El economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Martín Rama, presentó el lunes, en la apertura del seminario dECON, el reporte semianual del organismo para la región, denominado ¿La integración comercial como vía hacia el desarrollo?, que prevé que la implementación del acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE) generará un aumento en la renta de la tierra y favorecerá el trabajo no calificado en los países que integran el bloque americano, aunque también advierte de la necesidad de generar políticas territoriales y ambientales para mitigar posibles desigualdades.

Si bien para la mayor parte de los sectores los efectos del acuerdo firmado en junio serán modestos, el informe prevé un crecimiento de 4,4% en la renta de la tierra y un beneficio de 2,5% para los trabajadores rurales no calificados en países como Uruguay y Argentina. En contraparte, advierte una caída importante en el sector del azúcar en todo el bloque, excepto en Brasil, debido a que el acuerdo convierte al Mercosur en un mercado único y competir con la producción brasileña se vuelve muy difícil para el resto de los miembros. A raíz de esto, podrían registrarse consecuencias adversas en la industria del azúcar uruguaya, con una caída del rendimiento de 43 puntos porcentuales, lo que afectaría de manera alarmante al departamento de Artigas, explicó el economista. Exceptuando los efectos territoriales, “desde el punto de vista social nos podríamos quedar relativamente tranquilos” porque no se prevé una “desindustrialización masiva”, afirmó Rama.

“Se podría generar desigualdad dejando a los grupos menos calificados atrás, pero en el caso del acuerdo UE-Mercosur los dos ganadores son el trabajo no calificado y la tierra. Obviamente, la tierra no es de los pobres, pero el hecho es que los trabajadores no calificados, en particular los del medio rural, son los que se beneficiarían más. Eso nos hace pensar que la desigualdad funcional no va a estar muy afectada, aunque la territorial sí”, anticipó. Por otra parte, el informe anticipa que los impactos significativos en el crecimiento “conducirán a mayores emisiones de dióxido de carbono” y en Brasil la expansión de la producción ganadera “podría aumentar la deforestación”. “La integración comercial se convertirá en una herramienta para el desarrollo sólo si estos impactos negativos se enfrentan mediante políticas territoriales y medioambientales adecuadas”, expresa el documento.

América Latina es la región “más cerrada del mundo” en términos comerciales, excepto por el África subsahariana, y Uruguay está “en el lado más cerrado” del continente, afirmó el experto durante el seminario organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar). Por este motivo, acuerdos como el que firmó el Mercosur con la UE y como los que podría firmar con Estados Unidos y con China pueden ser una forma de darle “un empujón económico y social” a la región, que está padeciendo un enlentecimiento de la economía, con un crecimiento cercano al cero. “La pregunta es: ¿somos cerrados porque estamos lejos o por política económica? Parte de la respuesta es que lo somos por decisiones de política económica, porque países que están igualmente lejos del mundo, como Uruguay y Chile, tienen aperturas bastante diferentes”, señaló Rama.

El jerarca indicó que tanto los acuerdos sur-sur como los acuerdos sur-norte generan crecimiento del comercio, pero los resultados en materia de complejidad económica son “completamente distintos”: “Cuando un país típico del sur se integra con uno del norte, el crecimiento es de 8% por año, mientras que con un acuerdo sur-sur es de 2%”, sostuvo. En este sentido, observó que los acuerdos comerciales sur-sur “son más simbólicos, no tienen mucho valor”. “Cuando uno firma con Estados Unidos o con la UE, el acuerdo tiene fuerza de ley y las autoridades del otro lado pueden ser un poco brutales para hacer respetar el acuerdo, entonces uno hace lo que tiene que hacer. Cuando es una conversación entre amigos y después nos volvemos a juntar en la próxima cumbre, no tienen mucho efecto”, afirmó.

Rama destacó que los acuerdos actuales “son más complejos, en el sentido de que tocan otros aspectos además del comercio”, y puso como ejemplo que el acuerdo UE-Mercosur incluye temas como condiciones de competencia, subsidios a las empresas públicas y acceso a las licitaciones públicas. “Estos acuerdos, con reglas que tienen validez legal pero son acordadas, han empujado la frontera mucho más y son parte de lo que ayuda a la complejidad, y la complejidad reduce la volatilidad”, enfatizó.