Tras un proceso que duró varios años y en el marco del cumplimiento del nuevo Estatuto del Personal Docente, que se aplica desde 2021, el Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República (Udelar) aprobó un cambio que afecta a la Escuela de Parteras, la cual pasó a ser denominada Unidad Académica de Parteras y, a su vez, se integró a la Facultad de Medicina.
En diálogo con la diaria, la directora de la Unidad, Eliana Martínez, hizo hincapié en que no “desapareció” la institución, sino que “se trata de una transformación”. El estatuto actual no contempla a las escuelas, sino a las unidades académicas dentro de las facultades o instituciones, y por eso esta y otras escuelas cambiaron su nombre. Asimismo, que la escuela pase a ser una unidad para Martínez constituye “un crecimiento académico”.
Para la directora, “lo negativo y con lo que se quedó la mayoría” es la pérdida del cogobierno interno que tenía la escuela, es decir, su comisión directiva, donde se trataban temas académicos, docentes y administrativos, y también la pérdida del claustro. De todas maneras, Martínez explicó que en la toma de decisiones todo lo que requería una resolución debía pasar al Consejo de la Facultad de Medicina, por lo tanto, la resolución “ya dependía” de ese órgano. Aún así, “seguimos teniendo los espacios de discusión política”, aseguró.
Por otra parte, la jerarca contó que la Facultad de Medicina “se comprometió a mantener la autonomía de la unidad”, para lo cual, entre otras cosas, se abrió un llamado perfilado a obstetra-partera para ocupar la dirección de la unidad, que ahora es académica. “La carrera permanecerá intacta” y el plan de estudios sigue en marcha, agregó la directora.
Estudiantes y egresadas advierten que peligra la autonomía de la profesión
En la sesión del CDC en la que se votó la moción, hace una semana, el decano de la Facultad de Medicina, Arturo Briva, expresó que tras una reunión con estudiantes se reconoció que probablemente en el proceso de transición hubo “fallas en la comunicación” que generaron preocupación a los estudiantes.
“Me comprometo a que exista un diálogo fluido” e “información con acciones concretas”, dijo Briva, a la vez que a “mantener las áreas disciplinares que son la esencia y que el proceso respete la construcción de la Escuela de Parteras” y todo lo que la institución logró en sus 147 años de existencia. El decano resaltó que “la especialidad tiene autonomía profesional y académica”.
Por su parte, la representación estudiantil expresó en el CDC que el cambio les generó “incertidumbres, más preguntas que respuestas y preocupación”. Además, transmitieron que si bien confían en lo acordado con Briva, quieren que se garantice que su “identidad como profesionales no se va a perder en el proceso”.
Desde la Asociación Obstétrica del Uruguay también se mostraron críticas con el cambio. En diálogo con la diaria, la presidenta, Sylvia Sosa, afirmó que la mayor dificultad de la reestructura es que “hace que se pierdan los órganos de cogobierno”, es decir, la comisión directiva y el claustro integrado por estudiantes, docentes y egresadas, que tenían “la posibilidad de tomar todas las decisiones inherentes a la formación”. Ahora, “la comisión de carrera va a tener injerencia solo en algunos temas” y otros dependerán de la Facultad de Medicina, aseguró.
“Las egresadas dejamos plasmado que no estamos de acuerdo en perder la autonomía y que no nos queda claro cómo se van a resolver algunos detalles”, expresó Sosa.
Según Sosa, en el marco del nuevo estatuto a futuro “se van a unificar las unidades que abarcan disciplinas similares”. Si eventualmente se unen obstetricia y partería con ginecología, tres profesiones que, si bien comparten “aspectos teóricos, tienen un perfil muy distinto” y abordan “el embarazo de maneras diferentes”, las parteras corren el riesgo de “perder totalmente” su “perfil profesional”, porque no tienen “el peso suficiente para contrarrestar”, alertó.
Pese a lo anterior, Sosa reconoció que el proceso de transformación “se fue avisando” desde 2020 y que “la participación en algunos años disminuyó porque teníamos la energía en otras cosas, mientras el proceso siguió avanzando”, y “no lograron hacer las debidas consultas a los colectivos que representaban”.
En cuanto a cómo se informó a los estudiantes, docentes y egresados del proceso de cambio, Martínez dijo que hubo “muchas instancias” de convocatoria a los colectivos y aseguró que la comisión directiva siempre estaba representada en las instancias, pero la información no se difundió y eso demostró “que [la comisión] no funcionaba bien”. La convocatoria siempre fue “muy pobre”, agregó Martínez: en 2022 hubo una instancia para informar sobre el cambio, la cual fue pensada para 200 personas y asistieron 20, apuntó.
“El temor que se causó en el colectivo de parteras y de mujeres no es real” y “no corre peligro la formación en sí”, concluyó Martínez.