“¿Por qué armar tanto revuelo por una estructura que dura tres, cuatro meses? ¿Por qué no hacemos que esa estructura, que funciona y mueve a miles de trabajadores, tenga cierta permanencia?”, propuso el jueves el director de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Jorge Mesa, en un evento organizado por el Colegio de Contadores, Economistas y Administradores de Uruguay. Representantes del sector empresarial, de los trabajadores y del gobierno intercambiaron acerca de la actual ronda del Consejo de Salarios y sus prioridades “en el contexto de la nueva revolución industrial”.
De cara a los Consejos de Salarios, el director del MTSS reconoció como “absolutamente imprescindible” que “nos coloquemos una idea de mediano y largo plazo”, porque “la carrera detrás del ajuste salarial es una que agota mucho esfuerzo y mucho conocimiento sobre elementos que deberían ser secundarios”. En este sentido, consideró que “el ajuste de salarios para empatar con el nivel de consumo que veníamos teniendo no puede ser el motivador ni el freno para emprender reformas y transformaciones ni del nivel ni del valor que están planteadas”. “Nos tienen que mover otras cosas”, expresó.
Para Mesa, la actual estructura de negociación es “ineficiente”: “No pueden ser 60 días, de los cuales nos pasamos 55 definiendo si el sector está en problemas, en un nivel medio o dinámico, para determinar luego la diferencia entre un IPC [Índice de Precios al Consumo] neto y un IPC de más de un equis porcentaje”. En este marco, defendió la necesidad de “pensar la negociación colectiva como un continuo en el que haya, por un lado, la definición de un convenio que resuelve algunas materias y en el que, por otro, se permita incorporar otras con una agenda más larga en el tiempo, con otros tiempos para resolver”.
Según dijo, actualmente “no funciona así porque los sindicatos creen que el mantenimiento de una plataforma de negociación es una motivación de conflicto permanente, y las empresas, convencidas de lo mismo, dicen: ‘ni loco voy a una plataforma de negociación que me permita mantener en el tiempo un conflicto’”. Pero agregó la posibilidad de resolver “con niveles de conflicto sin la expresión de las medidas de conflicto” y la necesidad de caer en la realidad de que “por el tamaño de nuestro país, hay cosas que se resuelven por un permanente acuerdo”. La “cultura” a generar, para Mesa, es la de “una negociación colectiva que abra la agenda y no que la cierre”.
También reclamó avanzar en la redefinición de categorías de evaluación de tareas por las que se fijan los ajustes salariales. La mayoría de las que se usan hoy en día –“vigentes e intocables”– tienen entre 50 y 60 años de antigüedad, y “la realidad ha cambiado rotundamente”. El problema de este desfasaje es que las categorías determinan una serie de elementos –remuneración, responsabilidades, derechos y deberes– sobre el puesto de trabajo y “el agua pasó por encima del puente ya muchas veces”, afirmó. Según Mesa, no se ha avanzado en este aspecto porque “la prioridad siempre fue definir el ajuste de salarios”, pero “es necesario revisar las ideas de estructuras en todo tipo de sectores o ramas”, porque “hoy tenemos problemas por cómo ha venido cambiando la realidad productiva, y posiblemente vaya a seguir cambiando”. “La esencia de la plataforma que proponemos desde el ministerio es poder alcanzar un amplio abanico posibilidades de negociación colectiva y relaciones laborales lo más enriquecida posible”, dijo.
Desde el punto de vista de los trabajadores, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, hizo hincapié en tratar la productividad en el objetivo de apuntar a ser un país desarrollado, lo que “tanto para empresarios como para sindicatos implicará salir de la zona de confort”, y “eso es dolor” agregó. Dijo que hasta el momento se ha evitado entrarle a esta discusión, mediante una compensación por parte de los empresarios “proponiendo un mes más de sueldo sin ninguna contrapartida de productividad, con tal de no discutir formación de mano de obra, capacitación, categorización y humanizar el lugar de trabajo”, pero sostuvo que sin abordar este tema, se continuará con la dinámica tradicional, “sin aportar nada a las generaciones futuras”.
En tanto, Gonzalo Irrazábal, abogado laboralista asesor de la Cámara de Industrias del Uruguay, dijo que en vista a “un barrio que está complicado” –en referencias a la región– y “los cambios de la revolución tecnológica, nos deben hacer discutir o cambiar las prioridades”. Consideró que esto “no implica desmerecer el tema salarial”, pero enfatizó en “alterar la prioridad y priorizar el tema del empleo”. Desde su punto de vista, “capacitación, formación, reconversión y educación es la única forma de prepararnos”.