En 2008 no se había aprobado la ley que creó los municipios y en la localidad de Barros Blancos, al este de Canelones, la única presencia estatal era una seccional policial y las instituciones educativas. Con el impulso de los vecinos de la zona y la Intendencia de Canelones (IC), se consolidó el proyecto del Centro Cívico Salvador Allende. Ubicado en el kilómetro 23.600 de la ruta 8, el predio –que cuenta con un amplio parque, recientemente restaurado– ofrece el espacio para que 22 propuestas de los tres niveles de gobierno se desarrollen en el mismo lugar, facilitando el acceso a los usuarios y la integración de los proyectos sociales. Durante el mes de setiembre se realizaron varias actividades celebrando los diez años de funcionamiento, incluyendo la primera sesión del Consejo de la Facultad de Medicina fuera de su edificio central.

“El centro cívico es un buen laboratorio porque logra que en el territorio se articulen las políticas de una forma mucho más fluida y eficiente que lo que pueden llegar a ser grandes convenios macro, porque a veces falta que las políticas a nivel central se aceiten en el territorio”, comentó en diálogo con la diaria Martín Pardo, responsable de gestión de los centros cívicos canarios. Agregó que “la propuesta en términos de metodología implica un compromiso muy fuerte de las instituciones que recalan en el territorio para implementar proyectos, programas y servicios, y así acercar todas las propuestas gubernamentales a la ciudadanía”.

Hace diez años se inauguró el centro con cinco propuestas: una policlínica de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) junto con la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), un Centro Educativo de Capacitación y Producción, un centro de atención ciudadana, una secretaría de la Junta Local y una ventana de trámites de la IC. Hoy son cuatro veces más las opciones que se ofrecen: “Son programas orientados al ejercicio de derechos, tienen que ver con la salud, la educación, la protección social. Son proyectos del INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay], de la IC, del municipio, de los ministerios”, comentó Pardo. En sus palabras, es un dispositivo que “apunta a acercar derechos a los vecinos sustentados en la base de romper con el sectorialismo, articular una propuesta integral en el territorio. Por eso se encuentran los médicos de la policlínica dialogando con los educadores; de esa manera la familia tiene respuestas integrales y no desde una concepción sectorizada”.

Corazón de policlínica

Si bien son muchas las propuestas que giran alrededor del centro cívico, una parte importante de las visitas son al centro de salud. “Es más que una policlínica, es una Unidad Docente Asistencial que implica trabajar sobre el enfoque de medicina comunitaria y familiar, no solamente con el amparo institucional de la propuesta de ASSE, sino con el componente esencial de la Udelar”, enfatizó Pardo.

Por su parte, la coordinadora de la Unidad Docente Asistencial Canelones al Este (Facultad de Medicina-ASSE), Jacqueline Ponzo, comentó a la diaria que “la policlínica atiende a no menos de la mitad de la población usuaria de ASSE de Barros Blancos, y es un lugar de referencia para todos los usuarios por la atención extensa que tiene y la diversidad de las prestaciones”. Según la médica “la atención está orientada al modelo de medicina familiar y comunitaria, pero además cuenta con atención a problemas de salud mental con un enfoque comunitario, atención a personas que viven con VIH, apoyo a personas trans, control del embarazo y del niño sano, atención domiciliaria de personas con enfermedades crónicas; es una atención integral en toda la gama que se pueda necesitar”.