Hay un nuevo brote de hantavirus en la región, esta vez en Argentina. El virus es transmitido por roedores, principalmente ratones y ratas. La enfermedad, para la que no existen vacunas ni tratamientos específicos, se caracteriza por presentar síntomas de fiebre, dolores musculares y afecciones gastrointestinales, seguidas de un inicio repentino de dificultad respiratoria y presión baja que deriva muchas veces en síndrome cardiopulmonar por hantavirus, que puede conducir a la muerte. Según las autoridades sanitarias argentinas, hasta el momento el ratón colilargo es el portador del virus; se registraron 29 casos positivos, de los cuales 11 fallecieron, mientras que 94 personas que habían tenido contacto con los afectados están bajo aislamiento en sus casas para evitar la propagación del virus.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) uruguayo no tiene “ninguna preocupación extra” por el caso argentino, aseguró en diálogo con la diaria el subsecretario, Jorge Quian. “En Uruguay no circula el serotipo de virus que circula en Argentina [Andes Sur], el de allá no se ha encontrado acá. Además, en Uruguay no ha habido casos de transmisión interhumana, como sí está pasando en Argentina”, afirmó.

La enfermedad se disparó en la provincia de Chubut, en el sur argentino, particularmente en la localidad de Epuyén. Autoridades sanitarias argentinas, nacionales y provinciales lograron determinar que el foco se originó en una fiesta de cumpleaños de una quinceañera que está entre las víctimas fatales del caso. Al evento concurrió un peón de campo que estaba infectado de hantavirus pero aún no lo sabía; precisamente, todos los afectados tienen en común haber ido a esa fiesta o haber estado en contacto con alguno de los invitados.

Lo preocupante es que en este brote el contagio es de persona a persona. Habitualmente el virus se transmite mediante la inhalación de excrementos secos de roedores afectados o por la saliva de estos en el caso de mordeduras. Ha habido casos de transmisión entre personas, pero se consideran excepcionales. El secretario de Salud de Argentina, Adolfo Rubinstein, dijo en declaraciones a la radio argentina Mitre que están estudiando una posible mutación genética del virus que lo haga más propenso al contagio entre humanos. Por el momento, lo único que han hecho las autoridades para combatir la enfermedad es aislar a los posibles infectados.

Vías de contagio del hantavirus | Inhalación: respirar el virus que proviene de las heces, orina y saliva de los roedores infectados que, al secarse, permanecen en el polvo del ambiente. Contacto directo: tocar a roedores infectados, o su materia fecal. Al ingerir alimentos contaminados por roedores infectados. Mordeduras: al ser mordidos por roedores infectados. Vía interhumana: es la menos frecuente y no se ha dado en Uruguay. Es cuando alguien se contagia como consecuencia del contacto estrecho con una persona infectada durante los primeros días en que presenta síntomas.

En Uruguay las autoridades están atentas a la situación del país vecino pero no hay preocupación. No obstante, Quian destacó que hay “ciertas recomendaciones” que deben tener los uruguayos “porque siempre hay casos”. En lo que va de 2019 no se reportó ninguno, pero en 2018 se registraron 22 personas infectadas, de las cuales seis fallecieron y el resto se curó, explicó el subsecretario. A su vez, afirmó que los casos “se distribuyen fundamentalmente al sur del río Negro, y en Canelones es donde más se ha encontrado”. Según los datos de la cartera, en Uruguay hay una mortalidad que ronda el 30% de los casos que se diagnostican, una cifra relativamente baja si se considera que en el resto del continente americano la mortalidad es de 60%.

La tendencia en los últimos años es algo que llama la atención de las autoridades porque se ha notado un “discreto aumento”. Ante esto, Quian reconoció que hay una recomendación al cuerpo médico a “estar atento” cuando aparecen los síntomas, “sobre todo en trabajadores rurales que han estado en contacto con podas, materiales o trabajando en galpones que habían estado mucho tiempo cerrados”.

En Argentina se han identificado cuatro regiones endémicas: norte (Salta, Jujuy), centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), noreste (Misiones) y sur (Neuquén, Río Negro y Chubut). Entre 2013 y 2018 se reportaron en Argentina 111 fallecidos por hantavirosis. En Uruguay sólo hubo 236 casos desde 1997, cuando el virus fue reconocido inicialmente. Desde esa fecha hasta ahora, en la región los países que han tenido más casos son Brasil, que suma 2.032, Argentina con 1.350 y Chile con 1.028, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Según informa el portal argentino Infobae, el ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus) mide ocho centímetros de largo y su cola tiene una extensión de diez centímetros.

Ante la alerta en Argentina, el MSP recordó algunas medidas que puede tomar la población para evitar el contagio, sobre todo en las zonas de camping que suelen ser frecuentadas en esta temporada de vacaciones. Recomiendan elegir zonas desmalezadas, sin leñas ni troncos; al ingresar a bosques hacerlo por senderos marcados, evitando los matorrales y arbustos; y evitar dejar alimentos y basura al descubierto.

Asimismo, se recomienda tener cuidado en los lugares donde puede haber excrementos de roedores: según el MSP, lo correcto al entrar a galpones o locales que han permanecido cerrados mucho tiempo es abrir puertas y ventanas por varias horas, luego humedecer el piso con agua e hipoclorito antes de barrer; también se aconseja limpiar pisos, mesadas y superficies utilizando solución de hipoclorito de sodio.

Distribución y reservorio

La enfermedad se reconoció por primera vez en 1993 en Estados Unidos; desde entonces se ha confirmado la aparición de casos en numerosos países de la región. Según la Comisión Nacional de Zoonosis, la incidencia de la enfermedad “parecería coincidir con la distribución geográfica y densidad de la población de los roedores portadores, así como la proporción de animales infectados”.

Los roedores silvestres son el reservorio; en ellos, el hantavirus produce una infección crónica inaparente y no letal, y pueden ser como portadores durante toda la vida. En Uruguay se identificó a las especies Oligoryzomys flavescens y Nasutus oximyetns como reservorios naturales.