El último período de gobierno del Colegio Médico del Uruguay, que comenzó en octubre de 2018 y terminará dentro de un mes, estuvo atravesado por disputas internas y por alianzas hechas y desechas. La lista más votada, la 35, que impulsaban el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y la Federación Médica del Interior (FEMI) no logró tener la presidencia del Consejo Nacional –ámbito de máxima decisión conformado por nueve miembros– porque el resto de las listas eligieron como presidente a Blauco Rodríguez, de la Lista 4. Nunca había ocurrido una situación así y por eso ahora, dos de las cuatro listas que se postulan a las elecciones del Colegio Médico, que se desarrollarán el viernes 27, proponen modificar la Ley 18.591 –que creó el Colegio Médico en 2009– para que no vuelva a ocurrir algo similar y asegurar que la presidencia quede en manos de las figuras más votadas.
En esta ocasión, la corriente mayoritaria del SMU y FEMI van en listas separadas y ambas disparan contra la gestión de la Lista 4, denominada Juntos. Esta última agrupación es espejo de la que el mes pasado, en las elecciones del SMU, intentó disputarle la representatividad a Fosalba; de esa forma, los cruces que se dieron en el sindicato se reeditan en el ámbito del Colegio Médico, que tiene el cometido de vigilar que el ejercicio de la profesión médica se cumpla de acuerdo a lo que dispone el Código de Ética Médica.
Además de estas tres listas, se postula nuevamente la Lista 1, liderada por Daniel San Vicente; pese a varios intentos de la diaria por comunicarse con el candidato, no hubo respuesta ni información de sus propuestas. Una de las médicas que lo acompañan informó a este medio que figura en la lista al Consejo Nacional porque San Vicente se lo pidió, pero desconocía las propuestas; otro integrante a ese máximo órgano expresó que lo principal pasaba por eliminar la obligatoriedad del pago de la cuota y el impulso a la educación médica continua, postulados que tenía en las elecciones pasadas, pero que desconocía mayores detalles. Esta nota trata sobre las propuestas de las otras tres listas.
Lista 3: recertificación, ética e incompatibilidades
Es impulsada por FEMI, junto con el Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ) y Gremialismo Auténtico (una de las listas del SMU). Al frente se encuentra Óscar Cluzet, médico que integró el primer Consejo Nacional del Colegio (2012-2015), en la primera presidencia de Jorge Torres.
En diálogo con la diaria, Cluzet comentó que la lista que lidera se propone reforzar las dos funciones básicas del Colegio: “la vigilancia ética en el desempeño profesional” y “la educación permanente del médico y la recertificación profesional”.
La “recertificación médica” es un proceso de evaluación que certifica que el médico mantiene actualizados sus conocimientos y su destreza. Cluzet es un acérrimo defensor de este proceso: “Con el desarrollo exponencial que ahora tiene el conocimiento, cada actualización se revela como absolutamente indispensable, y no creo que haya nadie que sostenga seriamente que con el título expedido por la Facultad de Medicina en determinado momento usted pueda seguir prácticamente 40 o 50 años de vida profesional sin incorporar conocimientos, sin desaprender lo que ha aprendido y aprender lo nuevo”, planteó. Hace más de 30 años que la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y los gremios proponen crear mecanismos de certificación. Si bien ha habido resistencias, en 2016 se creó la Comisión de Educación Profesional y Recertificación Médica (Ceprem), integrada por representantes del Colegio Médico, del Ministerio de Salud Pública, de la Facultad de Medicina y de la Academia Nacional de Medicina, que logró avanzar en el diseño de recertificación voluntaria de tres especialidades: pediatría, anestesia y gastroenterología.
La Lista 3 pretende profundizar la recertificación voluntaria, que se les dé “facilidades para el estudio” a los médicos y que la formación sea “coherente con el desempeño simultáneo” de la profesión.
Otro de los principales planteos de esta lista es modificar la Ley 18.591, porque es insuficiente con cuestiones relativas a la ética. Los casos de controversias son juzgados por el Tribunal de Ética, que está conformado por personas formadas en esa disciplina; Cluzet critica que cuando se recurre un fallo del Tribunal de Ética, quien lo termina laudando es el Tribunal de Alzada –que está integrado por el presidente, el secretario y tres miembros más votados del Consejo Nacional–, que tiene un “carácter político” y a sus integrantes “no se les exigió previamente ninguna formación en la materia que van a terminar tratando como tribunal de alzada”.
Entonces, lo que propone es modificar la ley para que tener formación en ética sea uno de los requisitos para ser consejero nacional. Cluzet dijo desconocer situaciones en que haya terminado jugando una valoración política, pero aclaró que su lista busca “prever futuras situaciones en las cuales el colectivo médico o la opinión pública puedan concluir que determinado fallo se resolvió por motivos de orden político y no ético”.
Esta lista postula, además, que el cargo de presidente del Consejo Nacional y de los Consejos Regionales “recaiga en los candidatos más votados y no sea el resultado de una coalición transitoria destinada a ese fin”. Habla de “incompatibilidad de cargos” porque “tomada seriamente” la gestión del Colegio Médico lleva “una enorme cantidad de horas”, dijo. “No puede ser compatible con que al mismo tiempo [quien tiene esta responsabilidad] se desempeñe como delegado departamental o gerente de una empresa privada”, expresó, sin nombrar un caso cuestionado como ha sido el de Blauco Rodríguez. En medio de la conducción del Colegio Médico, asumió un cargo de confianza como director de la Región Sur de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, al tiempo que mantuvo su actividad profesional.
Las remuneraciones de los consejeros y el valor de las cuotas de los colegiados son, para Cluzet cuestiones que “deberían discutirse” y, para eso, dijo que deben buscarse consensos, y discrepa con que el Colegio “deje de golpe de recibir aportes” y con que “se pague de forma voluntaria”.
