En el día mundial de la concientización de la leucemia mieloblástica aguda (LMA), la hematóloga Sofía Grille, profesora agregada de la Cátedra de Hematología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), explicó a la diaria que la LMA “es un tipo de cáncer de la médula ósea que se produce en las células que se ubican en la médula y que además son las responsables de formar las plaquetas, los glóbulos rojos y blancos”. Según Grille, cuando se produce el cáncer “se sustituye la función normal de la médula y aparece la leucemia”.

En cuanto a los síntomas contó que en general son “elevación de los glóbulos blancos en sangre, anemia y descenso de plaquetas”. Ante alguno de los síntomas detectables, la especialista recomendó acudir a consulta médica porque es “de instalación rápida, que en menos de un mes o en pocas semanas se puede manifestar y desarrollar”. Otros síntomas, relacionados a la anemia, pueden ser “sangrados, infecciones [aunque aparecen en etapas graves], cansancio y fiebre”.

Aunque el día hace alusión a la concientización de las leucemias mieloblásticas, Grille explicó que además hay otro tipo de leucemia aguda: las linfoblásticas. “La diferencia es que se producen en las células linfoides”. Agregó que aunque cualquiera de los dos tipos de leucemia se puede desarrollar a cualquier edad “es más esperable que las linfoblásticas se desarrollen en niños y las mieloblásticas en adultos”. Para detectarlas, lo que se hace en principio es “una rutina de análisis que incluye el hemograma, y si existe este tipo de leucemia es muy probable que los valores aparezcan bastante alterados”, detalló Grille.

La LMA es considerada una enfermedad rara porque se diagnostican alrededor de 100 casos por año. Según Grille, “si bien se da en personas mayores de 65 años, también es esperable un pico de diagnósticos a los 30 años, en adultos jóvenes”. “Es un tipo de leucemia que conlleva tratamientos importantes y en algunos casos invasivos para el organismo de los pacientes, por lo cual aunque no sea un elevado número de casos el que se detecta por año, no significa que sea menos importante”, aclaró.

Sobre la cura de la enfermedad, la especialista explicó que es variable, depende de cada paciente, y por eso “también es importante un diagnóstico temprano y adecuado”. Generalizó en que “si el paciente es joven y no tiene otra enfermedad se le puede hacer quimioterapia intensa [uno de los tratamientos disponibles para la leucemia] y entonces el porcentaje de cura es mayor”, pero “para quienes puedan tener alguna comorbilidad y por ende que el organismo no soporte un tratamiento intenso, el pronóstico es muy malo”, según Grille.

Para la especialista, otra de las cosas importantes es el diagnóstico genómico de la leucemia, porque dependiendo de la alteración genética también hay varios subtipos, que se pueden desarrollar en cualquier grupo de pacientes. “Hay una alteración que se denomina promielocítica y la tasa de curación está arriba de 80%”, detalló Grille. Pero hay otros tipos de alteraciones genéticas “que hacen que la tasa de cura baje y sea en torno a 30% o 40%”.

En cuanto a las posibilidades de diagnóstico, la especialista contó que en Uruguay se ha ido avanzando y que ahora los profesionales cuentan con nuevas técnicas. “Hace algunos años, con lo que había disponible, se estudiaban algunos genes para ver si estaban alterados”, pero ahora, incluso en el Hospital de Clínicas Dr. Manuel Quintela, desde el año pasado se cuenta con un equipo para hacer estudios moleculares. “Ahora podemos hacer secuenciación masiva de genes, se analizan entre 30 y 40 genes y la alteración que se detecta es más exacta”, contó Grille. El principal beneficio de contar con este nuevo estudio es que ahora “se puede conocer el pronóstico de una manera más precisa y ofrecer un tratamiento acorde, o incluso un trasplante de médula ósea, lo que la persona necesite”, acotó.

Al igual que los estudios, también se han desarrollado más tratamientos para la LMA. Según el organismo de cada paciente y lo que la persona soporte, se le recetan “tratamientos cada vez más personalizados, con nuevos fármacos que van surgiendo luego de varios períodos de estudio y que son muy eficientes”, acentuó la especialista.

En cuanto a la prevención de este tipo de leucemia, remarcó que si bien el chequeo rutinario anual que las personas suelen hacerse incluye el hemograma y “puede detectar la leucemia, no siempre sucede”, por lo que es “sumamente importante prestar atención a los síntomas”.

Experiencias

Este jueves la Cátedra de Hematología organizó una actividad virtual con expacientes con LMA de los dos tipos, para compartir experiencias y recordar sus procesos. Participaron en la instancia alrededor de 15 personas, incluida Grille y algunas hematólogas del Hospital de Clínicas.

Daniela es una de las personas que participaron en la actividad y contó que antes de tener leucemia también tuvo lupus, por lo cual “aunque el proceso fue bastante complicado y quedaron varias secuelas, es importante poder contar que todo va cada vez mejor”, afirmó.

Leonel fue otro de los expacientes que participaron. Relató que su leucemia se manifestó a los 44 años y ahora tiene 46. Es de Rivera, pero cuando se le detectó la enfermedad fue trasladado al servicio de hematología del Hospital de Clínicas y posteriormente al Hospital Maciel, para someterse al trasplante de médula. “Es un proceso largo, es lo primero que me dijeron los médicos luego del diagnóstico, pero se puede y ahora estoy bien, hago hasta ejercicio”, contó.

Mariela, otra participante de la actividad, dijo que el miércoles tuvo control con su médico y que sus valores sanguíneos van mejorando. También se sometió al trasplante de médula, hace siete meses. “Mi caso fue algo repentino, a fines del año 2020 tuve una infección urinaria, me detectaron glóbulos blancos bajos y un hematólogo me derivó al Hospital de Clínicas”, recordó. Remarcó la importancia de controlarse porque ella “estaba bien y trabajando, de un día para el otro pasé a estar muy jodida, no me caía la ficha de lo que tenía”.