Los trabajadores de la grasera Mantex, ubicada en la ciudad de Santa Lucía, departamento de Canelones, que se encontraban de paro y en asamblea permanente en un campamento frente a la planta de la empresa, volverán a trabajar hoy. El lunes arribaron a un acuerdo con representantes de la firma en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) y luego lo aprobaron en asamblea. El conflicto comenzó el 3 de mayo, después de que la empresa despidió a un trabajador que tenía dos años de antigüedad y se había afiliado al Sindicato de Trabajadores de Mantex (Sitma), filial de la Unión de Trabajadores Aceiteros. Según explicó a la diaria el presidente del Sitma, Marcelo Miranda, “a los diez días de que se sindicalizó, lo despiden aduciendo un tema contractual”, entonces, la asamblea del sindicato decidió parar y montar un campamento en la puerta de la grasera, ubicada en la calle Federico Capurro 193. “Ahí empezaron las negociaciones, la empresa no quería negociar nada porque decía que [el compañero] estaba bien echado porque le habían hecho firmar un contrato para suplir a otro compañero, y ese ya había vuelto a trabajar, pero en realidad siguieron trabajando los dos y el que despidieron ya había quedado efectivo”, contó el dirigente.

La negociación del lunes fue la tercera instancia; en las dos anteriores “la empresa no quiso negociar nada”. Mantex propuso enviar al trabajador a seguro de paro por seis meses, pagando la diferencia hasta completar el monto del salario, pero el Sitma exigió que se asegurara el reintegro después de cumplido el plazo del beneficio. Si bien el sindicato no consiguió esta promesa, la empresa aseguró que si hay una vacante, quien la ocupe será el trabajador en cuestión y no otra persona. Esta propuesta fue llevada a la asamblea sindical, que terminó por aprobarla. A pesar del paro, la fábrica continuó trabajando porque de los más de 50 trabajadores, 12 operarios no sindicalizados continuaron produciendo en pequeña escala. Mantex, una empresa de capitales uruguayos, elabora margarinas, grasas alimenticias, grasas industriales y chicharrones premium.

Miranda recordó que en principio el trabajador iba a ser despedido sin que se le pagaran los créditos laborales “salvo la licencia” y que fue la medida que tomó el sindicato la que consiguió “torcer la postura de la empresa”. El dirigente confía en que haya una vacante porque “hay varios servicios en la planta que no se hacen bien”.

A mediados de mes y mientras los trabajadores acampaban frente a la planta, vecinos de Santa Lucía hicieron una protesta en el lugar denunciando contaminación del aire por las emanaciones de humo de Mantex, malos olores, problemas en el saneamiento de la ciudad y presencia de efluentes industriales por encima de los límites permitidos en la cañada De las Negras, 950 metros antes de su desembocadura en el río Santa Lucía. La Asamblea por el Agua del Río Santa Lucía constató el 10 de febrero con fotos y videos un vertido de color blanco y espeso, y extrajo muestras que enviaron a analizar a un laboratorio; los valores de aceites y grasas, sólidos suspendidos totales, amoníaco y fósforo superaban, por lejos, lo permitido. La Dirección Nacional de Medio Ambiente multó a la empresa por afectación del medioambiente y la conminó a regularizar la situación de los efluentes.