistema, diferencias salariales, no se hacen cargos de alta dedicación en conjunto”, explicó la ministra. A su entender, “lo que sí no puede pasar es lo que pasa hoy: hay 30.000 personas en ASSE en listas de espera para acceder a un equipo de salud mental; no puede pasar que nos encontramos que hay 300 niños y adolescentes en el hospital Pereira Rossell esperando para una cirugía oftalmológica”, cuestionó. “Me niego a que eso sea naturalizado”, aseveró.
“El mercado no puede regular los especialistas que el país precisa”
Según la ministra, hay situaciones que pueden resolverse con más presupuesto, pero “hay otras cosas que tienen que ver con la gestión y la falta de especialistas. “El mercado no puede regular los especialistas que el país precis; por más que respetamos mucho la autonomía universitaria, pero tampoco las cátedras pueden determinar qué porcentaje y qué cantidad de recursos se forman porque eso repercute directamente”, afirmó; e indicó que el ministerio trabaja con la Facultad de Medicina de la Udelar sobre las especialidades con más problema en la atención, con el objetivo de que haya una “conjunción”.
“Estamos muy abocados a mejorar lo que es la gestión, pero para que impacte en el modelo de atención, por supuesto que necesitamos más presupuesto en algunas áreas, pero también a veces no solamente pasa por mayor presupuesto, sino que pasa por ordenar un poco la gestión de los lugares”, subrayó la ministra.
También apuntó a la necesidad de que los usuarios tengan “adherencia” y “confianza” en el médico general o con formación en medicina familiar y comunitaria, con el objetivo de ordenar la demanda de especialistas. Mencionó, por ejemplo, a los cardiólogos, que atienden un gran porcentaje de casos de hipertensión arterial que podrían controlarse sin necesidad de recurrir al especialista.
No obstante, advirtió que la atención del primer nivel también debe ser resolutiva. “Si yo accedo a un médico con formación familiar y comunitaria, un médico general en una policlínica de un prestador privado o de ASSE, y ese equipo de salud no tiene un laboratorio de fácil acceso, no cuenta con la medicación necesaria para resolver rápidamente, la gente se traslada rápidamente a los departamentos de emergencia. Y eso genera que los tiempos de espera en especialidades se sobrecarguen”, señaló la ministra.
A propósito del Hospital del Cerro -que fue inaugurado durante la administración anterior y recbió críticas por diferentes motivos-, Lustemberg afirmó que, si bien “nunca” estuvo en desacuerdo con su construcción, “no se puede construir una infraestructura hospitalaria desmantelando el resto”. En tal sentido, dijo que “se desmanteló” la red de atención del primer nivel de ASSE: “Se sacaron recursos y no se fortaleció la medicina familiar y comunitaria, la pediatría, en lo que es toda la red de atención del primer nivel en esa zona”. “Es un hospital que se construyó teniendo dificultades en el modelo de gestión que nosotros queremos fortalecer”, sostuvo.
“Tenemos un atraso en la incorporación de 300 procedimientos y medicamentos” a la cobertura
En cuanto al control sobre los prestadores privados de salud, la ministra aseguró que esto “se ha descuidado en los últimos años”. Consideró que “hubo un franco retroceso” en el período de gobierno pasado, aunque “viene de antes también”, dado que el MSP “tiene una rectoría muy débil”. En ese sentido, se refirió a pacientes que deben trasladarse de departamento para realizarse estudios en un prestador privado, porque estos “no logran hacer una complementación, y la gente es rehén de no integrar”.
Por otro lado, la ministra señaló que, desde 2012, existe un “atraso” en la incorporación de 300 procedimientos y medicamentos a las prestaciones del Plan Integral de Atención en Salud (PIAS). Aunque muchos de los prestadores los tienen, “porque, si no, no podríamos ejercer desde el punto de vista médico, no están obligados a tener” y los pacientes terminan pagando altos costos por ellos, indicó la ministra.
A corto plazo, Lustemberg afirmó que se incorporarán cinco de las 300 prestaciones, porque resulta “inadmisible que no estén”. Entre ellas, la cirugía laparoscópica vinculada a la apendicitis, las ablaciones, anticoagulantes y la analgesia del parto. Sobre las 295 que faltan, señaló que se trabaja en ver “cómo se van incorporando en el presupuesto” y, a su vez, “negociando con los prestadores públicos y privados”.