Un estudio retrospectivo de serie de casos de pacientes del Sistema de Salud Militar de Estados Unidos publicado a fines de junio por la revista JAMA Cardiology (firmado por Jay Montgomery, Margaret Ryan, Renata Engler y otros autores) indagó si la miocarditis puede ser considerada un potencial efecto adverso de las vacunas contra la covid-19 de plataformas de ARN mensajero (como la de Pfizer y la de Moderna). De 2.800.000 dosis administradas a los militares entre enero y abril de 2021, el estudio identificó que 23 varones habían tenido inflamación del miocardio -se presentó como un inicio agudo de dolor en el pecho- cuatro días después de haber sido vacunados (siete con dosis de Pfizer y 16 con Moderna), y que 20 de esos casos habían sucedido después de la segunda dosis. Tenían entre 20 y 51 años, todos eran considerados pacientes sanos y al momento de publicar el informe ya se habían recuperado de la afección.

El estudio concluyó que el número de casos de miocarditis fue pequeño, pero que fue mayor de lo esperado en los varones militares, y consignó que se justifica hacer una vigilancia mayor y una evaluación de estos efectos adversos de la vacunación con dosis de ARN mensajero. Los autores sugirieron comparar ese riesgo con el de padecer la covid-19 y citaron otros estudios que indican que la prevalencia de lesiones cardíacas en enfermos graves por la enfermedad llega hasta 60%, y que hay evidencia de que casi 1% de los atletas que tuvo infección leve por covid-19 sufrió miocarditis.

La divulgación de ese estudio y la mención de casos de miocarditis en adolescentes en medios de prensa internacionales motivó este martes la consulta de varios periodistas al Ministerio de Salud Pública (MSP), que a las 20.00 sacó un comunicado sobre los efectos adversos supuestamente atribuibles a la vacunación e inmunización (Esavi), y Alicia Fernández, responsable del programa de Salud de la Niñez y Adolescencia del MSP, dio una rueda de prensa.

En el comunicado, el MSP informó que entre el 27 de febrero -cuando comenzó a vacunarse contra el coronavirus- y el 15 de julio, entre las 4.466.346 dosis que se suministraron, 993 personas notificaron Esavi y se confirmaron 1.645 efectos adversos en total (porque una persona puede reportar más de uno). Es decir que el porcentaje de Esavi sobre el total de dosis suministradas fue de 0,037%, dice el informe, que detalla que de la proporción de Esavi confirmados, 0,02% fueron de Coronavac, 0,06% de Pfizer y otro tanto de Astrazeneca. “Dolor en el sitio de la inyección, dolor de cabeza, dolores musculares, malestar general, diarrea, temblores, cefalea, decaimiento y espasmo-bronquial” fueron los efectos reportados con más frecuencia, informó el MSP.

Nueve de esos Esavi reportados fueron graves: en la mayoría se dieron casos de trombosis venosa, dice el comunicado, que contextualiza que la proporción ocurrió en dos dosis por millón.

Miocarditis

La miocarditis es una inflamación del músculo cardíaco. Fernández confirmó que por el momento hay cinco Esavi de miocarditis, pero aclaró que no están confirmados (hay que estudiarlos para ver si son una coincidencia o si efectivamente son causados por la vacunación). Dos de ellos son de adolescentes, uno de 12 y otro de 14 años; uno de ellos ya fue dado de alta y el otro todavía está internado pero presenta una buena evolución, afirmó. Dijo que los otros tres casos fueron de personas que tienen más de 22 años, que están “fuera de peligro”, y remarcó que “no murió nadie por efecto adverso” de la vacunación.

Fernández explicó que los reportes internacionales indican que por cada caso de miocarditis por la vacuna contra la covid-19 hay seis entre personas que tuvieron coronavirus o el Síndrome de Respuesta Inflamatoria Multisistémica Pediátrica poscovid.

La médica señaló, además, que la covid-19 también puede provocar trombosis, miocarditis e infección respiratoria. “En suma, hay dos Esavi graves cada 1.000.000 de dosis administradas. Sin duda la vacunación es beneficiosa respecto de los riesgos que tienen estas complicaciones”, concluyó.

Dijo también que los casos “de miocarditis por vacunación, si se confirman como tales, causaron solamente una inflamación que se trató con antiinflamatorios cuando las [consecuencias de la] enfermedad requieren sostén respiratorio de los pacientes y medicaciones para mejorar la contractilidad cardíaca, entre otras medicaciones”.