El economista y director de la consultora Oikos, Pablo Moya, opinó que hay que ser cautelosos a la hora de analizar los últimos datos de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), que mostraron un descenso en la tasa de desempleo en noviembre de 2018 respecto del mes anterior, situándose en 7,4%. Aunque afirmó que se trata de una “buena noticia” y que no esperaba un descenso “tan importante”, sostuvo que se trata de un “hecho puntual” y que no descarta que en los meses siguientes el desempleo vuelva a valores altos “como los que veníamos observando”.

En diálogo con la diaria, Moya explicó que los dos factores que incidieron en este descenso son el aumento de la tasa de empleo y la suba –menor– de la tasa de actividad. “Estas tasas, que son las menos analizadas, son las que generan mayores pistas de por dónde van los indicadores de trabajo, porque son las que dicen cuánto, efectivamente, la fuerza laboral está creciendo y cuánto está demandando el mercado. El desempleo en realidad es el resultado de esos dos indicadores”, afirmó.

En este contexto, para Moya las tasas de actividad y empleo están “algo mejor”, pero siguen en niveles bajos. La tasa de actividad creció 0,5% en noviembre respecto de octubre y la de empleo, 1,2%, lo que significa que se demandó más trabajo de lo que la gente buscaba. Como resultado de la ecuación es que baja el desempleo, aunque sigue en valores que, para el economista, “no deberían ser los deseables”. Además, sostuvo que en los últimos meses del año siempre hay una baja del desempleo –incluso mayor en diciembre– por la actividad de fin de año vinculada a las fiestas y a las licencias de los trabajadores.

“Hacer conclusión sobre datos puntuales del mercado de trabajo es un error”, señaló Moya. “Una valoración de un mes, en un mercado tan pequeño como el uruguayo, es apresurado. No estamos mejor porque el desempleo haya bajado de 8,6% a 7,4%; seguimos teniendo los mismos problemas”, agregó. En noviembre del año pasado, la estimación de la tasa de desempleo fue de 7,8%. Para Moya, esto muestra una estabilidad respecto del año anterior. “Pensar que ya se están solucionando los problemas de empleo es bastante apresurado”, insistió.

Para hablar de tendencia hay que esperar la confirmación de “varios meses” y de otros indicadores de la economía, explicó Moya. Por ejemplo, de la industria, “que es de los mayores demandantes de empleo y está estancada”. A priori, el analista prevé que el mercado de trabajo va a seguir tensionado. “Va a seguir con tasas de desempleo de estos guarismos, en términos anuales en promedio de 8,5% u 8,3%; no se visualizan mejoras o cambios significativos a corto plazo”, proyectó.

“Es importante también lo que suceda en el primer mes del año, en el que las empresas entran en licencia, despiden mucho personal jornalero u ocasional y buscan menos porque hay menor actividad en muchos sectores”, explicó el economista; además, “en esta época los desempleados se ven desalentados a buscar trabajo y, como resultado, cabría esperar un descenso en la tasa de empleo y crecimiento del desempleo”, concluyó.