La charla “Marco protector de la mujer en las relaciones laborales”, organizada por la presidencia de la Cámara de Representantes en el Salón de los Pasos Perdidos, tuvo como protagonistas a la presidenta de la Asamblea General, Lucía Topolansky, a la de Diputados, Cecilia Bottino, al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, a las integrantes del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT Abigail Puig y Milagro Pau, a la directora del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres), Mariella Mazzotti, y a la gerenta general de la Unión de Exportadores del Uruguay, Teresa Aishemberg.

Aishemberg se refirió a los avances que, con una perspectiva de género, se han producido en el sector exportador. En primer lugar, destacó que por primera vez hay una presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay, Andrea Roth, y destacó que “es más que una buena noticia”. La gerenta general contó que se llegó a ese cambio a partir de un proceso para que más mujeres se sumaran a la actividad, junto con el impulso a determinadas medidas para mejorar la situación laboral de las mujeres en el sector. Entre los logros en ese sentido, señaló que ahora se otorgan cinco días pagos de licencia por enfermedad de los hijos, que se elaboró un protocolo para trabajar con personas que son víctimas de violencia doméstica, y que se han realizaron talleres acerca del acoso sexual laboral. “También apostamos al horario flexible, porque sabemos que muchas mujeres tienen familia y dificultades para tener horarios fijos”, acotó.

Las integrantes del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT aportaron sus puntos de vista sobre algunos cambios en el ámbito laboral. Puig expresó que, sobre todo en los últimos años, el papel de la mujer en distintos ámbitos ha venido adquiriendo visibilidad. “Que haya una trabajadora de supermercado que haga uso de la palabra tiene mucho que ver con eso”, dijo. Sostuvo que se ha logrado visualizar y atender los problemas que “aquejan a los trabajadores y trabajadoras”, y se refirió en particular a ese proceso en el sector del comercio. Dijo que hay ramas de actividad que han generado mejores condiciones de trabajo en lo salarial, en las condiciones de salud y en la seguridad laboral, y que también se han podido atender “distintas realidades de mujeres que han sido víctimas de discriminaciones y acoso”, gracias a diversas leyes que se han aprobado en los últimos años. Pau apuntó que las normas son muy importantes, pero que es necesario trabajar por un “cambio cultural en nosotras mujeres y en los varones”. “No disputamos el poder de los hombres, simplemente exigimos el poder y el lugar que nosotras, como mujeres, nos merecemos”, añadió.

Murro puso sobre la mesa varios datos de las brechas de género en el mundo del trabajo, y complementó esto con el destaque de algunos avances en la materia. De un total de 1.600.000 personas trabajando, unas 730.000 son mujeres. El ministro explicó que aumentaron la participación de mujeres en el mundo laboral y la formalización de las mujeres en la seguridad social. Desde 2008, dijo, la cantidad de mujeres registradas en el Banco de Previsión Social (BPS) aumenta más que la de varones, y desde 2012 tienen más formalidad que los hombres. Eso se ha logrado por cambios en las normas, que incluyen la ley de trabajo doméstico, la ley de concubinato, la de igualdad de oportunidades, la flexibilización en el acceso a las jubilaciones y los Consejos de Salarios, aseguró.

También se refirió a los ingresos, y dijo que hay que ser “cuidadosos” cuando se miden, porque es preciso tener en cuenta “cuánto pueden trabajar las mujeres”, ya que “no es lo mismo” si hay guardería que si no la hay, o “si hay tiempo para capacitación o no”, y apuntó: “Si medimos la diferencia entre lo que ganan un hombre y mujer por hora, en 200 pesos promedio la diferencia es de 10 pesos, pero si medimos lo que gana la mujer por mes, la diferencia pasa a ser mucho mayor”. En definitiva, manifestó Murro, la realidad histórica y social y el “machismo hacen que la mujer pueda trabajar menos tiempo”. En diálogo con la diaria, el ministro explicó que el dato del salario por hora surge del Instituto Nacional de Estadística, y que si se toman los registros del Banco de Previsión Social (BPS) para el sector de industria y comercio, en el que “trabaja más gente en Uruguay”, el salario promedio por el que aporta al BPS mensualmente un hombre es de 39.000 pesos, y el de una mujer, de 29.000. “No son comparables los datos, pero destaco la enorme diferencia”, expresó.