Lista 4: contra la Ley del Código de Ética y por el pago voluntario
Fernando Repetto, actual subgerente del Banco de Seguros del Estado, es quien lidera la Lista 4, que acompaña el actual presidente del Colegio Médico –quien lidera la lista del Consejo Regional Sur–. Repetto es actualmente secretario del Consejo Regional Sur, había sido electo por la Lista 35, por la agrupación Médicos Independientes del SMU.
Una de las principales propuestas es la eliminación del cobro de la cuota obligatoria. La Ley 18.591 fijó un aporte mensual de los médicos de hasta 0,5% de lo que cobran por su actividad profesional. Este porcentaje nunca se ha aplicado hasta ahora; Repetto comentó que en la pasada administración la cuota –que siempre ha sido obligatoria– era de 750 pesos y que la actual administración prometió bajarla, algo que cumplió, y la dejó en 540 pesos. Pero recordó que existe el riesgo de que alguien pueda exigir el cobro de 0,5% de los ingresos médicos, y por eso es que postula el cambio legislativo. “Es un impuesto más que se agrega a todos los impuestos que se pagan por el trabajo médico”, evaluó.
En su lugar, la Lista 4 propone mejorar los servicios que da el Colegio Médico, como lograr acuerdos para la suscripción a revistas internacionales –para que los afiliados paguen menos que lo que hacen de manera individual–, crear convenios con universidades nacionales e internacionales, y “descuentos en clubes deportivos, pasajes aéreos, hoteles; para que los médicos vean que hay un retorno del pago de la cuota”, dijo Repetto. La propuesta de esta lista es que mientras se tejen estas alianzas, se modifique la ley, para que el pago voluntario sea atractivo cuando se derogue la obligatoriedad.
La otra propuesta importante de esta lista es derogar la Ley 19.286, del Código de Ética Médica. La aspiración es “bajarlo del rango ley y pasarlo a competencia del Colegio Médico del Uruguay”, dijo, porque “muchas veces es necesario ir haciéndole modificaciones de acuerdo a la evolución sociocultural” porque, por ejemplo, de acuerdo a la redacción actual, no se podría legalizar la eutanasia. También opinó que por intermedio del Código se “judicializa cualquier tema o conflicto de entrada porque entra directamente a la Justicia”. Antes de ser votado por el Parlamento, el Código de Ética fue sometido a plebiscito entre los profesionales médicos. Consultado al respecto, Repetto dijo que “de ser necesario se hará un plebiscito”.
Otra modificación que busca hacer esta lista en la Ley del Colegio Médico es establecer que cuando haya “algún conflicto a nivel de los [consejos] regionales haya una instancia de mediación o conciliación obligatoria que permita evitar que escale al Tribunal de Ética o que pase a la Justicia”, dijo Repetto, porque si bien ahora hay instancias de mediación, no son obligatorias.
Repetto insistió en que su lista se opone a la recertificación obligatoria. Alegó que “el Colegio Médico no está habilitado para hacer recertificación” sino que “está habilitado para hacer educación médica continua”, algo que buscará impulsar, aseguró.
Lista 7: representatividad, austeridad y ética
La oncóloga Lucía Delgado lidera esta lista, integrada por muchos médicos de la agrupación Fosalba del SMU. Aspiran a elaborar una propuesta consensuada para reformar la Ley del Colegio Médico y la del Código de Ética. En diálogo con la diaria, Delgado expresó que es necesario cambiar la Ley 18.591 porque el Tribunal de Alzada y los Consejos Regionales “no son los organismos idóneos para la mediación, ya que eso supone una formación específica, no alcanza con la buena voluntad”. Proponen que en las elecciones se pueda elegir directamente a los candidatos porque “las listas son idóneas en una lógica más gremial o política, no tanto para un Colegio”, planteó Delgado, que también manifestó que es importante que quienes presidan los consejos sean los candidatos más votados.
Esta lista anuncia que buscará que el colegio sea “austero, justo y equitativo” y “que se financie reconociendo las diferencias existentes entre los y las médicas”. Propone dar la discusión con el colectivo médico durante un período de al menos seis meses en que se suspenda la cuota y el sueldo de los consejeros. Delgado respondió que esto “es viable económicamente, si se toma en cuenta las reservas financieras con que cuenta el Colegio y sobre todo si hay voluntad política de no cobrar los sueldos durante el mismo período”. Afirmó que “las remuneraciones de los consejeros deben ser acordes a la responsabilidad y al cumplimiento laboral y ajustadas a las remuneraciones médicas habituales”.
Esta lista propone, además, hacer una estricta rendición de cuentas. “El dinero debe ser utilizado para la finalidad con la que se creó el colegio: asegurar a los médicos y médicas las condiciones para un ejercicio profesional digno e independiente, así como el control técnico y deontológico de sus actividades”, expresó Delgado. En ese sentido, criticó que en algunos consejeros regionales e incluso nacionales en el último período, “se vio la realización de tareas ajenas al Colegio Médico del Uruguay, orientadas a la autopromoción en los medios y las redes sociales”.
La educación médica continua es otra de las banderas de esta lista. Según Delgado, “actualmente se hacen conferencias aisladas sin un plan definido”, y se necesita establecer alianzas con la Facultad de Medicina, las sociedades científicas, los gremios y los prestadores integrales de salud. En su plataforma, la Lista 7 no habla de “recertificación médica”. Consultada al respecto, Delgado respondió que la creación de la Ceprem “significó un importante avance” y que su lista visualiza al Colegio Médico “como la institución capaz de articular las acciones de todas las instituciones que necesariamente deben participar” en los procesos de educación médica continua.