En paralelo al desarrollo del Sistema Nacional Integrado de Salud, el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) ha impulsado la reforma del trabajo médico. La Agrupación Fosalba, que ha presidido el SMU en las últimas elecciones, hará su congreso el fin de semana, y para profundizar en algunos temas está desarrollando una serie de charlas. “La reforma laboral, ¿tiene marcha atrás?” se tituló la mesa que se llevó a cabo el jueves, coordinada por Martín Rebella y Soledad Iglesias, en la que participaron Miguel Martínez, dermatólogo y nuevo decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Nicolás Sgarbi; médico radiólogo y presidente de la Sociedad de Radiología e Imagenología del Uruguay (Sriuy); Ignacio Olivera, médico y especialista en gestión de servicios de salud; y la periodista Patricia Madrid.

Rebella recordó que en 2009 el SMU elaboró el primer documento de la reforma del trabajo médico, que se trató en 2010 en los Consejos de Salarios. Reseñó que la reforma apunta a concentrar el trabajo médico, a favorecer el desarrollo profesional –mediante la formación médica continua y la recertificación– y la unificación de las condiciones de trabajo en ámbitos públicos y privados. Una herramienta para lograr eso son los cargos de alta dedicación (CAD) –como se le llaman en el mutualismo– y las funciones de alta dedicación (FAD) –como las denomina la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE)–. Estos cargos (de 40 o 48 horas semanales) contemplan horas de atención en policlínica, guardia, internación, coordinación y espacio para la formación; se modifica el pago por “acto” a pago variable por productividad. El SMU y las autoridades sanitarias coinciden en que esta forma de trabajo redunda en una mejora de la calidad asistencial. ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de la reforma del trabajo médico? Ante los cambios electorales, ¿pueden sufrir marcha atrás estos cambios? ¿Cómo profundizar la reforma? Esas fueron algunas de las preguntas de Rebella a los expositores.

Antes y después

“Vengo de una sociedad en la que lo corporativo es o era prácticamente la regla”, dijo Sgarbi. Expresó que, “si bien pasar a este sistema significaba una ‘pérdida’ de dinero”, para la Sriuy “todo fue considerado una fortaleza”. Dijo que integran la sociedad cerca de 200 médicos (160 están en Montevideo), con un predominio del multiempleo (llegan a trabajar en cinco instituciones). Comentó que hasta ahora prácticamente la totalidad del salario que perciben es por acto médico y que no tenían “ninguna regla de juego establecida”: ni laudos, ni número de pacientes por hora, ni las responsabilidades del radiólogo en el proceso asistencial. La especialidad todavía no tiene CAD a nivel mutual, pero la función ya se diseñó en ASSE, que pronto hará un primer llamado. Anunció que la propuesta permitirá la especialización para que el radiólogo pueda mejorar su formación y el abordaje de pacientes complejos. Evaluó que el cambio impactará en el multiempleo y habilitará el trabajo en equipo, puesto que hasta el momento el radiólogo es más bien alguien “ermitaño”, que “está en una cueva”. En cuanto a las debilidades, Sgarbi señaló que todavía no se han creado los CAD y que las instituciones ven fragmentada a la radiología, en función de la tecnología. Pidió cambiar la forma en que se forman los radiólogos para reforzar la especialización, mejorar la capacidad de los médicos de integrarse a equipos de salud y hablar con los pacientes.

Olivera planteó que la forma de trabajo del laudo anterior, de 1965, que todavía está vigente para algunas especialidades, no contempla el trabajo médico colectivo, que es lo que redunda en “mejor medicina” y es clave para la atención de pacientes complejos. A título personal, dijo que el cambio ha sido difícil para médicos e instituciones, y recordó que estas tienen que ofrecer espacios para el trabajo en equipo, plataformas de información y romper paradigmas. Recordó la responsabilidad de que prospere la reforma y que realmente se destinen horas para que el profesional pueda cumplir diferentes facetas de la medicina.

El decano de Medicina expresó que la facultad quiere “participar activamente” en los CAD y lograr que los docentes puedan optar por esa forma de trabajo, para lo que ya empezaron a conversar con autoridades del Ministerio de Salud Pública y de ASSE, con la meta de crear 60 FAD. Pidió estar atento para que no sea sólo un cambio salarial y de horas de trabajo, sino de organización del trabajo. Advirtió que los cargos no son de dedicación total sino de “alta dedicación”, algo que “en Uruguay quiere decir cualquier cosa”, y señaló que, “si junto al cargo no hay un cambio de verdad del modelo, vamos a terminar en lo mismo sólo que ganando más”. A su entender, el avance de los CAD es “irreversible”, y pidió crear las condiciones para que el Hospital de Clínicas no siga perdiendo recursos humanos.

Desde el público, una pediatra expresó que los CAD “cambiaron la vida del pediatra y de la atención a los niños”, porque el especialista está todos los días en la policlínica, es quien ve al niño en piso y va al domicilio, pero advirtió que todavía hay problemas de implementación, porque varias instituciones han creado CAD con 48 de horas de atención en policlínica.

Hasta agosto, se habían creado 939 CAD, y hasta octubre, 114 FAD. Federico Preve, de la Unidad de Negociación del SMU, expresó que el nuevo régimen representa casi 10% del trabajo médico (hay 13.000 profesionales) y que se espera llegar al fin del período con 15% a 20%.