La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) informó este domingo que su Regional Norte dispuso una investigación urgente por el fallecimiento de un hombre de 37 años con covid-19 en su vivienda en el paraje Colonia 18, en Salto. Según informó El País, su familia denuncia que llamó por teléfono en varias instancias a médicos de la Red de Atención del Primer Nivel de ASSE, pero estos respondieron que sus síntomas “no eran más que parte del proceso de la enfermedad que estaba cursando” y que “mantuviera la calma, porque los mismos pasarían pronto”.

El día antes de morir, el hombre empezó a tener problemas para respirar y familiares solicitaron asistencia nuevamente, pero desde la atención telefónica les transmitieron que estaban desbordados y que esos síntomas eran parte del curso normal de la enfermedad. ASSE informó que elevará los antecedentes del caso para la investigación administrativa correspondiente, que estará a cargo de la dirección jurídica del prestador.

SMU sigue con atención fallecimientos fuera de CTI

El presidente del Sindicato Médico del Uruguay, Gustavo Grecco, prefirió no opinar sobre el caso ocurrido en Salto por no tener suficiente información, pero afirmó que la “brecha de personas que fallecen fuera de CTI” es un tema que desde el gremio se está siguiendo “atentamente” y con “mucha preocupación”. El médico intensivista señaló que “no todas las personas tienen que fallecer en CTI”, pero se está observando que “muchas personas fallecen fuera de CTI”, en domicilios, salas de internación, etcétera. Grecco afirmó que esa brecha se “ensancha” desde hace unos días y que la pregunta que debe hacerse es si esto se debe a la “carencia o el resquebrajamiento del sistema” sanitario, “que hace que la asistencia no llegue en todos los niveles asistenciales”. 

“Obviamente, el riesgo de que esto ocurra existe; el sistema está desbordado y por momentos saturado, y necesitamos bajar la movilidad para que haya menos casos de personas sintomáticas, internadas, en terapia intensiva y muertes mientras avanza la vacunación”, afirmó Grecco, y recordó que el gremio “desde hace semanas viene advirtiendo que el sistema iba a hacer agua y estas cosas podían ocurrir”. Sobre “cuánto ocurren y a cuántos están afectando aún no tenemos el dato objetivo, pero es algo para prestarle muchísima atención”, apuntó.

Grecco agregó que un “sistema de salud en una brutal tensión, con momentos de saturación y de desborde”, se traduce en una “pérdida de calidad asistencial”, particularmente en el primer nivel de atención. “Está desbordada la capacidad de testeo, la capacidad de seguimiento, el control de las personas positivas y su entorno familiar, y la asistencia cuando esas personas lo requieren”, señaló, e indicó que 15% de los pacientes portadores de covid-19 son asintomáticos y requieren asistencia y control.

“Sobrecarga” y “déficit estructural” en el primer nivel de atención

La presidenta de la Sociedad Uruguaya de Medicina Familiar y Comunitaria, Marcela Cuadrado, explicó que hay tres tipos de pacientes que cursan la enfermedad en sus domicilios: asintomáticos, con síntomas leves y con síntomas moderados a severos, y que estos últimos “se pueden transformar en graves o potenciales fallecimientos”. Para Cuadrado “hay que hacer un seguimiento diferente en cada uno de los tipos” de pacientes, pero debido a la cantidad actual de casos activos, el seguimiento “mucho más cercano y seguido en el tiempo” que se hacía a comienzos de la pandemia “se empezó a ver debilitado, y actualmente se hace un seguimiento mucho menos frecuente”. 

Esta situación tiene como consecuencia que quienes tienen síntomas moderados a severos “se vean en dificultades”, lo que se suma a que “el sistema de traslado y ambulancia está también saturado”, señaló. “Está pasando que los que estamos haciendo seguimiento pedimos apoyo a ambulancia y este apoyo puede llegar a demorar siete horas”, puso como ejemplo la especialista en medicina familiar y comunitaria, y aseguró que este panorama complejo se ha intensificado en las últimas semanas. “Me ha pasado a mí. Te dicen que en ese momento no hay lugar para [paciente] respiratorio y vos lo tenés en domicilio y no tenés cómo hacerle llegar nada, ni oxígeno. Esta semana me pasó dos veces”, apuntó.

En la misma línea, la presidenta de la Confederación Iberoamericana de Medicina Familiar, Jacqueline Ponzo, considera que el caso acontecido en Salto refleja “dos aspectos” del sistema sanitario: la situación de “sobrecarga” del sistema por la situación actual de la pandemia y la situación de déficit “estructural” del primer nivel de atención. Ponzo, que integra el Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de Covid-19, señaló que el “trabajo inmenso” que implica el seguimiento de los casos positivos “en este momento está desbordando la capacidad del sistema”, y que esto es algo que se advierte desde hace “varias semanas”. Pese a esto, “no ha habido ningún refuerzo para el primer nivel de atención”, aseguró.

Ponzo afirmó que “cuando se ha pensado en las necesidades del sistema, siempre se ha pensado en el CTI, y no se ha focalizado en la importancia que tiene el primer nivel de atención, que es fundamental para el control epidemiológico y la prevención” de la covid-19, y que ahora “estamos pagando ese déficit que tenemos”. Asimismo, señaló que hay “un problema que va más allá del déficit de recursos” y es el modelo de seguimiento de los casos que se ha instalado en “muchas mutualistas”, a cargo de “personal que no necesariamente es el más idóneo, y que toma decisiones y hace seguimiento telefónico desde una capital departamental, o desde un centro de segundo nivel, muchas veces sin coordinar ni comunicarse con el médico o el equipo de primer nivel del lugar”. Para Ponzo, este modelo “deja ventanas de mala cobertura asistencial en las cuales las personas se pueden agravar sin contar con atención adecuada”.