Unos 3.000 uruguayos trabajan en empresas recuperadas o autogestionadas en todo el país. En 2018, el Fondo para el Desarrollo (Fondes) repartió 7.388.777 dólares entre 12 emprendimientos de este tipo y registró un balance positivo de 1.695.492 dólares. Para el representante de los trabajadores del PIT-CNT en la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por sus Trabajadores (ANERT), Carlos Aulet, estos números, acompañados por “experiencias positivas” en varios emprendimientos, demuestran que las empresas autogestionadas son sustentables y que el Fondes es una “herramienta eficaz” para desarrollar la economía social y solidaria.

Las empresas recuperadas son aquellas que pasan de manos de un empresario a las de los trabajadores, ya sea por quiebre, pérdida de la producción o mediante una negociación. Las empresas autogestionadas –también llamadas autogestionarias– pueden ser recuperadas o surgir directamente como un proyecto de los trabajadores, quienes tienen los medios de producción y toman las decisiones. Puede tratarse de cooperativas, sociedades anónimas, entidades civiles, sociedades de fomento rural o redes de producción artesanal. Actualmente, 30 emprendimientos de este tipo integran la ANERT.

Para que funcione bien una autogestionada es importante el compromiso de los trabajadores pero también las políticas públicas, señala Aulet: “No todas las recuperadas tienen éxito, porque dependen del mercado y no pueden resolver por sí mismas si un mercado va a consumir o no tal o cual producto”. En este sentido, el PIT-CNT reclama un régimen especial de acceso al Sistema de Compras Públicas para las empresas autogestionadas y de la economía social.

Además, ANERT promueve que se acompañe a estos emprendimientos con exoneraciones en las exportaciones y controles de calidad igual de exigentes que los de la producción extranjera, que, asegura, tiene menores controles.

“Sí han quedado emprendimientos por el camino, sí hay fondos que no se pudieron devolver en su momento, pero también ha habido un trabajo para que emprendimientos que no estaban funcionando hoy lo estén haciendo y puedan devolver su dinero; hay emprendimientos que ya están devolviendo lo que se les prestó”, señala Aulet, y menciona como ejemplos al Proyecto Fundición Cooperativo (Profuncoop), que nació en 2004 y hoy tiene instaladas 15.000 luminarias en Montevideo; el caso de Funsacoop, que “no sin dificultades, y negociaciones con Venezuela de por medio, está saliendo adelante”; y el de Envidrio, “que hoy está trabajando, produciendo y funcionando con políticas y asistencias”.

Las tres empresas que recibieron más apoyo del Fondes el año pasado fueron UCOT, Funsacoop y Urutransfor, con 29%, 25% y 20% de los fondos, respectivamente. Por otra parte, la mitad de los apoyos financieros fueron para el sector de la industria y en segundo lugar para el sector de transporte y logística, con 31%. Sin embargo, Aulet asegura que el Fondes ha diversificado su asistencia, llegando a otros sectores, como por ejemplo el agro. En este sentido, afirma que “algunas de las gremiales del agronegocio, que tienen cooperativas incluidas, han sido críticas con la promoción de subsidios o de dar asistencia a determinados emprendimientos. Pero algunas de sus socias cooperativas han sido beneficiadas por el Fondes”.

Desde la ANERT asumen que tanto las empresas autogestionadas como el Fondes fueron “duramente cuestionados” en diversas ocasiones, sobre todo por la oposición política, que criticó la herramienta por apoyar proyectos “inviables” o “malgastar” fondos; por ejemplo, en el caso emblemático de Alas Uruguay. No obstante, para Aulet “la crítica que se hace con tono político no es sana. Cuando tiene cosas para corregir, estamos de acuerdo. Pero la permanente crítica o descalificación de la herramienta la debilita y arrincona”, argumenta.

Para Aulet, el balance “siempre es positivo cuando se cumple, por lo menos, con desarrollar algunas áreas de empleo”, y pone de ejemplo la textil Puerto Sauce, en Juan Lacaze, que cerró en enero de 2018 y ahora es gestionada por trabajadores del taller de metalúrgica. “El año pasado se generó expectativa de varios proyectos en distintas áreas”, sostiene, y aunque no niega que también hay problemas, asegura que “se pueden resolver”.