Convocados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que este año cumple 100 años, un grupo de más de 20 expertos procedentes de todas partes del mundo, de diversos sectores y perfiles profesionales, estuvo trabajando en el último año y medio en un documento que expresa una visión global de por dónde va y cuáles son las alternativas del futuro del trabajo. Las prioridad, según se establece en el documento “Trabajar para un futuro más prometedor”, es “fortalecer el contrato social”, sobre tres ejes de actuación: el aumento de la inversión en las capacidades de las personas, en las instituciones de trabajo y en trabajo decente y sostenible.

Además de proponer el establecimiento de un sistema eficaz de aprendizaje permanente, se recomienda “consolidar y revitalizar las instituciones que regulan el trabajo”, desde la reglamentación y los contratos de trabajo hasta los convenios colectivos y los sistemas de la inspección del trabajo, según este grupo de expertos, “piedras angulares de las sociedades justas”. En este sentido, se llama a establecer una “garantía laboral universal”, que incluya además de un “salario vital adecuado”, protección en relación con la seguridad y la salud en el trabajo; “ampliar la soberanía sobre el tiempo” de los trabajadores; garantizar la representación colectiva de los trabajadores y los empleadores mediante el diálogo social y la negociación colectiva; adoptar un enfoque de la inteligencia artificial “bajo control humano” que garantice que las decisiones definitivas que afectan al trabajo sean tomadas por personas; y por último, un sistema de gobernanza internacional de las plataformas digitales del trabajo que exija a estas –y a sus clientes– el respeto de determinados derechos y protecciones mínimas.

Sobre esto último, señalan que los avances tecnológicos requieren también de la reglamentación del uso de datos y de la responsabilidad sobre el control de los algoritmos en el mundo del trabajo. “Si dejamos que la economía digital siga como hasta ahora, probablemente se ensancharán la brecha regional y la brecha de género” afirman, al tiempo que sostienen que los sitios web de trabajo en plataformas de microtareas y el trabajo mediante aplicaciones que conforman la economía de plataformas “podrían recrear prácticas laborales que se remontan al siglo XIX y futuras generaciones de ‘jornaleros digitales’”.

El documento de la OIT también afirma que “urge garantizar la dignidad de las personas que trabajan ‘por llamada’, de manera que realmente tengan opciones de flexibilidad y control sobre sus horarios”, y sobre esto recomienda adoptar medidas de reglamentación apropiadas que establezcan “un número mínimo de horas garantizadas y previsibles”. Además, otras medida propuesta es la de equilibrar el horario variable con una prima por un trabajo que no está garantizado y una “remuneración por tiempo de espera”, para compensar los períodos en los que los trabajadores por hora están “de guardia”.