Alexandre Lemgruber llegó a Uruguay en una misión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y dio varias charlas y conferencias, además de reunirse con diversas autoridades de la salud, entre ellas el ministro Jorge Basso. Lemgruber es ingeniero químico y asesor responsable en evaluación de tecnologías sanitarias, regulación de dispositivos, políticas de precios y gestión de dispositivos médicos en la OPS. Durante su visita al país dialogó con la diaria sobre el estado de las tecnologías sanitarias en el mundo y los avances y desafíos de Uruguay en este sentido.

Su visita tuvo varias razones, una de ellas es que la OPS está organizando, en conjunto con la Cooperación Española y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, una capacitación para los países de la región sobre la regulación de dispositivos médicos, en la que participaron 25 personas de 15 países. El principal objetivo de este curso es “fortalecer capacidades para que los países puedan regular de manera más efectiva los dispositivos médicos”, explicó el especialista.

Además de esto, Lemgruber centró su trabajo en la evaluación de tecnologías sanitarias, sobre todo en las opciones de marcos institucionales para su evaluación e incorporación. Al hablar de tecnologías se refiere principalmente a medicamentos y dispositivos, aunque aclaró que también pueden ser de otra índole. El especialista definió la evaluación de tecnologías sanitarias como “un proceso en que se evalúan las evidencias científicas y se comparan las nuevas tecnologías con las ya existentes para que se pueda tomar una decisión sobre cuáles deberían ser incorporadas en los sistemas de salud pública”. Para él esto tiene una importancia especial, ya que su inclusión al sistema de salud público significa que van a ser financiadas por fondos estatales.

Lemgruber explicó que en la región existen dos procesos distintos que pueden llegar a confundirse. Uno es el mencionado previamente, la evaluación de tecnologías sanitarias, y el otro es el proceso de regulación de productos médicos. Este último –que hoy en día es realizado por el Ministerio de Salud Pública (MSP), al igual que la evaluación– determina qué medicamentos, entre otras cosas, están habilitados para ingresar al mercado. Esto no significa que este medicamento sea financiado “de manera automática”; de este universo de medicamentos que son habilitados, sólo una parte “debe” ser financiada e incluida en el sistema de salud. Para tomar esta decisión es que sirve la herramienta de la evaluación de tecnologías sanitarias, que hace un balance basado en evidencia científica entre costo y resultados.

Para el asesor de la OPS en Uruguay este sistema está “bastante avanzado” y se cuenta con buena capacidad humana e institucional para abordarlo. También destacó que el MSP, mediante la División Evaluación Sanitaria, hace años viene haciendo este trabajo y que existe un “ambiente de colaboración” entre el MSP, el Fondo Nacional de Recursos (FNR), el Banco de Previsión Social y el Hospital de Clínicas, gracias a los nodos de evaluación de tecnologías.

Además, durante su reunión con Basso y otras autoridades del ministerio evaluaron distintas posibilidades de cooperación internacional: para Lemgruber Uruguay tiene capacidad para ayudar a toda la región y puede también aprender mucho de la experiencia de otros países. La División Evaluación Sanitaria del MSP y el FNR también son parte de la Red de Evaluación de Tecnologías de Salud de las Américas, y eso favorece mucho la cooperación. Sumado a esto, el asesor dijo que existen algunos proyectos en Uruguay que la OPS puede ayudar a desarrollar, además de seguir apoyando a los actuales.

Lemgruber planteó como una de sus recomendaciones para el país que es “realmente importante” que se cree un marco legal, de preferencia una ley, en la que haya una vinculación entre el proceso de toma de decisión y el mecanismo de evaluación de tecnologías sanitarias. Esto funcionaría como un “blindaje” para cualquier tipo de cambio que pueda haber en el país, como por ejemplo de partido de gobierno: “En muchos países puede haber logros, y después por este tipo de cambios se pueden sufrir retrocesos”. Esto es un desafío “importante”, señaló, y “sería interesante que Uruguay pudiera avanzar en términos de tener un marco legal específico sobre el tema de utilización de la evaluación para el proceso de toma de decisiones”.

Teniendo en cuenta un ciclo integral de las tecnologías sanitarias, el asesor mencionó un segundo punto en el que el país podría mejorar según la OPS. Este sería el de la creación de una agencia de regulación de productos médicos, el segundo proceso que detalló anteriormente. Hoy en día la regulación es hecha por el MSP, pero la OPS recomienda que sea por parte de una agencia externa en forma de ente estatal. En muchos países de América, como Argentina, Brasil, México y Estados Unidos, las agencias reguladoras ya tienen ese grado de independencia. Esto fortalecería el proceso regulatorio, además de agilizarlo y actualizarlo para cumplir con las exigencias de la Organización Mundial de la Salud.