La Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE) emitió ayer un comunicado sobre el episodio de agua turbia que se vivió el domingo en Parque del Plata, Atlántida, Las Toscas, Salinas, Marindia, El Fortín, Villa Argentina, Balnerario Español y Estación Atlántida, cuando un exceso de soda cáustica en el proceso de potabilización del agua en la planta de Laguna del Cisne generó daños en la piel de al menos cinco personas. Al contrario de lo que afirmó la vicepresidenta del organismo, Alejandra Varela, quien dijo que había sido un hecho “absolutamente aislado”, el gremio plantea que están dadas las condiciones para que vuelvan a ocurrir errores en la potabilización. El comunicado recuerda los episodios de turbidez que se vivieron en 2013 en Montevideo y en 2015 en Maldonado y sostiene que lo que pasó es “producto de la crítica situación en materia de gestión que se está desarrollando en el organismo desde hace años”. Afirma que “hoy el estado de la gran mayoría de las Usinas Potabilizadoras de Agua desde todo punto de vista es crítico”, y cuestiona el estado edilicio de las usinas y la falta de recursos humanos a raíz de los recortes aplicados por el directorio de OSE en reestructuras. Menciona, por ejemplo, que en la usina del balneario canario Costa Azul, quienes bombean el agua potable no son funcionarios de OSE; en diálogo con la diaria, Gustavo Ricci, presidente de FFOSE, dijo que un guardia de seguridad se encarga de esa tarea.

FFOSE reconoce que “es incuestionable” que lo que pasó en Laguna del Cisne fue producto de “un error humano”, pero apunta a las condiciones laborales que permitieron que eso ocurriera; según Ricci, el exceso de soda cáustica se dio por “una falla mecánica en la bomba de dosificación” y el error del encargado de la planta –a quien OSE le inició un sumario administrativo con suspensión preventiva y retención de haberes por 90 días– fue no informar de inmediato a sus superiores acerca de lo que había ocurrido. Ricci señaló que en diciembre OSE aprobó una estructura de cargos en la usina de Laguna del Cisne, pero que en lugar de haber 14 cargos, hay ocho. Agregó que otro error fue que el funcionario hizo el cambio de programación en el proceso de potabilización de noche, cuando hay poca gente trabajando en la usina, y lo recomendado es que se haga durante el día, porque implica cerrar y abrir válvulas y cambiar filtros.

FFOSE rechaza, además, que OSE haya demorado casi 48 horas en informar a la población acerca de las posibles consecuencias de estar en contacto con el agua con el pH alterado, cuyo valor alcanzó a 12,7, cuando el rango aceptado es de entre 6,5 y 8,5. Por último, el gremio planteó que “el estado de las fuentes de agua que OSE toma para potabilizar se encuentran cada vez en situación más crítica –por ejemplo, menciona el incremento de la aparición de cianobacterias– y afirmó que OSE no cumple con su cometido de hacer el contralor higiénico de todos los cursos que utiliza.