En el marco de la visita del presidente español, Pedro Sánchez, a Uruguay, se realizó este martes un encuentro de autoridades políticas de ambos países con empresarios españoles en el hotel Radisson Victoria Plaza. En la apertura de la actividad, el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, afirmó que Uruguay “tiene muchas cosas para mejorar”, porque no es “el país más rápido del mundo”.

“Precisamente porque ofrecemos garantías, porque somos cuidadosos en el respeto de los derechos de quienes invierten y quienes hacen negocios en Uruguay, eso a veces nos genera un problema de velocidad, y es algo en lo que estamos trabajando”, para seguir siendo “tan garantistas como somos, pero siendo un poco más eficientes de lo que somos”, señaló el ministro.

En materia de inversión, señaló que los objetivos del gobierno están “fuertemente orientados” hacia la logística, el agua y la energía. “Esos son los tres ejes centrales en los que nosotros creemos que en las inversiones públicas hay enormes oportunidades de cooperación con el sector privado, es donde tenemos que trabajar”, enfatizó, y mencionó en particular la exportación de energía y el riego.

Luego se refirió, como ha hecho en otras oportunidades, a las tendencias globales que desafían a “un pequeño país abierto al mundo” como Uruguay. En primer lugar, el cambio climático. Mencionó que Uruguay sigue teniendo una participación alta en su recaudación de los tributos vinculados con los combustibles fósiles, “y tenemos que estimular un desuso de ese tipo de combustible y a su vez promover el uso de energía renovable”. Esto va a implicar, advirtió, un “desafío fiscal” sobre el que el gobierno ya está trabajando. “Porque vamos a tener que resignar recaudación, no solamente porque vamos a recaudar menos (por un menor uso de los combustibles fósiles), sino porque vamos a tener que estimular adicionalmente lo que ya estamos haciendo, la energía renovable”, puntualizó. Por tanto, se seguirá trabajando en “financiamiento verde”.

En segundo lugar, Oddone mencionó el cambio tecnológico y, en particular, la inteligencia artificial, que afecta los sistemas de protección social, que deben ser “renovados, fortalecidos”. Señaló que hoy en Uruguay hay aproximadamente “un 17% de la población que está fuera de nuestro sistema de protección social, estamos hablando de entre 500.000 y 600.000 personas, y este gobierno tiene un firme compromiso por trabajar en el avance de las políticas dirigidas a este espacio”.

Indicó también que la deslocalización de las actividades laborales supone “que muy probablemente las personas que hoy tienen menos de 30 años no vayan a trabajar toda su vida en nuestra jurisdicción ni vayan a ser contribuyentes del sistema de seguridad social en Uruguay”, sino que pagarán impuestos “en diferentes países y eso es un desafío para las políticas públicas, algo en lo que también estamos trabajando intensamente en este gobierno”.

El tercer desafío mencionado por Oddone tiene que ver con los cambios a nivel global y en el sistema multilateral. Advirtió que las reglas del multilateralismo están “fuertemente cuestionadas y controvertidas” por “las clases medias de muchos países del mundo occidental”, que “están fuertemente disconformes y disgustadas con la forma en que el proceso de globalización tuvo lugar en los últimos 30 o 40 años”. “Y eso nos desafía a los responsables de políticas económicas y de políticas públicas a pensar las cosas de una manera distinta”, apuntó.

En este contexto hay un cambio en “las reglas de juego” de las políticas comerciales. “Probablemente hace cuatro años si yo hubiera tenido que hablar en un foro parecido sobre la probabilidad de un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, hubiera dicho que era absolutamente escéptico de que eso ocurriera. Y sin embargo, hoy debo confesar que tengo albergadas esperanzas relevantes, y eso tiene que ver con este cambio que ha ocurrido a nivel global”, señaló Oddone. “Aquí hay un conjunto de transformaciones a nivel geopolítico lo suficientemente relevantes como para que todos los jugadores que hemos jugado el partido del multilateralismo empecemos a mirar las cosas de una manera distinta. Y eso es lo que le da [al acuerdo] una mayor probabilidad de concreción en la Unión Europea”, añadió.

En este marco, Oddone defendió la permanencia de Uruguay en el Mercosur y cuestionó la discusión “un poco naíf” que se dio en los últimos 20 años “sobre si había que estar o no había que estar en el Mercosur”. “Yo siempre he sido de los que he defendido la tesis de que nuestro destino está indisolublemente ligado al Mercosur. En primer lugar, porque el empleo que generamos en las industrias orientadas al Mercosur no lo podríamos sustituir en el corto plazo en otras actividades, por la calidad de ese empleo, por los salarios. Y hoy, con una probabilidad de un acuerdo Unión Europea-Mercosur, además del acuerdo que acabamos de alcanzar con el EFTA, es evidente que la permanencia en el Mercosur” es “un activo que Uruguay tiene que trabajar”, destacó.

Pedro Sánchez: Uruguay es “un socio fiable”

Por su parte, Pedro Sánchez defendió la concreción del acuerdo Unión Europea-Mercosur porque permitirá crear “un área de prosperidad compartida” y “dinamizar nuestras economías, crear empleo, desarrollo y bienestar”, así como “dar un mensaje positivo de entendimiento” entre regiones. “Es la mejor respuesta al actual contexto de incertidumbre internacional y la mejor manera de protegernos ante el creciente conflicto comercial”, consideró Sánchez.

El presidente español cuestionó la medida del gobierno estadounidense de Donald Trump de imponer aranceles del 30% a los productos europeos a partir de agosto de este año y sentenció que “nadie gana en las guerras comerciales, todos perdemos”. “Queremos alcanzar una solución negociada, pero si no la alcanzamos, pues evidentemente tendremos que responder con la proporcionalidad y con la firmeza también debidas, en aras de defender los intereses económicos legítimos de Europa”, advirtió.

Destacó en este contexto que Uruguay y España comparten una “misma visión del mundo” en relación con las relaciones económicas y, en particular, con los beneficios de la apertura comercial. Afirmó que Uruguay es “un socio fiable, con el que compartimos historia, valores, objetivos, y también la lengua”. Y en el contexto mundial actual, “esta afinidad y esta empatía cobra una especial relevancia”, concluyó.