“Alteraciones cognitivas, psicomotoras y de memoria; alucinaciones y percepción alterada; conducción peligrosa; problemas de salud mental (incluida la psicosis); dependencia; problemas pulmonares/bronquiales; y problemas reproductivos” son algunos de los riesgos que puede provocar el consumo de cannabis, según las Pautas de reducción de riesgos en el uso de cannabis, presentadas ayer por la Secretaría Nacional de Drogas (SND) y el Instituto de Regulación y Control del Cannabis. Fueron tomadas de pautas elaboradas por la Iniciativa Canadiense de Investigación sobre el Uso Indebido de Sustancias y adaptadas a la realidad uruguaya por el Centro de Adicciones y Salud Mental, de Canadá, y la SND, y forman parte de la campaña de prevención de riesgos “Regular es ser responsable” que se difundirá en medios de comunicación a partir de la semana que viene; las guías se entregarán en las farmacias que venden cannabis, en centros de salud y en www.infocannabis.gub.uy.

Canadá produjo estas recomendaciones para su población un año antes de la legalización y reglamentación del cultivo de cannabis recreativo, que entrará a regir el 17 de octubre. Acá y en Canadá, esta guía apunta a disminuir los riesgos y nace de la evidencia científica. La primera de las recomendaciones es abstenerse de usarlo. La guía aclara que la dimensión de los efectos adversos –sociales y sanitarios– dependen de la calidad del producto, de los patrones de uso y de la persona. Se aconseja postergar la edad de inicio del consumo: se desaconseja por completo su uso antes de los 16 años, porque el cerebro humano está todavía en desarrollo. Se remarca la importancia de conocer la naturaleza y la composición de los productos; recomienda los de bajo contenido de tetrahidrocannabinol (THC, sustancia psicoactiva) y alto contenido en cannabidiol (CBD), que atenúa los efectos del THC (en sintonía, las variedades que se venden en las farmacias tienen hasta 9% de THC y un mínimo de 3% de CBD). Para minimizar el daño en el sistema respiratorio, se aconseja no fumar cannabis quemado y, en cambio, usar vaporizadores; también, evitar la inhalación profunda. El consumo frecuente o intensivo (diario) se asocia al mayor riesgo de sufrir problemas sociales, como la dependencia. Dado que “el cannabis perjudica la cognición, la atención, la reacción y el control psicomotor” se aconseja no conducir; dependiendo de la sustancia, del consumo y del usuario su efecto puede persistir hasta aproximadamente seis horas después de consumirlo. También menciona a las “poblaciones de riesgo especial”, aquellas “con predisposición o antecedentes familiares de primer grado de psicosis y trastornos por consumo de sustancias, así como mujeres embarazadas”. Si bien se advierte que falta seguir generando evidencia, se señala que es probable que la combinación de algunos de los comportamientos riesgosos aumente los efectos nocivos del consumo.