Pasadas las 15.00 de este viernes, jornada en la que asumieron los ministros y subsecretarios que restaban, Cristina Lustemberg ingresó junto con Leonel Briozzo, quien la acompañará durante el período, a una de las tres salas del Ministerio de Salud Pública (MSP), que se colmó de autoridades, legisladores y decenas de personas vinculadas a la salud, quienes minutos más tarde, con una delegación de integrantes del gobierno encabezada por el presidente de la República, Yamandú Orsi, presenciaron la asunción de Lustemberg como ministra de Salud Pública.
“Asumo con la convicción de que este desafío es ante todo con la gente”, afirmó la jerarca ante los presentes. En su discurso se comprometió a “reducir las desigualdades” y a buscar que “las personas sean más libres desde la equidad en el derecho a la salud”.
En principio, nombró los problemas vinculados a la atención, específicamente en el área de la salud mental, enlazados también al consumo problemático de sustancias. Asimismo, señaló aspectos relacionados con la vigilancia en salud, entre ellos, las enfermedades transmisibles y las no transmisibles, sus factores de riesgo, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes.
Dijo que abordará “de manera integral y transversal” la discapacidad y la rehabilitación. A su vez, mencionó varios de los temas más reclamados por la ciudadanía, por ejemplo, el acceso a los medicamentos, y reconoció que a 18 años de su creación el Sistema Nacional Integrado de Salud requiere avances y modificaciones.
Remarcó la importancia de instalar la escucha hacia la población y un ministerio que no sea “inalcanzable” para el usuario y que, por el contrario, logre cercanía con la gente.
Yamandú Orsi, Cristina Lustemberg y Leonel Briozzo.
Foto: Alessandro Maradei
Las prioridades
En la misma jornada la cartera presentó una lista con diez prioridades a corto, mediano y largo plazo sobre los problemas de salud identificados.
En concreto, bajo la premisa de que los usuarios “no están recibiendo la atención de salud de parte del sistema en tiempo y forma” y ya que la ciudadanía percibe que el sistema y sus instituciones “no están centrados en las personas y no respetan los principios de equidad, oportunidad y continuidad”, se buscará mejorar los servicios públicos y privados.
Por otra parte, el listado de procedimientos diagnósticos y terapéuticos que forman parte del Plan Integral de Atención a la Salud está desactualizado. Estudios y tratamientos que se usan habitualmente en la práctica clínica no se incorporaron, por lo tanto, los precios que cobran los prestadores a sus usuarios “están desregulados y terminan siendo excesivamente altos”, plantearon. De esto resulta que los usuarios tengan dificultades para acceder a los medicamentos necesarios para el tratamiento y control de las enfermedades que padecen. A propósito, el nuevo equipo marcó como prioridad la reglamentación de prescripciones de medicamentos en busca de una política definida que sea igualitaria y que se pueda controlar.
Bajo el reconocimiento de que no se cumplieron varias normativas, entre ellas, la Ley de Salud Mental y el Plan Nacional de Salud Mental, lo que generó “dificultad para el acceso a la prevención, la atención y la rehabilitación”, se buscará implementar las normativas bajo un sistema de atención “adecuado”.
La cartera buscará nuevas modalidades de atención y nuevas políticas para temas y áreas en las que entiende que faltan soluciones y que “no existen” abordajes integrales, como la discapacidad, el envejecimiento, y una perspectiva de género que priorice la salud de las mujeres, que ahora “no está adecuadamente priorizada” e integra un sistema de salud que resulta en ocasiones hostil, determina violencia basada en género, entre otros aspectos.
Por otra parte, la situación económico-financiera de las instituciones de salud y su integración también serán prioridad.