“La mejor vacuna es la que llega antes a tu brazo”: en esta frase coinciden académicos y gobernantes uruguayos que, cada uno desde su ángulo, estudian las vacunas disponibles contra la covid-19 y su aplicación a la población. El fin de semana, al tiempo que los vacunadores empezaron a recibir las primeras dosis de Coronavac, la vacuna del laboratorio chino Sinovac contra la covid-19, el Ministerio de Salud Pública (MSP) divulgó un informe titulado “Priorización y escalonamiento de la vacunación”, en que amplía detalles de su estrategia.
Como ya había trascendido, la prioridad número uno es la protección de la integralidad del sistema de salud, y por eso recomienda la vacunación de los trabajadores de la salud de todos los niveles y servicios; en ese primer lugar sitúa, también, a los trabajadores de servicios esenciales (docentes, policías, bomberos y militares en actividad, trabajadores del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, y aduaneros). El segundo objetivo estratégico de la campaña de vacunación es reducir la cantidad de personas que enferman de gravedad y mueren por covid-19, y por eso recomienda vacunarse a los grupos de mayor riesgo epidemiológico. El tercer objetivo es reducir la transmisión de la infección comunitaria del SARS-CoV-2 y alcanzar la inmunidad de rebaño, es decir, la inmunidad colectiva.
La vacunación se hará en forma “progresiva y escalonada”, informó el MSP, y para eso, además de la priorización de grupos, tendrá en cuenta el tipo y las dosis de vacunas que estén disponibles en Uruguay y “la mejor evidencia disponible”, porque a medida que se tiene más información de los ensayos clínicos de los desarrolladores “va surgiendo nueva evidencia respecto a la eficacia, efectividad y seguridad de las vacunas que podría ampliar las indicaciones”.
Trabajadores de la salud
Entre el personal de la salud, en función del grado de especialización y de dificultad de sustitución, se empezará por vacunar a quienes trabajan en CTI y servicios anexos, se seguirá por el personal que trabaja en emergencias móviles y hospitalarias, y en atención domiciliaria, luego se habilitará la vacunación del resto del personal (se incluye a quienes trabajan en el primer nivel de atención y en odontología, aclara el documento) y, por último, la de los estudiantes de medicina, enfermería y carreras técnicas.
La flexibilidad se establece en función de la urgencia y lo posible; el MSP explicitó en el informe que comenzará por la vacunación del personal esencial porque llegó primero la vacuna de Sinovac y porque en menos de 15 días se prevé el arribo de las primeras dosis de Biontech-Pfizer. No obstante, aclaró que “si la llegada de Oxford/AstraZeneca o Pfizer-Biontech se demorara más de 15 días, se optará por iniciar con Sinovac para el personal de salud”. “Lo importante es el inicio inmediato de la estrategia de vacunación y su sostenibilidad”, reafirmó.
El MSP detalló que la eficacia reportada de la vacuna de Sinovac es de 50,3% para la infección sintomática en estudios en Brasil y de 100% para la enfermedad moderada y grave, mientras que la eficacia de la vacuna de Oxford/AstraZeneca es de 82,4%, y la de Pfizer-Biontech es de 95%. Por ese motivo es que el MSP optó por vacunar a los trabajadores de la salud con la de Pfizer, pero la estrategia se podrá rever en función de la disponibilidad de dosis, de ahí que el MSP insista en que el plan es “flexible”.
El viernes, la Universidad de la República (Udelar) organizó el segundo seminario virtual sobre vacunas, y los investigadores se inclinaron en el mismo sentido que el MSP sobre este punto. Mónica Pujadas, pediatra y docente de la Facultad de Medicina de la Udelar e integrante del grupo ad hoc de la Comisión Nacional Asesora de Vacunación que estudia la inmunización contra la covid-19, reseñó que la vacuna de Sinovac reportó en Brasil una eficacia de 50,3% para prevenir la enfermedad, 78% para prevenir la enfermedad que requiere consulta médica y 100% para prevenir casos de hospitalizados graves y fatales.
Luego, Jorge Geffner, profesor de Inmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida del Conicet y de la Facultad de Medicina de Universidad de Buenos Aires, mencionó que si bien la vacuna de Pfizer muestra una eficacia un “poquito” mayor, tanto la de Sinovac como la de Pfizer “hoy por hoy previenen los cuadros severos”. Dijo que eso mismo es lo que consideran en Argentina, en donde hay en circulación tres vacunas: AstraZeneca, Sinopharm ‒que ingresó el jueves‒ y Sputnik V. “La idea es que, te toque la que te toque, poné el brazo, porque son tres vacunas magníficas, y lo mismo son las que van a llegar a Uruguay”, expresó.
Alejandro Chabalgoity, químico especializado en inmunología y docente de la Facultad de Medicina de la Udelar, comentó que si bien la de Sinovac “tiene menos eficacia comprobada” que la de Pfizer, “es claro que el aumento en la cobertura compensa la baja en la eficiencia; quiere decir que si sólo tuviéramos la de Sinovac, si tenemos a 90% de la población vacunada con Sinovac, el impacto va a ser enorme. El aumento de la cobertura compensa la diferencia”, sostuvo.
Mayores de 60 años
Las personas adultas mayores son la otra gran prioridad. El informe del MSP explicita que datos internacionales confirman que en comparación con adultos jóvenes, el riesgo de fallecimiento es “entre 90 y 360 veces mayor en adultos mayores de 65 años”. A la hora de priorizar a esta población, el MSP aclara que tomó la franja etaria mayor de 60 años, y no de 65, para evitar errores programáticos, porque la vacuna de Sinovac está autorizada para personas de 18 a 59 años inclusive, mientras que la de AstraZeneca y Pfizer sí pueden ser administradas a personas mayores de 60. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, en Uruguay hay 710.270 mayores de 60 años.
Dentro del grupo de adultos mayores, se empezará por la vacunación de quienes residen en establecimientos de larga estadía para personas mayores (residenciales) y por quienes trabajan en ellos (25.000 personas). Se continuará luego por los mayores de 80 años.
Personas con comorbilidades y vulnerables
Así como las personas adultas mayores tienen mayor riesgo de contraer una enfermedad grave a raíz de la infección de coronavirus, también corren riesgo quienes tienen enfermedades crónicas como “cardiopatías, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, obesidad con un índice de masa corporal mayor a 30, insuficiencia renal, cirrosis, cáncer, inmunodepresión incluyendo VIH, trasplante de órgano sólido, etcétera”, enumeró el MSP, y añadió que el riesgo aumenta en las personas que tienen dos o más de estas enfermedades o condiciones. Dentro de este grupo ubica, también, a las personas con patologías psiquiátricas crónicas que estén institucionalizadas, por el hacinamiento.
El informe del MSP menciona que los pacientes con hemodiálisis crónica tienen dos factores de riesgo: las comorbilidades y ser parte de un grupo cerrado con contacto frecuente y prolongado con el sistema de salud (lo que los expone a riesgo de contagio), y que por eso serán priorizados más allá de su edad. En esa situación también estarán las personas con trasplantes. El resto de las personas con comorbilidades se agendarán por grupo etario. El informe aclara que se recomienda la vacunación a pacientes inmunodeprimidos porque, si bien la información es escasa por el momento, no hay contraindicación, ya que ninguna de las plataformas de vacunas contra la covid-19 que se han desarrollado contiene virus atenuado.
Entre las personas con vulnerabilidad social, el MSP incluye a las privadas de libertad y a quienes pernoctan en refugios y a sus cuidadores. Aclara que podrán recibir la Sinovac los menores de 60 años, y que para quienes superen esa edad se valorará la aplicación de otra vacuna disponible.
Población general y personas que tuvieron covid
Con respecto al resto de la población, el documento menciona que “se cuidará el acceso equitativo de cada grupo objetivo de vacunación”. Aclara que si bien la vacuna de Pfizer está aprobada para mayores de 16 años, “dado el bajo riesgo en esta población y para evitar errores programáticos, se utilizará a partir de los 18 años” (las otras dos vacunas, de Sinovac y AstraZeneca, están aprobadas para mayores de 18).
El MSP buscará que 70% de la población esté vacunada, valor que permite generar la inmunidad de rebaño. El informe aclara que “luego de cursar la infección, la mayoría de las personas estarán protegidas por un tiempo, que se ha estipulado en seis meses aproximadamente” y por eso, afirma, “no se vacunará a personas que hayan presentado covid-19 en los seis meses previos”.